"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Dos de agosto de 1994. El Dream Team de las cuatro Ligas acaba de llegar a los Países Bajos para iniciar un stage que marcará el inicio del fin. Nadie lo sospecha todávía, pero la ausencia del rebelde Romario, borracho de éxito en Río tras conquistar el Mundial, aventura un curso más difícil todavía. Huido Laudrup y aterrizado Hagi en su lugar, aquel comienzo de pretemporada marcará el futuro, un futuro que acabaría, 21 meses después, con Cruyff saliendo del Barça a golpe de insultos.
Aquel 2 de agosto de 1994 lo comenzó Johan a la suya, enviándole un recado envenenado a un Romario que ya había avisado que no volvería a Europa, al menos, hasta dentro de dos semanas. “Ya ganamos tres Ligas sin él, así que si decide quedarse en Brasil femomenal, porque haremos el negocio del siglo”, le disparó Cruyff desde el aeropuerto de El Prat. A la llegada a Doorwerth, cuartel general del stage, nada parecía amenazar la paz de la plantilla… En pocas horas llegarían los terremotos.
Aquel día en que Bittor Alkiza fue traspasado por la Real Sociedad al Athletic por 225 millones de pesetas oscureció con el argelino Nourredine Morceli batiendo el récord mundial de los 3.000 metros en Mónaco, recortando la marca del keniata Moses Kiptanui para dejarla en un tiempo de 7’28’96. Dos días antes, en el mítico estadio de Sestrieres, Sergei Bubka había sumado un centímetro más a su colección de récords de salto con pértiga hasta los 6,14 m., pero la maravilla la había protagonizado Mike Powell, al que solo el viento apartó de igualar legalmente su récord mundial de longitud con un salto vertiginoso de 8,95 metros. Eran los días en que rivalizaba con un tal Carl Lewis.
Pero para el Barça, el 2 de agosto era el inicio del primer curso sin Zubizarreta y sin Laudrup y en su primera prueba, en el Oostepark de Groningen, comenzó a contemplarse la posibilidad de que el Dream Team fuese, como se sospechaba, historia. Aquella tarde neerlandesa debutó con mando en plaza Carles Busquets en la portería y en poco más de media hora un equipo de la media tabla ganaba al subcampeón de Europa por 4-0. Un tal Mariano Bombarda, nacido en Cádiz y crecido en Argentina, de la cantera de Huracán, debutaba con los verdiblancos de Groningen al lado de Erwin Koeman, el hermano del héroe de Wembley. Y ese tosco delantero, cuya carrera no pasó después precisamente a la historia, se erigió en la primera piedra que sufriría a lo largo del año Busquets. El meta de los pantalones largos se comió dos goles y en un tercero quedó en evidencia al pretender regatear a un contrario, Schreuder, que provocó el pasmo general al acabar metiendo el balón en el fondo de la portería.
Al descanso, 4-0 y unas caras en la tribuna de alucine solo comparables con el espanto con que los jugadores blaugrana acogieron en el vestuario la bronca de Cruyff. De ese 4-0 se pasó a un 5-5 final tan alocado como extraño. Con Jordi Cruyff marcando por partida triple y Gica Hagi dejando muestras de su excepcional calidad y, también, de su muy poca adaptación al juego de conjunto del Barça.
La jornada acabó con una mítica rajada de Johan, en la que condenó sin contemplaciones a los integrantes del once inicial. “La primera parte me ha dejado muy claro quién es quién en este equipo”, advirtió minutos antes de que los teletipos (en aquel entonces internet o las redes sociales ni se sospechaban) escupiesen unas declaraciones de Laudrup hiriendo más si cabe al barcelonismo al afirmar: “Me he integrado mucho mejor en el Real Madrid que en el Barcelona”. También aquel 2 de agosto de 1994 se dijo que Moses Malone había llegado a un acuerdo con el Iraklis de Grecia, aunque todo quedó en nada porque el legendario pívot acabó firmando un último contrato con los San Antonio Spurs. La NBA todavía era un mundo aparte.
Pero lejos de Salónica, de Sestrieres, de Mónaco, Madrid o Barcelona, en Groningen empezó a caminar el Barça triomfant de las cuatro lLgas. Aquel verano de 1994 fue el inicio del fin y en las habitaciones del hotel de Doorwerth, donde se alojaba el Barça, la noche del 2 de agosto algún integrante de aquella plantilla comenzó a entender que nada es eterno. La gloria, desde luego que no.
Campo: Oostepark, 22.000 espectadores.
FC Groningen: Lodewijks (Roorda 45′), Boekweg, Veenhof, Erwin Koeman, Gall, Beerens, Schreuder (Hamming 65′), Roossien (Boudesteijn 24′), Bombarda, Kooijman y Sion.
FC Barcelona 1ª parte: Busquets, Geli, Nadal, Koeman, Sergi, Bakero, Ekelund, Amor, Escaich, Delgado, Begiristain. 2ª parte: Busquets, Sánchez Jara, Abelardo, Guardiola, Goikoetxea, Iván, Quique, Eusebio, Hagi, Jordi y Stoichkov.
Goles: 1-0, Bombarda (6′). 2-0, Schreuder (12′). 3-0, Schreuder (21′). 4-0, Bombarda (33′). 4-1, Jordi (51′). 4-2, Hagi (53′). 4-3, Jordi (70′). 4-4, Hagi (72′). 5-4, Bombarda (76′). 5-5, Jordi (81′).
* Jordi Blanco es periodista. En la web: notas-de-un-forofo.blogspot.com.es
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