Figura del Sevilla de principios del siglo XX, olvidado por el paso del tiempo y su temprano fallecimiento. Las crónicas cuentan que hasta entonces no se habia visto un jugador de tal magnitud por el sur de España. Nació en el barrio de Triana en 1898, jugaba como interior derecho y desprendía clase, elegancia y arte por los cuatro costados. Era muy filigranero y destacaba por su juego asociativo de pases cortos en lo que se conoció como escuela sevillana. Formó junto a León, Escobar, Kinké y Brand la delantera llamada línea del miedo.
Comenzó su carrera en el modesto Victoria F. C., pasando después por el Athletic Club de Sevilla y el Recreativo de Sevilla hasta llegar al club de su vida, el Sevilla F. C., en 1913 para suplir a Antonio Ramos Ruiz, conocido en la afición como el Cerillero. Debutó en un encuentro frente al eterno rival de la ciudad, el Betis, y con 17 años empezó a ser un fijo en las alineaciones, momento en el que su padre le prohibió la práctica del fútbol y le obligó a que siguiera con sus estudios. En ese instante Enrique le prometió dedicación exclusiva y al mismo tiempo llegó a un acuerdo con la entidad de Nervión para que su nombre no saliera en las alineaciones y su progenitor no lo descubriera. Finalmente tomó el nombre de un jugador inglés de gran calidad que jugaba en el Jerez C. F. llamado Spencer.
La creación de la Copa de Andalucia en 1915 dió origen a que el club sevillista fuese conocido como el eterno campeón puesto que con Spencer en sus filas llegaron a lograr el título en 9 ocasiones (la primera en 1917), ocho de ellas consecutivas (1919/1926). Esto posibilitó que pudiese jugar el Campeonato de España (actual Copa del Rey). En 1917 un tanto de Spencer fue el primero de la historia del club, aunque ello no impidió la derrota frente al campeón ese año, el Real Madrid. Nunca llegaron a la final y sus mejores participaciones fueron en 1919 y 1921, cuando llegaron a semifinales y cayeron frente al Barcelona y al Athletic Club, respectivamente. Tuvo un breve período de una campaña en el Real Oviedo, concretamente en 1920, debido a que allí fue destinado a realizar el servicio militar. De vuelta a Sevilla su padre descubrió el engaño del apelativo, pero aceptó que siguiera con su carrera dadas las magníficas condiciones deportivas que tenía.
La tragedia tuvo lugar en 1926. Fue operado de apendicitis (una operación no tan sencilla en la época) y su ambición por volver a jugar le llevó a reaparecer frente al Real Madrid en un partido de Copa. Se precipitó en la decisión, recayó de su dolencia al no estar plenamente recuperado y hubo que intervenirle a vida o muerte en el mismo momento en el que se jugaba el partido de vuelta que les enfrentaba con el equipo madridista. El domingo 14 de marzo fallecía a las diez y media de la mañana. Sus compañeros sevillistas y los jugadores del Real Madrid acudieron al dia siguiente al sepelio rotos de dolor. En su honor se organizó una Copa que se disputó durante varias temporadas principalmente frente al Betis y en el mural existente en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán hay una escultura con su rostro.
Disputó un único partido con la selección española, pero le hizo entrar en la historia. Él y su compañero Herminio fueron los sevillistas que vistieron la zamarra roja por primera vez. El encuentro enfrentó a España con Portugal en 1923, en el campo de La Victoria, de su ciudad natal, y terminó con un 3-0 a favor de los españoles, con tantos logrados todos ellos por José Luis Zabala.
* Alberto Cosín.
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