La II Guerra Mundial fue clave en la vida de Edmund Giemsa. Truncó su carrera deportiva cuando se encontraba en el punto más álgido y además le separó para siempre de su tierra, puesto que tras el conflicto bélico jamás volvió a pisar Polonia. Fue forzado a unirse a la Werhmacht, pero detestaba todo cuanto tenía que ver con la Alemania nazi y desertó para enrolarse en la Resistencia Francesa, lo que le hizo perder a muchos de sus amigos. Se instaló en el Reino Unido y allí pasaría el resto de sus días. Nació el 16 de octubre de 1912 en la localidad de Ruda Slaska (Polonia). Iba para delantero centro, pero con el tiempo retrasó su posición al centro del campo y finalmente a la defensa, donde destacaría como profesional. Con buen trato del balón, sacaba limpia la pelota desde atrás, era excelente en el corte y la anticipación y su gran virtud fue la ejecución de libres directos, con los que lograría la mayoría de sus tantos.
Sus primeros pasos los dió en el Naprzod Lipiny que en 1930 jugaba en segunda división, hasta que un par de años después firmó por el Ruch Chorzow, equipo que dominaría la década del fútbol polaco gracias a jugadores internacionales como Peterek, Wodarz, el portero Brom o el propio Giemsa. A partir de 1933 encadenarían cuatro títulos de liga consecutivos (1933/1934/1935/1936) al superar en la clasificación a los grandes rivales de la época: al Pogon Lwow, en dos ocasiones, y al Wisla Cracovia, en otras tantas. En 1937 bajaron su nivel y tuvieron que conformarse con la tercera posición en un torneo ganado por el Sport Cracovia. En las siguientes dos temporadas recuperaron el trono del fútbol polaco y vencieron en las ligas de 1938 al superar al Warta Poznan en tres puntos y en 1939 hicieron lo propio con el Wisla Cracovia sacándole dos puntos. Esta fue la última temporada de Giemsa en su club. En septiembre se produjo la invasión de Polonia por parte de Alemania y se suspendió cualquier competición deportiva oficial en el país. Disputó algunos partidos amistosos antes de ser obligado a incorporarse a la Wehrmacht en el Bismarckhutter de categoria amateur, que jugaba partidos contra equipos de la región en los ratos libres que permitía la guerra. Su último club fue la Anconitana (actual Ancona), que militaba en la Serie, C donde jugó varios encuentros en 1945, cuando el conflicto que había arrasado Europa durante seis años tocaba a su fin.
Con la selección de Polonia disputó un total de 9 encuentros internacionales sin lograr ningún gol. Debutó en 1933 en un amistoso disputado en Varsovia frente a Bélgica que terminó con victoria visitante por 0-1. Fue convocado por Jozef Kaluza para el Mundial de 1938 celebrado en Francia. Allí, en primera ronda les tocó Brasil. El partido permanece en la historia de los Mundiales por la belleza y el espectáculo que brindaron al público. Giemsa no pudo jugar por unas molestias que venía padeciendo desde la preparación del torneo y sentado en el banco vio a Polonia perder por 6-5, un encuentro que se fue a la prórroga con 4-4 y que decidió la estrella brasileña Leonidas con dos tantos en el tiempo extra. Wilimowski, compañero de Giemsa, logró cuatro goles, cifra que nadie solo han repetido en un mundial Ademir (1950), Eusebio (1966) y Butragueño (1986). El ruso Salenko la superó en 1994. Vistió la camiseta del equipo nacional por última vez en ante Hungría (subcampeones del Mundo en 1938), a la que derrotaron por 4-2 en Varsovia en 1939. Falleció en Chinnor (Inglaterra) el 30 de septiembre de 1994.
* Alberto Cosín.
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