"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
Si, lo siento, ni tiempo te he dado a contestar el primer E-pistolario, chico, pero esto marcha a una leche que ni te cuento, que parece postdata o corolario a lo recién escrito. Malo si los periodistas usamos preguntas en el texto cuando, en teoría, estamos para resolver enigmas, aunque permíteme subvertir los conceptos a propósito de este par de dos, tan antitético y unido a su seguro pesar mutuo. No aguanto más: ¿Hasta cuándo durará la broma con Guardiola? ¿Vamos a convertir el tema de su renovación en serial por entregas? ¿Tan difícil resulta concederle el margen de reflexión archiganado a conciencia en decenas de estupendas batallas? ¿O deberemos convertirnos en variante postmoderna de kremlinólogos a fin de estudiar cada gesto, cada posición en la foto del Politburó de la URSS? Tanta pregunta para sencilla respuesta: Que haga lo que quiera y cuando quiera. Por el momento, tensa la concentración del vestuario y los pone firmes, que era parte de lo pretendido. Después, confirma que ese cargo quema como los incendios forestales. Y en tercer lugar, igual se divierte en su hiperactividad observando cómo se posiciona cada cual, ahora que les aprieta la corbata de pura incomodidad a causa de tan seguida y postergada decisión. No sé cómo lo verás, pero apuesto por su continuidad; aquí, paz y después, gloria. De hecho, entre tú y yo, lo veo eternizado en el Barça, sea en el disfraz de Ferguson, de manager o en el palco como presidente. Se le han entregado emocionalmente las llaves de la institución, no sé si Madrid es consciente del prodigio, y como sostiene el interesado, en ningún lugar se está tan bien como en casa. Ya lo decía Dorothy en El Mago de Oz…
Hablando de dudas corrosivas, ¿cuándo sonreirá Mourinho? Vale que se ha creado el personaje al dedillo, que encima se lo ha creído a pies juntillas, y todo eso puede estar o no muy bien, entusiasmar al madridismo o lo que consiga. Pero esa jeta, esa amargura, ese creer en mil conjuras y conspiraciones tras cada esquina debe resultar fatal, por fuerza, para el hígado y otras vísceras, ni hablemos ya del corazón, órgano siempre romántico. ¿Qué le pasa a ese hombre? ¿Será que le motiva sentirse principal protagonista en el film El mundo contra mí? Le tengo por ególatra, rencoroso, arbitrario y singular, sus mejores virtudes para no meternos con los defectos, que queda feo. Tan injusto le veo en su introspección que le regalaría aquella bella canción When you’re smiling, versión de Louis Prima, superior a la célebre de Satchmo Armstrong. Ya recuerdas su estribillo. “Cuando sonríes, el mundo entero te sonríe”. Si te presentas con ese careto, chico, ni en Moscú te harán fiestas. Máxime, les congelarás el alma.
Ah! Y nada de compararles, Martí, pese a creer en la duda razonable de Pep, allá con sus razones, y la íntima injusticia de Mourinho consigo mismo al no concederse tregua. Misión por misión, prefiero la de Guardiola. Resulta más placentera a la vista. Y al hígado. Mou apenas conseguirá que agradezca su huida adelante en cuanto se produzca, más pronto o tarde.
No pases frío. Da recuerdos a Chamberí de mi parte.
Barcelona, miércoles, 22 de febrero de 2012
– E-Pistolario: 10 puntos no es nada
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