Parece que en la cumbre bilateral Argelia-España del jueves no hablaron de balonmano. Rajoy y sus cinco ministros tenían otras cosas que tratar, como el gas y el petróleo argelino, más que las previsiones un partido tan desigual como el que ha abierto el Mundial 2013, en el que la selección española se ha paseado ante una flojísima Argelia a la que ha derrotado por 27-14. No había pacto alguno, ha sido una paliza en toda regla, sesenta minutos que para España han tenido mucho de ensayo, de rodaje de los jugadores menos experimentados y de ajustar el trabajo previo.
España tenía la lección aprendida del preolímpico de Alicante. Los norteafricanos son incordiones atrás y su marcaje al hombre estilo baloncesto, que han empleado esta vez en ocasiones, es conocido desde hace años como ‘defensa argelina’. Y en ataque tienen limitados recursos donde solo brilla el veterano pivote Mokrani, que juega en las filas del Dunkerke francés a las órdenes del gran zurdo Patrick Cazal, exjugador del Bidasoa. En Argelia hay otros cuatro jugadores que actúan en la liga francesa y en España pasa algo parecido (Maqueda, Entrerríos, Sierra, Rivera, García son ‘franceses’), por lo que el partido podría haberse vendido como un añadido al reciente cincuentenario de la independencia argelina de Francia.
En Alicante el resultado fue de 28-20, en mayo. El tanteo del partido inaugural del Mundial ha reflejado una parecida aportación ofensiva (27) de los hombres de Valero Rivera pero una indudable progresión defensiva, encajando seis goles menos (14). Y esa debe ser una de las claves del Mundial, una zaga fuerte, una portería con alto porcentaje de acierto (hoy fue Sierra, en los días clave será Sterbik) que compense cierta limitación de un ataque en el que quizás faltan tablas a algunos hombres.
Por ello, el seleccionador ha dado minutos a los jugadores con menos entorchados internacionales como Ariño y Montoro, pero los ha combinado con la veteranía de un eficaz Alberto Entrerríos y del infalible pivote Julen Aginagalde, que ha festejado su partido 100 con otro recital de soluciones desde los seis metros.
La sucesión de goles de Víctor Tomás, que ha marcado los seis primeros, ha anticipado lo que iba a ser un despegue claro de España que ha llegado a dominar por 8-2 y por 14-5 en el descanso. Seguro que más de uno de los seguidores del partido en Argelia por la cadena de televisión Al Jazeera-2 se habrán pasado a una telenovela al ver esa tremenda desigualdad que ha crecido hasta el 19-6. No ha habido historia, sólo una sucesión de goles, de choques de los lanzadores españoles con ese pressing argelino y de olas en el animado graderío para dar una pizca de salsa hasta el desenlace.
Ha sido, por tanto, el comienzo deseado porque el rival era el más propicio. Argelia es el país más extenso de África tras la partición de Sudán, pero en deporte es limitada y en balonmano, más aún. Sin embargo ,cumple bien como sparring incordión, que era lo que se trataba. El lunes la dificultad subirá un peldaño con la emergente Egipto que, tras caer precisamente ante los argelinos el año pasado en la semifinal del campeonato de África, ha iniciado un cambio muy positivo. Tiene mejores jugadores y ajustará más el marcador, pero no debe cambiar el planning de España que tras la perita en dulce de Australia, el martes, empezará las cosas serias contra Hungría, el jueves, y Croacia, el sábado. Esos partidos darán la medida de las posibilidades del equipo de Valero Rivera.
* Pedro Gabilondo es periodista. Ha cubierto 9 ediciones de Juegos Olímpicos (desde Munich 1972).
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– Foto: RFEBM 2012
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