Desde que comenzara a ser un entrenador profesional reconocido, Mourinho solo ha disputado tres temporadas completas con un mismo equipo. Fue en el Chelsea. Mucho se ha hablado sobre ese segundo año mágico de los equipos que él dirige pero, ¿cómo soporta el sistema de trabajo de Mou el tercer año?
Mourinho estalla en el panorama internacional en el 2004. Culminó un trabajo espectacular de dos temporadas y media con la conquista la Liga de Campeones con el Oporto y se empieza a hablar de su modelo.
Transgresor. Promueve una nueva corriente de pensamiento técnico para la gestión de equipos que ha desarrollado el profesor Vitor Frade: la Periodización Táctica. Cuando el universo entero hablaba de las distintas parcelas del desarrollo del jugador –física, técnica y táctica–, Mourinho implanta los criterios de su compatriota.
La teoría es sencilla: si se prepara a un grupo de hombres para jugar conforme a un sistema y un modelo de juego, de nada sirve proponerles entrenamientos que se alejen de la situación para la que se les está entrenando. Se eliminan de un plumazo entrenamientos físicos, largas carreras, series de resistencia, trabajos en el gimnasio, juegos grupales que poco tienen que ver con las situaciones que se viven en un campo de fútbol… Cada entrenamiento del plan que propone Mourinho, y que lleva a cabo en sus equipos, prepara al futbolista única y exclusivamente para adaptarlo al sistema y al modelo, la manera de jugar, que busca Mourinho.
Se crean futbolistas adaptados en cuerpo y alma al sistema de juego que él exige. Probablemente, jugadores que han vivido una dura pretemporada al amparo de otros entrenadores estén física, técnica y mentalmente más preparados, por ejemplo, para disputar una carrera popular o para trabajar juntos en cualquier otro ámbito deportivo. Sin embargo, ninguno de ellos está tan adaptado al sistema de juego del entrenador como lo puede estar cualquier futbolista de Mourinho. Hablando claro: Mou no prepara a deportistas, sino a máquinas que han asimilado su sistema de tal modo que, en situaciones similares, sus 22 futbolistas mostrarán una respuesta similar. Es el reflejo condicionado llevado al fútbol. El perro de Pavlov.
Sus jugadores han sido preparados de manera única y específica para la puesta en práctica de ese modelo. La exigencia para la que están preparados es la justa que se necesita para desarrollar el juego. No hay exigencias menores, pero tampoco mayores –pese a la fama de entrenador duro que en algunos momentos se le ha achacado–. Tanto es así, que asegura que en su equipo no existen picos extraordinarios de forma física o largas lagunas de concentración. Es el automatismo llevado a la máxima expresión.
Su sistema le da la razón observando sus etapas en los distintos equipos. Todos los grupos que ha dirigido han logrado el mejor porcentaje de victorias en liga o los mejores títulos en la segundas temporada a su cargo. Eso sustenta su teoría del sistema de entrenamiento integral, progresivo y con la única pretensión de insertar el modelo en la mente del futbolista. A más entreno, mayor asimilación del modelo de juego y, por tanto, mejores resultados.
EQUIPO | AÑO | PARTIDOS LIGA | VICTORIAS | PORCENTAJE | TÍTULOS RELEVANTES |
Oporto | 1º (Sólo media temporada) | 15 | 11 | 73% | |
2º | 34 | 27 | 79% | Liga, Copa y UEFA | |
3º | 34 | 25 | 73% | Liga y Champions | |
Chelsea | 1º | 38 | 29 | 76% | Premier y Copa de Inglaterra |
2º | 38 | 29 | 76% | Premier | |
3º | 38 | 24 | 63% | Copa de Inglaterra y FA Cup | |
Inter | 1º | 38 | 25 | 66% | Calcio |
2º | 38 | 24 | 63% | Calcio, Copa de Italia y Champions | |
Real Madrid | 1º | 38 | 29 | 76% | Copa del Rey |
2º | 38 | 32 | 82% | Liga Española | |
3º (aún no concluida) | 19 | 11 | 58% |
Como podemos ver en la tabla, la incógnita surge en el tercer año al frente de sus equipos. Aunque en el Oporto estuvo tres temporadas, también lo es que en la primera llegó mediado el campeonato, por lo que podríamos no tomar como fiable su periplo como entrenador del equipo portugués para evaluar su tercer año.
Su etapa en el Chelsea arroja más datos. En la primera temporada logra la Premier y la Carling. En la segunda logra la Premier de nuevo. En el tercero logró una nueva Copa de la Liga y la FA Cup. No consigue esta vez la Premier y su porcentaje de victorias es menor, pero lo cierto es que el entonces equipo de Mou, pese a estar inmerso en un debate sobre si abandonaría el club en aquel verano, logró dos títulos –aunque menores en consideración–. ¿El hecho de que no consiguiera la liga puede considerarse un fracaso, sabiendo que se lograron dos títulos? Queda a consideración del lector.
Ahora con el Real Madrid vuelve a afrontar un tercer año dirigiendo a un mismo equipo –en el Inter de Milán solo estuvo dos, ganándolo todo en el segundo–. Sabedores de que la Liga es una presa ya casi inalcanzable, la Copa del Rey y la Champions dictarán sentencia sobre el tercer año de Mou. Si no ganara ninguno, daría lugar a poner en duda el sistema de trabajo que él mismo ha promovido y que podría enseñar lagunas (aun así, con resultados envidiables). De conseguir algún título –especialmente la Liga de Campeones– podríamos hablar de un sistema eficaz y, sobre todo, constante en el tiempo para ganar títulos.
* Javier Coloma.
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– Foto: EFE
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