"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Nunca agradeceremos bastante a sus padres que tomaran aquella decisión: “Nos volvemos a Ferrol”. El pequeño Javier había nacido tres meses antes (Basilea, 25-03-1983) y desde entonces las frías aguas del Atlántico le han visto crecer y ganar. Desde el agua saltó a la bici y a la carrera para unirlos en uno de esos deportes que hasta hace bien poco aquí nos sonaban lejano, muy lejano: el triatlón. Su talento y el sacrificio propio de una familia de inmigrantes hicieron el resto. Capaz incluso de superar al destino y a una enfermedad cardiovascular que amenazó con retirarle demasiado pronto. Nada de eso, Javier Gómez Noya sigue nadando, pedaleando, corriendo y llevando el nombre de España por todo el mundo para alcanzar sus sueños.
Pregunta.- ¿Qué es lo primero que se hace nada más regresar de la otra punta del mundo de pegarse una paliza como esta?
Respuesta.- Descansar. Ir a la cama, pero me he levantado temprano, a las cinco de la mañana ya estaba despierto, me he desvelado. En los primeros días se padece mucho el jet lag. El cambio de hora era muy grande, en Hawai eran 11 horas menos, y eso se nota. Aunque en unos días te adaptas. El clima tampoco ayuda: vienes de estar en camiseta y pantalones cortos y con 30-35 grados y ya me esperaba que aquí el tiempo en noviembre no sería el mejor. De todos modos se echaba en falta ya a la familia y amigos.
P.- Al esfuerzo físico se sumó la incertidumbre de una amenaza de tsunami el día previo a la prueba. ¿Una muesca más en su currículum?
R.- Fue un poco chocante los que no estamos acostumbrados a esas cosas. Estábamos en un apartamento pegado a la playa y nos dijeron que teníamos que desalojarlo porque había un riesgo de tsunami en un par de horas. Comenzaron a sonar las alarmas en toda la isla y nos indicaron dónde teníamos que ir, a una zona más alta de la isla. Allí estuvimos esperando hasta que el tsunami llegó. Se supone que tenía que llegar a las 22:30h. de la noche, aunque no hubo daños materiales ni personales. El nivel del mar subió en algunas zonas hasta un metro. De todos modos, había que tomar las medidas adecuadas, sobre todo después del tsunami que hubo en el Pacífico hace unos años. No sabes qué puede pasar exactamente. Así pasamos nosotros la noche anterior a la carrera, pasando el tiempo en un aparcamiento esperando que nos dejaran volver al apartamento.
P.- A pesar de ello, su respuesta fue inmejorable.
R.- La verdad es que no es la mejor manera de preparar un triatlón. Teníamos que madrugar mucho al día siguiente; yo solo pude dormir 3 horas. Sí, se nota a la hora de competir. Aunque luego me espabilé y pude competir bastante bien.
P.- ¿Qué diferencias fundamentales se aprecian entre el X-Terra y un triatlón convencional?
R.- Es completamente distinto por el terreno. La natación es parecida aunque se hacía en playa con olas y el segmento de bici es por montaña. Son circuitos bastantes duros y técnicos. En este caso eran 30 km. de bici de montaña que se hacían muy duros, con mucho desnivel. La carrera a pie en lugar de ser por carretera como los triatlones del circuito mundial, también era por caminos de montaña con mucha dureza y unas subidas con mucho desnivel, zonas muy técnicas en las que apenas se podía correr. Ha sido una prueba muy dura, no sé si la más dura, porque al final es el ritmo el que hace las pruebas más duras.
En una semana tipo hago unos 20-25 km. de natación, sobre 400 km de bici y 100-200 km de carrera a pie.
P.- Hablemos de la preparación previa para un triatlón. ¿Cuántos kilómetros de media realiza en una semana?
R.- Varía mucho. Depende del momento de la temporada. En una semana tipo hago unos 20-25 de natación, sobre 400 km de bici y 100-120 km. de carrera a pie.
P.- ¿Y cómo es un día de entrenamiento en la vida de Gómez Noya?
R.- Hago los tres deportes cada día. La primera sesión que hago después de levantarme es la natación, unos 4 o 5 kilómetros, dependiendo del tipo de serie que toque ese día. Siempre como algo entre sesiones porque al final son muchas horas y hay que darle gasolina al cuerpo. Después de comer algo hago la sesión de bici, que dura entre dos y tres horas, depende del día. Después de comer y de una siesta que es casi obligatoria para recuperar, por la tarde hago la sesión de carrera a pie, entre 12 kilómetros, el día que menos, hasta 20 o 25 depende del tipo de trabajo que toque ese día. Y a todo esto, unos tres días a la semana se añaden ejercicios en el gimnasio, muchos estiramientos… Al final estás todo el día entrenando.
P.- ¿Influye mucho el lugar dónde se vaya a disputar el triatlón a la hora de prepararlo? ¿La aclimatación a esas condiciones son fundamentales?
R.- La base general del entrenamiento es Galicia, aquí tengo mi casa. Aunque sí que viajo mucho a hacer concentraciones en invierno: hago concentraciones en el sur de España, en Canarias, o en Australia o Sudáfrica. Buscas zonas donde el clima sea más favorable para entrenar. Recuerdo que antes de Pekín, que era una competición con mucho calor, con mucha humedad por las condiciones climáticas de allí, intenté entrenar en sitios que tuvieran unas condiciones parecidas. Es difícil adaptarse a competir a 35 grados y con humedad; por mucho que entrenes en esas condiciones es igual de duro.
P.- ¿Cómo es la alimentación de un triatleta? ¿Usted es muy cuidadoso con ella?
R.- No hay grandes secretos. La alimentación es un pilar muy importante en nuestro deporte porque quemamos muchas calorías al día. Lo que se trata es de comer lo más sano posible, muy variado, que en la dieta no falte fruta, verduras, carne, pescado, carbohidratos. En los días antes de una competición comes más carbohidratos que es la energía que vas a utilizar más inmediatamente. Pero a lo largo del año tiene que ser una dieta muy equilibrada, con los aportes suficientes de hierro y vitaminas.
P.- Recuperarse de los esfuerzos que supone un triatlón y su preparación no debe ser nada fácil. ¿Cómo lo hace? ¿Qué es lo más importante cuando no compite?
R.- Cuando duermes y descansas es cuando asimilas el entrenamiento. De nada sirve machacarte en la pista, hacer series y correr como un loco si luego no duermes tus horas. Para mí es algo fundamental, intento dormir lo máximo por la noche, que nunca es más de ocho horas u ocho horas y media. Además de la siesta de una hora o una hora y media, porque el cuerpo lo agradece, ayudas a asimilar los entrenamientos, ayudas a regenerar. En vacaciones, aunque no entreno, sí que me intento cuidar. En ese período de parón es importante que todas las articulaciones y los tendones que han sufrido mucho durante todo el año se den un respiro.
P.- Con lo que cuenta, ¿se podría decir que estamos ante el deporte más duro del mundo?
R.- No lo creo. Como cualquier deporte a nivel profesional exige una dedicación altísima. ¿Cuál es más duro o menos duro? Es difícil de saber, cada uno tiene sus características particulares. Otros tienen un componente técnico muy importante, aunque físicamente no sean tan duro. Los hay que implican otros tipo de habilidad. Está claro que el triatlón es muy duro, pero seguro que hay deportes iguales de duros.
P.- Y encima el triatlón tiene un componente estratégico y psicológico muy importante.
R.- A la hora de competir, la mente es muy importante. Saber trazar tu estrategia, saber atacar en el momento adecuado, saber recuperarte, no derrochar energía, incluso en los entrenamientos. Esto lo vas aprendiendo con las competiciones, con los años, con la experiencia y con los entrenadores que te asesoran. Es una parte importante porque muchas veces una carrera se decide por pequeños detalles y no siempre gana el más fuerte.
A veces hay que jugar un poco al póker, hay que hacer creer a tu rival que vas mal.
P.- ¿Ha puesto muchas veces cara de póker?
R.- Sí. A veces hay que jugar un poco al póker, hay que hacer creer a tu rival que vas mal cuando no vas tan mal. En otras ocasiones, vas mal pero atacas como un farol para que tus rivales no intenten atacarte más adelante.
P.- Buceemos ahora hasta su orígenes, ¿cómo se interesa un chico gallego como usted en el triatlón?
R.- Mi deporte era la natación. Empecé a nadar con 11 años en el Club Natación Ferrol. Estuve hasta los 15 años haciendo natación. En ese momento conocí el triatlón por casualidad, porque unos compañeros de mi club estaban preparando uno. Sabían que a mi me gustaba correr y la bici y me propusieron competir. Lo hice un poco por pasarlo bien, por probar una aventura diferente y a partir de ahí comencé a tomármelo más en serio, fui entrenando más, preparándomelo mejor y la natación se convirtió en una parte más del triatlón.
P.- Y en ese triatlón queda segundo detrás de Iván Raña, yendo en bermudas y con escasa preparación.
R.- Es casi todo cierto menos lo de las bermudas. Evidentemente el material del que disponía por aquella época no era el mejor, pero tampoco era necesario. Para hacer mi primer triatlón utilicé una bici de segunda mano que no era mala del todo. Fue una experiencia muy bonita, muy dura también porque no tenía la preparación adecuada para competir en un triatlón por aquella época, pero me hizo ver que tenía cierta habilidad para este deporte.
Valoré más el simple hecho de estar en una línea de salida y poder competir.
P.- Años después de aquello conoce la cara amarga del deporte. Le detectan una valvulopatía aórtica congénica en el corazón, está cuatro años sin competir y muchos le llamaron suicida por querer hacerlo. ¿Qué aprendió en ese tiempo?
R.- Fueron momentos duros. Al principio te preocupas por tu salud, por saber qué es lo que pasa. Después de visitar a muchos médicos me tranquilizaron diciendo que no tenía ningún problema para hacer deporte de alto nivel. A partir de ese momento se convirtió en una lucha contra la Federación Española y contra el Consejo Superior de Deportes, que eran los que me ponían las trabas hasta que conseguí que me escucharan. Después de mucho tiempo y mucha lucha pude recuperar la licencia y volver a competir. Lo veo como una época positiva, que me ayudó a madurar y a crecer. A raíz de eso valoré más el simple hecho de estar en una línea de salida y poder competir.
P.- Y de ahí a que le llamen el Tiger Woods del Triatlón hay un paso. Explíquenos esa historia.
R.- Eso lo dijo Simon Withfield. Fue el primer triatleta campeón olímpico en Sidney 2000 y todavía está en activo. Es un orgullo, porque eso significa que he ganado muchas carreras y que he estado muchos años en los más alto de mi deporte y es algo que no podía imaginar cuando empezaba. Tenía esperanzas e ilusión de ser un buen triatleta y ser campeón del mundo, todos los niños alguna vez lo piensan en el deporte que practican. Al final llegaron muchos más éxitos de los que podía imaginar. En ese sentido estoy muy contento y muy orgulloso.
P.- Hablemos de la competición estrella, los Juegos Olímpicos. En Pekín probó la amargura de la medalla de chocolate.
R.- El deporte no son matemáticas y, a veces, cuando vas de favorito hay que competir y las medallas hay que ganarlas. En nuestro deporte solo hay una prueba y todo el mundo compite en la misma distancia y solo hay tres medallas en juego. En Pekín llegué con problemas, con una lesión que venia arrastrando. No estaba en mi mejor momento y a pesar de ello estuve hasta el final en la lucha y acabé cuarto. Evidentemente, en su momento fue duro, fue un palo porque aspiraba a más. Pero aprendí muchas experiencias: lo que son unos Juegos Olímpicos, descubrí errores que había hecho en la preparación y eso me ayudó a no repetirlos para Londres. Es una carrera de un día que puede pasar mil cosas. Si ese día no va todo sobre ruedas tienes que esperar mucho para tener otra oportunidad.
P.- Después de aquello, ¿la medalla de plata de Londres fue una liberación?
R.- Me vino muy bien la experiencia de Pekín. Y en Pekín estoy seguro de que si hubiera tenido la experiencia de Atenas, que creo que en su momento no me llevaron pero había hecho méritos suficientes para estar, las cosas hubieran sido diferentes. Pero bueno, las cosas pasan como pasan. En cualquier caso, yo creo que Pekín fue una experiencia clave para Londres y, en ese sentido, haberla vivido me ayudó mucho en la preparación.
P.- ¿Cuántas pesadillas ha tenido con el apellido Brownlee?
R.- Pesadillas no, pero quebraderos de cabezas he tenido unos cuantos. Evidentemente son mis máximos rivales en estos últimos años y son muy buenos, muy completos y con muy pocos puntos débiles. Los dos, tanto Alistair como Jonathan, son muy difíciles de batir. A todos nos han hecho trabajar más, ser más profesionales y tener que cuidar todos los detalles para mejorar y estar a su nivel. Hemos tenido que dar un salto de calidad y al final eso es bueno para el deporte, porque los duelos que hemos mantenido han sido muy bonitos.
P.- Más allá de los Brownlee, ¿qué otros rivales le van a dar nuevos quebraderos de cabeza en los próximos años? ¿Alguna joven promesa española? Aporte algún nombre.
R.- Hay muchos chavales jóvenes en Sub-23 que lo están haciendo muy bien. Nunca sabes cómo puede ser la evolución, a veces gente que despunta mucho de joven se estanca y no llega a ser muy bueno a nivel absoluto y viceversa. Aquí en España destaca Fernando Agarza, que ha sido subcampeón del mundo Sub-23 y fue campeón del mundo junior. Es un gran triatleta ya, seguro que va a ser un rival duro porque ya está a un nivel altísimo. Hay un grupo de australianos Sub-23 que lo está haciendo muy bien. El portugues Joao Silva también lo está haciendo bien. En general, hay cantera y por rivales no va a ser. Si en Río quiero ser competitivo no me valdrá con el nivel de Londres, voy a tener que seguir mejorando.
P.- Y ahora que se vuelven a apagar los focos mediáticos, ¿le permite eso preparar mejor el resto de las competiciones? ¿O preferiría un mayor seguimiento de su deporte?
R.- Por el bien de mi deporte preferiría un mayor seguimiento. Cada vez lo está teniendo más, pero es cierto que hasta que no llegan los Juegos Olímpicos no se acuerdan de muchos deportistas, de muchos deportes que el resto de los cuatro años pasan muy desapercibidos. Así funcionan las cosas en España. Ante eso poco podemos hacer los deportistas. Nosotros intentamos competir lo mejor posible, entrenar bien y luego si nos sacan en los medios pues perfecto. A estas alturas, yo voy a seguir disfrutando de mi deporte, no solo en año olímpico, y luego si tiene más repercusión o menos no va a depender de mí.
P.- ¿Qué aspectos del triatlón puede mejorar Javi Gómez Noya?
R.- Mi objetivo es mejorar en todo. Cada año que pasa es más complicado porque el nivel es más alto y hoy en día mi nivel es muy parecido en los tres deportes y cuesta mejorar. Siempre hay pequeños detalles, cosas que aprendes de un año para otro, errores que intentas solucionar. Al acabar la temporada haces una pequeña reflexión sobre cómo ha ido la temporada y siempre ajustas mejor la forma de entrenar para mejorar. La carrera a pie es muy importante porque es la última prueba y ahí se deciden muchas de las competiciones. Por eso hay que seguir trabajando la carrera, no solamente con hacer kilómetros y con intensidad y en pista, sino mucho trabajo complementario de gimnasia, trabajo específico para intentar ser mejor corredor en fatiga, porque al final nosotros corremos después de casi una hora y media de competición, que no es lo mismo que correr cuando estás fresco.
Creo que en su momento no me llevaron a Atenas pero había hecho méritos suficientes para estar.
P.- Acaba de finalizar una temporada en la que ha obtenido triunfos tanto en la competición olímpica, como en el título europeo, en las Series Mundiales, etc. ¿Estamos ante su mejor año?
R.- Yo creo que sí. En general, ha sido el año más completo. He estado delante en muchas carreras. Evidentemente, la medalla olímpica era algo que no tenía en mi palmarés y sin duda es el logro más importante del año. He acabado segundo en el Campeonato del Mundo, he ganado el Campeonato de Europa, he ganado la final del Mundial, que es la prueba más importante, he ganado el Campeonato del Mundo de X-Terra en Hawai. Yo creo que sí, es el año más importante de mi carrera.
P.- Tras haber repasado su palmarés, habiéndote colgado por fin una medalla olímpica, ¿cuál es su siguiente objetivo?
R.- Pensando en Juegos Olímpicos, la única manera de mejorar la plata es lograr el oro. Me gustaría estar en Río en condiciones de luchar con los mejores, no quiero ir para participar o clasificarme y ya está. Si voy es porque estoy arriba y tengo mis opciones de medalla. Luego, evidentemente, el día de la carrera, conseguirla o no es otra cosa. Entre medias tendremos campeonatos del mundo y de Europa que para mi son igual de ilusionantes y me mantienen motivado.
P.- Seguro que tras esa medalla de plata le habrán llovido las ofertas de patrocinadores y apoyos institucionales
R.- (Se ríe) Hay alguna marca que ha mostrado su interés tras la plata de Londres 2012. Aunque a estas alturas no creo que vaya a conseguir ningún patrocinador espectacular, ni habiendo conseguido el oro. No me quejo porque creo que tengo buenos patrocinadores aunque lamento mucho que no sea ninguno español. En ese sentido estoy en una buena situación, me preocupa más la situación de otros deportistas, chavales más jóvenes que están empezando a despuntar en el triatlón y dado el momento actual a nivel mundial es difícil encontrar sponsor y empresas que apoyen al deporte.
P.- ¿Te han pagado ya la medalla de plata de Londres 2012?
R.- No he mirado la cuenta corriente, pero no lo he cobrado seguro. Y tampoco espero cobrarlo próximamente porque sé, por experiencia, que para estas cosas tardan bastante.
* Emmanuel Ramiro es periodista.
– Fotos: EFE – www.xterraplanet.com – Reuters
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