Hace algunas semanas escribía sorprendido por la política deportiva que estaban siguiendo los filiales de dos de los clubes más importantes de Europa. Se estaban realizando contrataciones que podían cortar la progresión de algunos jugadores a la vez que se obligaba a otros con mayor proyección a hacer las maletas.
La utilización o no de jugadores que provienen del fútbol base es un tema que está de moda. A continuación os dejo algunas de las claves que pueden ayudaros a entender mejor las diferencias y dificultades que se encuentran los futbolistas dependiendo de la política utilizada por cada club.
El primer aspecto que me gustaría analizar es el de la importancia de tener una filosofía de juego clara y que será seguida por todos los equipos que formen parte del club; o bien la posibilidad de dar libertad a los entrenadores para utilizar aquel estilo o sistema que consideren oportuno para las características de su plantilla.
Tener un sistema definido desde el equipo profesional y que todas las categorías inferiores deben seguir tendrá ventajas para el club, pero puede suponer una desventaja para el jugador, mientras que esos equipos en los que no hay un criterio unificado a lo que a organización táctica se refiere tendrán mayor beneficio sobre el jugador que sobre la entidad.
Si durante su periodo de aprendizaje el futbolista crece bajo un sistema y estilo muy marcado, en el futuro tendrá más dificultades de adaptación en el supuesto que deba abandonar el club.
Un jugador cuyo crecimiento deportivo lo ha realizado bajo un estilo ofensivo, donde la asociación entre jugadores es clave y a su vez todo gira en torno a mantener la posesión del balón, tendrá serias dificultades para encontrar un equipo que se adapte a la filosofía de juego con la que ha convivido desde sus inicios. Tendrá que ser capaz en muchas ocasiones de reinventarse para poder hacerse un hueco en el fútbol profesional.
Por otro lado, el jugador que haya convivido con todo tipo de estilos tendrá menores dificultades para adaptarse a una nueva aventura, razón por la cual no dudará en hacer las maletas para alcanzar su objetivo.
Llega el momento de dar el salto al equipo profesional. Aquí sí encontraremos grandes diferencias entre una cantera y la otra.
El futbolista formado bajo una filosofía clara e innegociable tendrá una gran ventaja en el momento que consiga dar el salto, al encontrarse con un ambiente y una idea futbolística que le resultará familiar, sin grandes dificultades para entender aquellos conceptos que el técnico quiera introducirle.
Con su llegada al primer equipo el futbolista cumplirá con un sueño que ha perseguido desde sus inicios y su objetivo será conseguir consolidarse en la plantilla. La posibilidad de ser cedido es contemplada como la última opción y siempre será consensuada con el club en busca de un equipo que se adapte a las características del jugador y a su vez a las exigencias de la entidad, que no querrá que la progresión del jugador sufra un frenazo.
En cambio, para el otro canterano, promocionar al equipo de los mayores se convertirá en una aventura en la que deberá descubrir nuevas ideas y conceptos que muy probablemente no haya trabajado anteriormente, llegando a sentirse como un extraño. En ocasiones deberá adaptarse a nuevas posiciones con las que no estará familiarizado y contará con el hándicap de que el tiempo no estará de su parte para conseguir convencer a su nuevo técnico.
A muchos de estos futbolistas, la falta de oportunidades provocará que decidan hacer las maletas y marcharse en busca de minutos de juego, considerando el club que esta es la mejor opción. En el proceso formativo habremos creado jugadores que tengan como objetivo convertirse en futbolistas profesionales a los que no les supondrá ningún disgusto no llegar a hacerlo en el equipo en el que se iniciaron como jugadores.
Como podéis ver, nos encontramos ante dos canteras totalmente distintas y a su vez exitosas al ser capaces de crear jugadores profesionales, aunque debemos reconocer que una de ellas producirá una mayor satisfacción al dar continuidad y beneficiarse del trabajo realizado durante años.
Las plantillas de los filiales deben estar compuestas mayoritariamente por futbolistas jóvenes que tengan una proyección que les podrá permitir incorporarse a la primera plantilla a corto o medio plazo. Esta debería ser, bajo mi punto de vista, la característica principal de todos ellos.
El club debe definir cuál será su estrategia y objetivos para la temporada, decidir si se centrarán en la formación de jóvenes promesas que puedan llegar a ser parte del primer equipo, o bien luchar por alcanzar la mejor posición posible en la clasificación general dándole prioridad a los resultados.
Esas dudas provocan la llegada de jugadores contrastados o veteranos a los filiales, que no serán de gran ayuda en el desarrollo de las jóvenes promesas, aunque serán de vital importancia si se quieren conseguir resultados deportivos positivos. Pese a ello, el aspecto principal que se deberá analizar es si estos jugadores tendrán opciones reales de formar parte del primer equipo o si, por el contrario, formar parte del filial es a lo máximo que pueden aspirar, no cumpliendo con el requisito imprescindible para formar parte de esta plantilla.
La clave del éxito de la cantera es que el entrenador del primer equipo tenga confianza absoluta en el trabajo que se realiza en la base, y para ello debe tener un conocimiento total de todo el trabajo que allí se realiza.
Los jóvenes valores del futuro deben sentirse observados y valorados por los técnicos, ya que es la única manera de mantener su ilusión.
Dependiendo de la confección de la plantilla del primer equipo, los canteranos se sentirán con más o menos opciones de alcanzar el camino que les conducirá a cumplir su sueño. Os presento tres opciones para confeccionar las plantillas y el mensaje que cada una de ellas transmitirá a los jugadores del filial:
La importancia de los filiales en los próximos años va a ir en aumento. La crisis económica puede ser una causa, pero no debe ser la única, ya que en las últimas temporadas se ha demostrado que con tiempo, ilusión, trabajo y paciencia, entre otras muchas cosas, la cantera puede aportar resultados positivos al mismo tiempo que se crean valores y sentimientos difíciles de encontrar e incluso de comprar.
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB Escola.
– Fotos: EFE – José Antonio García Sirvent (Mundo Deportivo) – FC Barcelona
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