"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
Les planteo una cuestión: dando por sentado la existencia de unas mínimas características comunes, ¿puede tener el mismo perfil un defensa central para el Barça que uno para el Inter de Milán? ¿Tiene algo que ver el modo defender de un equipo y otro? Elijan otros ejemplos si prefieren: Borussia Dortmund y Spartak de Moscú. ¿Necesitan defensas similares? Personalmente, pienso que las necesidades son muy diferentes: unos se defienden replegados en formación de tortuga romana y otros lo hacen desplegados y atacando. Son modos distintos de jugar y cada modo exige futbolistas específicos. Así, este Barça -y recalco “este” porque el Barça no siempre jugó como lo hace en los últimos años- precisa defensas con unas características muy concretas, más allá de las condiciones básicas. De un defensa del Barça moderno (no hablo de los años 80, de cuando Migueli) no se espera que despeje 60 balones por alto, ni salga al corte una docena de veces, ni se lance veinte veces al suelo desesperadamente para evitar remates rivales. Eso es exactamente lo que el Chelsea espera de Terry o Cahill, pero lo que el Barça pretende es no llegar a necesitar este tipo de actuaciones de sus defensas porque el juego colectivo del equipo impida al rival crear dichas acciones. El Chelsea es capaz de ganar la Champions encerrado en su área, pero para ganar ese mismo título el Barça quiere, pretende y necesita encerrar al rival en la suya. Por tanto, los planes son tan diferentes (aunque el objetivo, ganar, coincida) que los jugadores a utilizar también deben ser distintos.
Por todo ello, Mascherano es un central prodigioso cuando el Barça ataca de manera correcta según su modo de jugar (prodigioso porque corrige los problemas, recuerden a Bendtner) y solo discreto cuando el equipo está encerrado alrededor de Valdés. Y así podríamos analizar a todos los centrales de los últimos tiempos y comprender porqué triunfó Márquez siendo lento pero colocándose como nadie o porqué la presencia de Piqué es fundamental para iniciar el juego con limpieza y solvencia y su ausencia resultó absolutamente clave para caer, precisamente, frente al Chelsea hace pocos meses en semifinales de Champions. Y ahora llega Marc Bartra ante su gran reto, sea hoy u otro día, acompañado por Mr. Darwin, el implacable.
Hay miedo en el Barça por los defensas. Desde siempre, pero especialmente desde que el fichaje de Chygrynskiy devino en fracaso. Desde entonces, pavor a fichar un central, pánico a mover pieza. Tras 5.600 horas de aprendizaje en la cantera, un chaval de 20 años entra en el Camp Nou bastante preparado, aunque todavía sin curtir. En esos casos, es lanzado a los leones y llega Mr. Darwin para juzgar si su futuro será blaugrana o no. Bastará un error flagrante, una indecisión inoportuna, un despeje marrado y el Camp Nou torcerá el gesto mientras Darwin frunce las cejas. Bartra ya sabe a qué atenerse: paso adelante y valentía. Está preparado y está llegando su hora.
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