"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
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Dos finales mal jugadas ensuciaron el recuerdo de un año de ensueño, pero el Athletic Club, Marcelo Bielsa y Javi Martínez no dejaron de ser por ello algunos de los nombres propios de la temporada. En su unión, la particularidad brilla como en pocas: la entidad del romanticismo, el entrenador de la marca al hombre y el interior que se convirtió en central para, en algún momento, igualar o vencer el duelo ante Benzema, Rooney o el mismísimo Leo Messi. La mezcla colmó. Ahora, tras disfrutar durante 9 meses, a Urrutia le ha tocado sufrir durante 3.
FICHA TÉCNICA
PERFIL FUTBOLÍSTICO
Javi Martínez formaliza, junto a Fernando Torres y Sergio Ramos, la llegada del siglo XXI al fútbol español. Es difícil averiguar si el petit-suisse cumplió con su deber o si la calidad del fútbol base logró domar para el balompié físicos destinados a deportes más brutos, pero este síntoma de modernidad cae bien. Muy fuerte, muy potente, muy rápido, muy flexible y extraordinariamente coordinado, el centrocampista del Athletic es pura vanguardia. Élite. Quizá, en este aspecto, el número 2 mundial solo superado por Yaya Touré.
En lo técnico es notable absoluto o sobresaliente relativo, según prefiramos. Su primer control, pese a su uniformidad -solo maneja el interior de su diestra- es muy bueno, de los que solucionan problemas. Tras él, siempre queda mejor de lo que estaba. Orientado, su primer impulso es correr, y su conducción bendice su tendencia. Precisa, zigzagueante si se requiere y permitiendo en todo en momento soltarla bien. En tareas de definición (chut, manos a manos o cabezazos) supera el promedio de su posición. Donde puede quedarse un poco corto es en lo asociativo si no se entiende bien su rol. Javi no tiene la velocidad de ejecución necesaria para sobrevivir sin restar en cadenas de pases en espacios reducidos, si bien activando lados débiles es demoledor. Valorando conceptos defensivos, las dudas son inexistentes, porque es un portento. Enorme uso de su cuerpo, fantástico gesto de anticipación y buenísimo al quite, su punto débil sería, y sólo cuando hace de central, el despeje, pero en ningún caso representa una debilidad para su equipo tampoco en esta faceta. Su cuerpo está perfectamente preparado para defenderlo todo.
Javi Martínez es, como Patrick Vieira o Touré Yaya, un centrocampista ideal para jugar al lado de un mediocentro clásico, pero sus extraordinarias condiciones le convierten en un jugador muy versátil. Interior, “central Bielsa”, mediocentro y central son, de mayor a menor afinidad, las posiciones que domina.
Un futbolista es sí mismo y sus circunstancias. Un centrocampista, sus circunstancias y sí mismo. Así, valorar su nivel como interior es algo complejo. Lo que mejor le viene es un equipo de transiciones –que no de contragolpe. Es más sensible percibiendo hacia dónde ir que eligiendo dónde estar, sea cual sea el poseedor del balón. Con él, consigue el espacio para controlar y arrancar y, en vuelo, lo ve todo claro. Sin él, mide el acoso muy bien y tiene un olfato especial para detectar la trayectoria de los rechazos. En el caso de que su equipo fuese más tendente al ataque posicional -no es el caso del Athletic Club-, le va mejor activar el lado débil. Es decir, que su equipo tienda a tener el balón en un perfil en concreto, que exija basculación hacia allá y él pueda atacar zonas limpias. ¿Está invalidado de no ser así? Ni mucho menos, Javi es un jugador TOP y encuentra soluciones, pero no estaría optimizado.
No obstante, donde ha causado sensación ha sido como central. Si se ha distinguido la opción “central Bielsa” de la de “central” a secas es porque no son lo mismo. Bielsa es defensor de sistemas presionantes desde primera línea sustentados por marcas individuales. O sea, los centrales defienden muy lejos del área y tiene un hombre fijo a marcar en cada jugada, al que persiguen hasta casi donde sea. Las exigencias principales son de calidad física, técnica orientada al espacio abierto y, sobre todo, gran capacidad de concentración. El triunfo de Javi Martínez ha sido evidente.
Como mediocentro está tierno, le falta experiencia. Se trata, quizá y portería aparte, del oficio más específico del fútbol, se requiere poso, paciencia y reflexión, y a Martínez eso no le agrada. Es un puesto que le ata las piernas, que es su signo diferencial. Los problemas ya explicados cuando valoramos sus cualidades como interior se acentúan jugando como pivote. Tampoco es especialmente bueno decidiendo el lado de salida. La verdad es que se tiende a pensar que jugadores con estas características pueden adaptarse sin problemas a la posición ancla, pero el único precedente de éxito fue el de Touré Yaya en el Barcelona de la 2008/09. Ni el marfileño jugó antes o después como tal, ni Vieira prefirió jugar solo antes que hacerlo al lado de Gilberto Silva, Deschamps, Makelele o Emerson. Sí es verdad que saltando tras saques de portería es un coloso, y aunque parezca un detalle superficial, son 25 metros por jugada. No se valoran hasta que comienzas a perderlos sistemáticamente. También es verdad que su lateralidad defensiva es un plus tremendo en transición defensiva cuando la calidad de la pérdida no es la mejor.
La última alternativa es la de central en sistemas de marca zonal. Sin verlo, vaticinar es incierto, pero las perspectivas no serían las mejores. Determinar la altura ideal para el achique, dominar la cobertura lateral, manejar el área ante cualquier tipo de reto… son especificidades para las que Javi Martínez no ha sido entrenado, aunque condiciones tiene más que la mayoría de los mejores de la última década. El entrenador que le pillase tendría un papel crucial.
De modo general, y para cerrar, un apunte y una reflexión. El apunte es que estamos ante un jugador realmente competitivo, de los que responde en las plazas grandes, diga lo que diga Radamel Falcao. Esa personalidad le ayudará a triunfar donde sea. La reflexión gira en torno a su versatilidad y el verdadero valor de la misma. Javi Martínez cuesta mucho dinero. Una suma que sólo está al alcance de los clubes más gigantes. Por consiguiente, los más exigentes en lo deportivo. La pregunta que determinará su éxito es: ¿Para qué quiere un posible comprador a Javi Martínez? Si la respuesta es firme y corta, bingo. La de Bielsa lo es. Ya lo sabemos todos.
* Abel Rojas. En Twitter: @ecosdelbalon. En la web: ecosdelbalon.com
– Fotos: Mundo Deportivo
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