La selección de México es una de las mayores potencias futbolísticas del continente americano. Mientras que Argentina y Brasil han dominado, con firmeza, la parte del sur de América, los mexicanos, junto con los estadounidenses, han sido los rivales a batir en la zona centro y norte del continente. Los mayores éxitos internacionales del “Tri”, como popularmente se le conoce por portar tres colores, han sido los cuartos de final en los dos mundiales de fútbol que se celebraron en tierras mexicanas. Nunca ha conseguido salir campeón de la Copa América de Naciones, habiendo conseguido dos segundos puestos y habiendo caído hasta tres veces en la ronda de semifinales. Lo que México sí consiguió alzar fue la Copa Confederaciones de 1999. Por último, se puede mencionar al “Tri” como la selección más laureada de la parte centro y norte del continente. El hecho de ser la selección con mayor número de Copas de Oro en su haber lo demuestra. Hasta 10 veces han alzado los mexicanos dicha Copa de Oro.
Esta selección, además de ser una de las más laureadas del continente, también es de las más irregulares en lo que a juego ser refiere. En la fase de clasificación para el pasado Mundial de Fútbol celebrado en Brasil, México obtuvo el pase por una derrota in extremis de Panamá a manos de Estados Unidos. Víctor Manuel Vucetich llegó al cargo como seleccionador el 12 de septiembre de 2013, antes de que se confirmara que México tendría opción a la repesca. Tan solo un mes después, tras un rendimiento irregular del equipo, la Federación Mexicana de Fútbol volvió a tomar la decisión de cambiar de técnico. Esta vez las riendas las cogió el que por entonces era entrenador del América de México, Miguel Herrera. Una vez superada la respesca, de forma contundente, ante Nueva Zelanda, se comenzó a pensar en clave Copa del Mundo. Miguel Herrera hizo un gran trabajo con el equipo y logró clasificarlo para octavos de final sin perder ningún partido en la fase de grupos. Los Países Bajos se impusieron en el camino de México a igualar su mejor registro en un mundial: la ronda de cuartos de final.
El buen rendimiento en el Mundial de 2014 hizo que Miguel Herrera continuara como técnico para afrontar la fase de clasificación para el Mundial 2018, la Copa América 2015 y la Copa de Oro 2015. El verano de 2015, México disputó dos torneos. La Copa América celebrada en Chile y la Copa de Oro. En el torneo celebrado en Chile, México fue integrado en un grupo con la anfitriona, Ecuador y Bolivia. El primer encuentro disputado se empató a cero contra Bolivia, un resultado negativo teniendo en cuenta la inferioridad del rival. Chile esperaba en el segundo encuentro y el espectáculo no defraudó. Al término de los 90 minutos el marcador reflejaba un empate a 3 válido para los locales, pero que seguía sin servir a los aztecas. Con la derrota en el último encuentro por 1-2 ante la selección de Ecuador, México quedó última de su grupo con un pobre bagaje de dos puntos y ninguna victoria.
Tras el fracaso en la Copa América, que terminó por alzar como ganador a la selección chilena, México disputó la Copa de Oro de la CONCACAF para resarcirse. El nivel de esta competición es notablemente inferior al de la Copa América, y eso se puede observar desde el primer momento al presenciar la composición del grupo de México. Los aztecas fueron emparejados junto a Cuba, Guatemala y Trinidad y Tobago. Una victoria y dos empates fueron suficientes para pasar como segundo clasificado a la siguiente fase del torneo. Pese a que se lograra acceder a la ronda de cuartos de final, el “Tri” no convencía ni en resultados ni en juego. En los cuartos de final, México se impuso por 1-0 a la selección costarricense en la prórroga. Y lo mismo pasó en la ronda de semifinales, donde el partido tuvo que irse al tiempo extra al mostrar un resultado de empate a uno al término de los 90 minutos. Panamá plantó cara, pero México consiguió, de nuevo, el gol de la victoria al borde de la tanda de penaltis. La final, en contraposición, fue el partido más sencillo. México se impuso a Jamaica por un claro 3-1 que le hizo alzar el torneo por décima vez.
Después del fracaso de la Copa América y del éxito cosechado en la Copa de Oro, se comenzaba a afrontar la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018. La federación mexicana contrató, el 14 de octubre de 2015, a Juan Carlos Osorio como nuevo seleccionador del Tricolor. Osorio tiene su papel más importante y destacado como entrenador de clubes con Atlético Nacional de Colombia. En su primer año en el club consiguió un total de tres títulos. Su carrera subió como la espuma mientras estuvo sentado en el banquillo colombiano y salió con una imagen muy reforzada de Atlético Nacional. No es de extrañar el interés de la Federación Mexicana por su contratación.
El idilio entre Juan Carlos Osorio y la selección azteca ha ido creciendo a medida que se iban cosechando buenos resultados. Osorio sumaba nueve triunfos consecutivos desde el inicio de su etapa como seleccionador mexicano hasta que se empatase con Venezuela en el tercer partido del grupo de la Copa América Centenario 2016. Ese mismo empate ante la selección venezolana posibilitó que la selección mexicana superara el registro de La Volpe como técnico. El seleccionador argentino acumuló un total de 21 encuentros invicto con el “Tri”. Ahora, Juan Carlos Osorio lo ha superado con un total de 22 encuentros sin conocer la derrota. Hay que añadir que este no es un récord que pertenezca íntegramente al seleccionador actual, ya que Osorio asumió los mandos de la nave cuando esta ya había encadenado algunos partidos sin perder. Pero entre todos esos partidos, podemos encontrar victorias y empates ante selecciones potentes como Argentina (2-2), Paraguay (1-0), Chile (1-0) o Uruguay (3-1).
Juan Carlos Osorio no ha hecho a México una selección resultadista, ni mucho menos. Los grandes resultados que se han ido cosechando han llegado por méritos en el juego. El “Tri” ha adoptado una forma y estilo de juego muy dinámico y atractivo para el público. Osorio no cree, para nada, en el juego defensivo, y sus equipos siempre han tenido en la parcela central y ofensiva sus mayores bazas. De hecho, su sistema defensivo, además de estar compuesto por jugadores que se pueden lanzar al ataque, se ubica muy cerca de la línea de centro del campo con los riesgos que ello supone. Osorio está sabiendo aprovechar perfectamente el buen estado de forma de su mejor punta: Javier Chicharito Hernández. El delantero del Bayer Leverkusen está aprovechando su buena racha de cara al arco para ayudar a su selección de cara al campeonato americano. De hecho, se encuentra a un solo gol de igualar a Borgetti como máximo goleador del Tricolor, y a solo dos de superarlo.
Los aztecas están sorprendiendo a propios y extraños por rendimiento y la forma de llevar a cabo un estilo de juego difícil de plasmar sobre el campo. Osorio tiene claro que, pese a que sus equipos son eminentemente ofensivos, la base de ese sistema atractivo y atacante se encuentra en la forma de organizar la línea defensiva. Héctor Moreno, Araujo, Diego Reyes y el veterano Rafael Márquez son sus hombres de confianza en la zaga. Cuando el combinado tricolor tiene el control de la pelota, la línea defensiva adopta una forma de rombo. Araujo y Moreno se quedan como centrales en los costados en una teórica línea de tres y Rafael Márquez y Diego Reyes se alternan como mediocentro defensivo delante de la línea de tres centrales o central entre Moreno y Araujo. Por delante del mediocentro defensivo se expanden dos líneas de tres jugadores.
La línea de tres centrocampistas está formada por Guardado, volcado a la izquierda, Layún, volcado a la derecha y Herrera enlazando como mediapunta. En esta línea es importante destacar el trabajo de Miguel Layún. El jugador del FC Porto es un auténtico pulmón para el combinado azteca, ya que además de sumarse al ataque desde el centro, realiza mucho esfuerzo defensivo al ayudar al central derecho en innumerables ocasiones. Guardado, en el otro costado, aporta mayor calidad a la hora de tratar el balón. El jugador del PSV se suele juntar con el mediocentro defensivo en el medio para ayudar a dar salida a la pelota y enlazar con los jugadores ofensivos. Cuando la jugada se encuentra merodeando por las cercanías del área rival, adopta una posición de enlace, junto a Herrera, o bien cae al costado izquierdo para intentar realizar algún envío con peligro desde ahí.
La línea de atacantes suele estar bien definida por Corona a la izquierda, Chicharito Hernández en la punta de lanza y Aquino o Raúl Jiménez en la derecha, dependiendo de lo que el partido necesite en cada momento. Corona puede ser, de lo que llevamos de Copa América hasta el momento, la mejor individualidad de México. Sus constantes diagonales desde la izquierda hacia adentro, combinadas con sus acertados envíos y resoluciones desde ese costado han marcado la diferencia para el combinado dirigido por Osorio. Además de estos tres jugadores, habría que mencionar al suplente de lujo: Lozano. El ‘8’ azteca ha cumplido con creces cada vez que ha entrado desde el banquillo. En el encuentro contra Uruguay fue la dinamita que México necesitaba para encontrar los goles. Sus méritos no pasaron desapercibidos para Osorio y le otorgó la titularidad en el tercer partido de grupo ante Venezuela. Chicharito en punta es un factor siempre a tener en cuenta, sobre todo por el gran momento de forma que está pasando.
Un 3-1-3-3. Ese es el sistema que Osorio ha instaurado en México. Un modelo de juego innovador marcado por la formación de tres rombos dentro del campo donde los ejes de cada uno de ellos son los jugadores a tener en cuenta: el central en el eje, el mediocentro defensivo, el mediapunta y el delantero centro. Una columna vertebral del equipo bien marcada y ayudada por la calidad y el trabajo inestimable de los hombres de los costados. Aunque esta forma de jugar no solo deja buenas noticias. El atractivo de su juego tiene su contraposición en los riesgos que se deben asumir para jugar de tal forma. La defensa adelantada está provocando algunas situaciones no deseadas en el Tricolor. Además, la salida pausada de balón que pide Osorio parece no haber sido interiorizada aún por algunos jugadores. La excesiva pausa requerida y no controlada por algunos ha desembocado en pérdidas peligrosas en zona de creación. La espalda defensiva en el costado izquierdo es otro de los problemas a solucionar, ya que Héctor Moreno suele confiarse demasiado y tampoco presenta la gran ayuda que sí se aprecia por la derecha con Miguel Layún.
No obstante, y pese a los fallos comentados, esta selección mexicana desprende un aroma que hacía ya tiempo que no se podía apreciar. Se han podido observar grandes minutos de juego de posición, sometiendo al rival en su propio campo con una velocidad y fluidez de balón llamativa. La combinación entre este juego de posición y el dinamismo y capacidad en el uno contra uno de jugadores como Corona, hace del Tricolor una selección muy completa. Su llamativo estilo de juego, conjugado con una colocación original e innovadora sobre el terreno de juego está siendo una de las sorpresas más agradables de la Copa América Centenario. El México de Osorio huele a equipo grande. Su aspiración es conseguir su primera Copa América y hacerlo creando escuela en una zona necesitada de innovaciones futbolísticas como América. Osorio ha puesto a México en el punto de mira de muchas selecciones como uno de los equipos a batir. La actual campeona de América espera en cuartos en lo que será la verdadera prueba de fuego para los aztecas.
* Christian Sánchez.
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