Crónicas 2015-2016 / España / Copa del Rey 2015-2016 / Fútbol
1.- Después de una semana en que volvió a hablarse de todo menos de fútbol, arrancaba la final de Copa en el Calderón con un vibrante duelo entre los dos equipos con más títulos internacionales de los últimos diez años.
2.- El Sevilla, con Sergio Rico e Iborra como novedades con respecto al equipo titular que ganó la Europa League, situado en 4-4-2 y bloque medio, con Banega en el doble pivote e Iborra por delante para buscar el juego directo, que sería clave. En el Barcelona, un matiz interesante: defensa de tres en la salida de balón con Busquets en línea con Mascherano y Piqué, pero en este caso no por el centro, sino abierto a la derecha.
3.- Pronto avisó el Sevilla por la banda derecha, pero primero apareció Ter Stegen –que defiende tan bien el espacio como la portería– y después no consiguió rematar Coke. Los de Emery arrancaron más intensos. Se tiende a pensar que jugar finales encadenadas es perjudicial para un equipo, pero suele ser al contrario, sobre todo al inicio del duelo. La competitividad y mentalidad del que viene de ganar una final es superior al que ha estado solo entrenando.
4.- El argumento ofensivo del Sevilla era buscar el salto de cabeza de Iborra y, a partir de ahí, el desmarque de ruptura de Gameiro o el rechace en la segunda jugada con Coke o Banega. Corría el minuto 36 cuando sucedió la jugada que todos conocíamos pero que, aún así, los rivales padecen para evitar: balón largo, prolongación de Iborra –Piqué sale de posición, pero no lo alcanza– y carrera de Gameiro. En ese tipo de situaciones, son milésimas de segundo las que tienes para pensar, y viendo como el delantero francés le ganaba la carrera, Mascherano cometió falta al borde del área. Expulsión y Sevilla con un futbolista más. Por suerte para el Barcelona, la estirada de Ter Stegen hizo que la acción no acabara con el 1-0.
5.- La primera parte se saldaba con igualdad en el juego pero no así en sensaciones. El Barcelona solo asustaba cuando encontraba a Messi por dentro. Mariano, con la ayuda de Coke, se imponía a un Neymar fuera del partido y el Sevilla, además de no sufrir demasiado en defensa, conseguía incomodar con el dúo formado por Gameiro e Iborra. Así es la pizarra y las variantes de Unai Emery.
6.- Entró Mathieu por Rakitic y el Barcelona pasó a defender en 4-4-1, pero siguió acumulando malas noticias. Luis Suárez sufrió una lesión muscular en el intento por controlar un balón. Llorando desconsolado en el banquillo, tuvo que ver como su equipo, ahora con Rafinha, trataba de defender en posicional los ataques del Sevilla. Y lo conseguía, básicamente, porque el partido de Gerard Piqué estaba siendo de leyenda.
7.- Y si el partido del central catalán estaba siendo histórico, el de Iniesta le iba a la par. El manchego permitía descansar el equipo sobre él, y defenderse a tramos con balón. Los sevillistas, pese a la superioridad numérica, no conseguían llegar al área de Ter Stegen con peligro. Y tras resistir durante toda la segunda mitad, en un contraataque de Messi para Neymar, el brasileño forzó la roja de Banega. Prórroga y diez contra diez. La temporada oficial arrancó para ambos equipos en la Supercopa de Europa también con prórroga.
8.- Partido de altura. La ilusión sevillista contra la personalidad culé. Y entonces, apareció el facilitador. Ni los 55.000 espectadores que estaban en el Calderón, ni los otros 18 protagonistas vieron ese pase. Pero Messi, el facilitador, lo hizo. Y Jordi Alba creyó en él. Vitolo perdió la carrera con el lateral de Cornellà y Alba pudo agradecerle a Messi su obra de arte. No contento con eso, el facilitador se convirtió en el mayor guerrero para batallar con Krychowiak en una carrera de 40 metros en la que el argentino salió vencedor. Messi tenía ganas de Copa.
9.- El Barcelona manejó el tiempo de la prórroga de inicio a fin. Y en el descuento del segundo acto, tras la expulsión de Carriço por protestar, un contraataque de Messi, que aceleró y paró hasta filtrar en el momento justo el pase a Neymar. 2-0, y Neymar le agradecía al facilitador el segundo regalo de la noche.
10.- Final histórica con tres tramos bien diferenciados. La igualdad inicial, la resistencia del Barcelona con un jugador menos ante un Sevilla con más corazón que cabeza y el dominio final en el diez contra diez. A los de Emery les faltó fútbol en el ataque posicional, pero su temporada ha vuelto a ser encomiable.
11.- Como lo ha sido la del Barcelona. Conquistar un doblete la temporada siguiente de ganar el triplete solo está al alcance este equipo de leyenda. Con sus altibajos, Luis Enrique ha conseguido un año más exprimir a unos jugadores cuyo mérito reside en seguir queriendo ganar tras haberlo hecho muchas veces. Hoy el colectivo se ayudó de individualidades como la del facilitador Messi, el persistente Neymar, los oportunos Ter Stegen y Alba y el omnipresente y gigante Piqué.
y 12.- Pero por encima de todo y de todos, su majestad Andrés Iniesta. Si el fútbol es un concierto y el Barcelona una orquesta, Andrés Iniesta manejó la batuta como el mejor de los directores. Su partido, su manejo del espacio-tiempo, la interpretación de cuándo aguantar el balón y cuándo acelerar, permanecerá para siempre. La Copa viajará para Barcelona. Y ya son 28.
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