"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
En una final apasionante, especialmente en las magníficas cinco últimas entradas, Suiza consiguió su sexto mundial femenino de curling, el tercero consecutivo.
La selección helvética, representada por el Curling Club Flims y con Binia Beeli al mando de las operaciones, perdió en fase de grupos ante Rusia y Canadá (las selecciones que se disputaron el bronce), pero ganó a Japón en un partido clave para liderar la fase de grupos así como en semifinales y final. El tercer título consecutivo de Suiza solo tiene un precedente: los cuatro oros seguidos de Canadá entre 1984 y 1987.
La final
Cada partido de curling se disputa a diez entradas y en cada entrada se lanzan ocho piedras por equipo, con una importante ventaja para quien lanza la última. Solo un equipo puede puntuar en cada entrada (según la distancia a la que estén sus piedras del centro) y el que pierde una entrada le toca lanzar la última piedra de la siguiente (en caso de empate a cero se mantiene el orden de la entrada anterior).
Con estas reglas en mente, las cinco primeras entradas de la final se afrontaron de manera muy cautelosa y tras ellas Suiza ganaba por 2-1. Pero entonces desaparecieron los miedos y hubo cinco entradas seguidas con puntuación doble y máxima incertidumbre hasta el final. Japón cogió ventaja al ganar la sexta (2-0) y la octava (3-0) y Suiza hizo lo propio al imponerse en la séptima (3-0), novena (2-0) y también la décima (2-0), pese a que fue Japón el que lanzó en último lugar.
La anterior final en la que cada equipo ganó una entrada por 3-0, como mínimo, fue la de 2006, cuando un 4-0 de Estados Unidos no sirvió para ganar por el 3-0 de Suecia, que ya tenía dos puntos de ventaja, en la siguiente.
Esta final ha sido la única al tener cinco entradas consecutivas con puntuación doble, lo nunca visto en el partido por el título en un mundial femenino.
Suiza. El ogro de las eliminatorias
Los tres títulos seguidos de Suiza han llegado con una perfecta actuación en la fase KO con seis victorias en sus seis últimos partidos, y todas ellas por al menos dos puntos de ventaja. Solo existen tres rachas similares: Canadá ganó nueve seguidos entre 1984 y 1988 y alcanzó cuatro títulos en el camino, y entre 1998 y 2002 también llegó a seis consecutivos; el otro país capaz de hacerlo fue Suecia, con seis victorias seguidas en eliminatorias entre 2005 y 2009.
Y de repente, Japón
Japón, vigente campeón de Asia-Pacífico, fue la sorpresa agradable del campeonato. Logró nueve victorias en el round robin (la fase de grupos) y accedió a semifinales por tercera vez en su historia, tras las de 1997 y 2008. Pero, a diferencia de aquellas veces, Japón pasó de ronda y logró la primera medalla mundial de su historia, una plata que estuvo muy cerca de ser de oro. De los diez países que han disputado alguna final mundialista, siete de ellos perdieron la primera que jugaron siendo la excepción Suiza (1979, en la primera edición), Canadá (1980) y Dinamarca (1982).
Rusia, en su lugar
Rusia es como Suiza, pero respecto a la medalla de bronce, porque lleva tres seguidas, las tres únicas medallas de su historia. Las rusas siempre han ganado el partido por la medalla de bronce y lo han hecho ante tres equipos diferentes: Corea del Sur (2014), Escocia (2015) y Canadá (2016). Rusia es el único país que ha acabado tercero en tres ediciones consecutivas.
El desastre de Canadá
Para Canadá, el país más laureado de la historia con 15 títulos y 32 medallas, la exigencia siempre es máxima y más siendo anfitrión. El inicio fue bueno, con seis triunfos en siete partidos, pero luego llegó el desastre al perder 2-11 ante Japón en el round robin y se quedó sin medalla al perder dos veces ante Rusia.
El 2-11 sufrido por Canadá igualó la peor derrota de su historia en el torneo, 1-10 ante Dinamarca en 1995 y 3-12 también ante Dinamarca en 1998. Y con el cuarto puesto final acabó con su racha de seis mundiales seguidos en el podio, la segunda mejor serie de su historia tras las dieciséis medallas consecutivas entre 1983 y 1998.
Canadá ha organizado catorce mundiales y el de Swift Current 2016 es el segundo de ellos en el que no se sube al podio, tras Saint John 1999, cuando concluyó en quinta posición.
La pesadilla de Suecia
Suecia es, tras Canadá, el segundo mejor país en la historia del mundial femenino, y su actuación fue indigna de esa condición al perder siete partidos en el round robin, seis de ellos de manera consecutiva, y acabar el torneo en novena plaza, la peor posición en sus 38 mundiales disputados. Supera su récord negativo de 1984 y 1996, cuando terminó octava.
Para un país acostumbrado a subirse al podio, las seis derrotas consecutivas no tienen precedente en el campeonato. Hasta ahora, su peor serie de tropiezos seguidos era de cuatro (en 1987 y en 2015).
Y además…
Ocho de los mejores ajedrecistas del mundo se jugaron a catorce partidas en Moscú quién retaría a Magnus Carlsen por el título mundial a final de año. El torneo, disputado en formato de liga a ida y vuelta, tuvo una final porque en la última ronda los dos jugadores con opciones se enfrentaron en un duelo directo ganado por el ruso Sergei Karjakin ante el estadounidense Fabiano Caruana. Por tanto el duelo por el título será, por primera vez en la historia, entre dos jugadores menores de 27 años porque Carlsen tiene 25 y Karjakin 26.
La otra noticia del torneo fue la extrema regularidad del neerlandés Anish Giri que hizo tablas en sus 14 partidas pecando de una falta de ambición preocupante para alguien de 21 años que aspira a ser campeón. Giri es el primer jugador de la historia que no gana una sola partida en un torneo de candidatos con formato de liga.
Jason Day consiguió su segundo título en torneos del campeonato del mundo y, al igual que hace dos años, también fue en el Match Play, el torneo que se juega por eliminatorias y donde importan los hoyos ganados y no los golpes totales.
De camino a la final, el número dos del mundo solo necesitó pisar una vez el hoyo 18, en semifinales ante McIlroy, y en la final dominó completamente a Louis Oosthuizen, al que derrotó por 5 y 4 (cinco hoyos de ventaja con cuatro por jugar). Este resultado es la tercera mayor paliza en la historia de la final del torneo, tras el 8 y 7 de Tiger Woods sobre Stewart Cink en 2008 y el 6 y 5 de David Toms sobre Chris di Marco en 2005, pero en ambos casos en finales jugadas a 36 hoyos.
Day es el primer campeón del torneo cuyo triunfo más plácido llega en la final desde el de su compatriota Geoff Ogilvy en 2009.
Aplastante superioridad keniana en Cardiff (Reino Unido) al lograr los cuatro oros en juego, algo solo hecho por la propia Kenia en 2010, y dejar escapar únicamente el bronce masculino que se llevó el británico Mo Farah.
Entre los hombres, Kamworor lideró el doblete keniano (Bedan Muchiri fue plata) y revalidó su título. Ningún país ganaba el oro y la plata masculina desde Etiopía en Bristol 2001 con Gebrselassie y Jifar. Por equipos, Kenia logró su 15º título en 22 ediciones con 2’18’’ de ventaja sobre el subcampeón, Etiopía (se suman los tiempos de los tres primeros de cada país). Es la distancia más amplia desde 2002 cuando Kenia ganó con 2’30’’ de ventaja sobre Japón.
En categoría femenina, Kenia logró el cuarto triplete de la historia del mundial de media maratón (masculino en 1995 y 1997 y femenino en 2014 y 2016, todos ellos a cargo de Kenia), con Peres Jerchirchir colgándose el oro individual. Por equipos, Kenia obtuvo su décimo oro, pero, con trece medallas, sigue por detrás de Japón en el ranking histórico, que con su bronce en Cardiff suma 17.
Ser el mejor de entre los favoritos en la principal etapa de montaña fue suficiente para que Nairo Quintana se llevase la general de la Volta a Catalunya sin triunfos parciales, algo que no le había ocurrido en ninguna de sus otras nueve victorias en carreras por etapas. Quintana es el tercer colombiano que gana la prueba, tras Álvaro Mejía en 1993 y Hernán Buenahora en 1998.
También hubo espacio para un par de carreras de un día. En la E3 Harelbeke llegaron fugados los dos últimos campeones mundiales, Michał Kwiatkowski y Peter Sagan. Una inoportuna mirada atrás de Sagan en la recta de meta fue aprovechada por Kwiatkowski para atacar y ser no solo el primer polaco en imponerse en la prueba, sino el primer ciclista de su país en ganar una gran clásica de pavés.
El eslovaco se tomó la revancha en la Gante-Wevelgem ganando un sprint final a cuatro ante Vanmarcke, Kuznetsov y Cancellara. Ese triunfo permite a Peter Sagan ser el segundo vigente campeón mundial que gana esta carrera, tras el belga Rik van Looy en 1962.
Este año hubo solo cuatro pruebas, la cifra más baja de la historia, y pese a la victoria de Adam Raga en la prueba inaugural, Toni Bou no dio opción a la sorpresa, venció las otras tres carreras y consiguió su 19º título mundial consecutivo, el décimo seguido indoor.
La superioridad de Bou sobre sus rivales está tan acentuada como la de los pilotos españoles sobre los del resto del mundo. Los españoles llevan 87 victorias seguidas en el campeonato, mientras que la racha de dobletes es de 42 y la de tripletes, de 17. Además, los tres primeros de la general final han sido españoles en las últimas doce ediciones (2005-2016).
California Chrome, el caballo estadounidense que se quedó a las puertas de la Triple Corona en 2014, ganó la Dubai World Cup, la carrera de caballos con mayor dotación económica del mundo. El jinete que lo montó, Víctor Espinoza, es el primer mexicano que se impone en esta carrera.
El mongol Hakuho recuperó su mejor sumo y, pese a caer en la primera jornada, ganó las catorce siguientes para conseguir su 36º gran título, el séptimo en Osaka (Japón). Bate en este último apartado el récord que Futabayama tenía desde 1943.
Hakuho, que no quedaba campeón tras perder el primer día desde el Kyushu Basho de 2008, lleva once años consecutivos (2006-2016) consiguiendo algún título, algo solo superado por Taiho, que llegó a doce (1960-1971).
Johan Cruyff falleció a los 68 años víctima de un cáncer de pulmón. Su impacto en el juego, como jugador y como entrenador, va mucho más allá de unos números que fueron excelentes en ambos apartados.
Como jugador ganó ocho ligas con el Ajax, una con el F. C. Barcelona (cortando una sequía de catorce años sin el título para el club catalán) y una con el Feyenoord al año siguiente de salir del Ajax de mala manera. Además añadió seis Copas de los Países Bajos, una Copa de España, una Supercopa de Europa, una Copa Intercontinental y tres Copas de Europa seguidas con el Ajax (1971, 1972 y 1973). Fue el segundo club, tras el Real Madrid, en enlazar tres títulos.
Con esta trayectoria era evidente su dominio en el Balón de Oro, premio que ganó en 1971, 1973 y 1974. Fue el primer jugador de la historia con tres galardones y con dos de ellos de manera consecutiva.
Como entrenador ganó dos Copas y una Recopa en sus tres temporadas en el Ajax y cambió para siempre la historia del F. C. Barcelona, su segundo y último equipo en el banquillo. Todo empezó con una Copa en 1990 y le siguieron cuatro ligas seguidas (tres de ellas ganadas por un fallo rival en la última jornada), una Recopa, una Supercopa de Europa y la primera Copa de Europa (1992) que tan obsesivamente había perseguido el club.
Como jugador de su selección nacional disputó 48 partidos a lo largo de once años (1966-1977), marcó 33 goles y, aunque no ganó nada, será más recordado que muchos campeones. La Naranja Mecánica de Cruyff disputó dos fases finales. La primera, la del Mundial de Alemania 1974 (marcó 3 goles en siete partidos), donde fue subcampeona tras ver cómo el anfitrión remontaba el histórico gol neerlandés que abrió el marcador (los Países Bajos se pusieron 1-0 en el minuto 2 con gol de penalti de Neeskens sin que Alemania tocase la pelota). El otro torneo fue la Eurocopa de 1976, en la que perdieron ante Checoslovaquia en semifinales.
* David Fernández es estadístico.
– Foto: Michael Burns (World Curling Federation)
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