"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
Muchas veces y de forma exhaustiva abordamos los distintos contenidos técnicos en el rugby. Pero, ¿es realmente efectiva la llegada del mensaje con esos contenidos desde el entrenador a los jugadores? ¿Analizamos detenidamente cómo les decimos las cosas a los jugadores?
En todo sistema de comunicación hay un emisor, un receptor, un canal, un código que se utiliza, un mensaje que se quiere transmitir y una situación o contexto donde se desarrolla ese acto comunicativo.
Poca importancia se le da en los aspectos formativos del rugby a estas cuestiones, pero cuando uno desea mejorar se pueden tener en cuenta. Las instrucciones (lo que dice el entrenador) deben ir encaminadas a conseguir que el jugador pueda formarse un esquema de actuación (el gesto técnico aprendido o que se está practicando), además de guiarlo y aclararle dudas que le surjan durante el desarrollo del entrenamiento.
Se deben tener en cuenta varios aspectos pero hay dos que son claves. El primero es la limitación del tiempo de exposición de lo que se habla explicando un modelo o un gesto: si se realiza una demostración excesiva o una extensa explicación teórica, será contraproducente. Los jugadores pierden concentración y motivación.
El segundo aspecto es la capacidad de retención del jugador: la información que se brinda a los jugadores debe estar estructurada y simplificada para facilitar la asimilación de la misma por parte del jugador, no debiendo centrarse en demasiados aspectos concretos de ejecución. Este no facilita la atención selectiva del jugador. El entrenador, quien conduce la actividad, debe centrarse en aquellos aspectos clave de mayor relevancia denominados factores claves del gesto técnico.
Junto a lo expuesto no se deben olvidar los canales de comunicación por los que hace llegar las instrucciones claras y precisas a los jugadores:
Los comentarios, instrucciones y correcciones se pueden realizar de forma general a todo el grupo, aunque siempre es bueno repetir alguna de forma individual o a algún grupo de jugadores en particular.
Hay que recordar que los aportes que hacen los entrenadores van encaminados y orientados a facilitar la reducción de la diferencia existente entre el modelo de trabajo y/o gesto técnico que se propone y la ejecución que realizan los jugadores, aunque si no se pone más atención en lo antes mencionado, se tardará mucho más tiempo en lograr el objetivo planificado.
No solo es importante lo que se dice, sino cómo se dice.
* Juan Casajús es profesor de rugby.
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