"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
Crónicas 2015-2016 / Internacional / Champions League 2015-2016 / Fútbol
1.- La Champions League es la mejor competición del mundo por encuentros como el de hoy. El gran Barcelona de los últimos años siempre sufrió, aun haciendo buenos encuentros, en el Emirates Stadium. Y este Arsenal, pese a la debilidad mostrada en la regularidad del campeonato inglés, tiene argumentos para hacer daño a cualquiera. Los gunners, sobre todo en la primera mitad, compitieron de tú a tú.
2.- Arsène Wenger planteó un partido de golpes como la mejor manera de competir contra el actual campeón de Europa. De inicio, equipo en bloque medio-alto y 4-2-3-1, con Oxlade tapando a Iniesta. En fase ofensiva la clave era, como siempre, Mesut Ozil. Buscando recibir a la espalda de Busquets para lanzar la transición, los locales volcaban el juego a la izquierda, donde Alexis Sánchez se mostraba sobreexcitado. El Arsenal corría y el Barcelona sufría. Aun sin ponerse nervioso.
3.- Porque, con el paso de los minutos, los de Luis Enrique se fueron asentando en campo contrario. Bajaron el ritmo del juego y empezaron a atacar (y defender) con la posesión del balón. Los laterales daban amplitud y el tridente se cerraba. Busquets se acercaba a sacar el esférico ocupando la zona izquierda, donde defiende Ozil. El Barcelona conseguía jugar en el balcón del área, pero con falta de espacios e ideas para dar el último pase ante la acumulación de rivales, que ya defendían en bloque bajo, en su versión más competitiva de los últimos años, con Ozil lanzando, Giroud jugando de espalda y Alexis Sánchez galopando. Los de Wenger seguían dando zarpazos, pero la ocasión más clara la tuvo Suárez al filo del descanso. La primera parte había sido de un nivel altísimo.
4.- En el minuto 49 entró Walcott por Oxlade-Chamberlain por problemas físicos. Los sistemas defensivos más dispersos y la separación entre líneas y porteros. Neymar al desmarque hacia fuera para Suárez, que pausa y habilita en el momento justo otra vez a Neymar. El brasileño podía definir, pero Messi llegaba en mejor disposición. El argentino amagó –la clave de la jugada– y batió a Cech por primera vez en su carrera. Contragolpe antológico. En el partido de golpes, el tridente apareció una vez más en el momento justo para noquear al oponente.
5.- El Barcelona invitaba a salir a los locales, haciendo un rondo gigante y planteándole la disyuntiva al Arsenal de si dar un paso adelante (que es lo que pedía el resultado) o mostrarse más cauto (que es lo que pedía el juego). Daba igual. Volvería a aparecer Messi. Este es su territorio. Recibe, colabora en la posesión, sabe cuando lanzar el contraataque, se anticipa… y adivina dónde van los rechaces para forzar un penalti –Flamini, acababa de entrar y estuvo lento– que él mismo transformó.
6.- Méritos al Arsenal, capaz de competir contra un equipo que por momentos parece imbatible, y que necesitó dos intervenciones de Ter Stegen que dan eliminatorias. Los gunners han conseguido acercarse a la élite europea, pero les sigue faltando dar el paso definitivo: ser candidato a ganar la Champions League y mostrar solvencia para competir por la Premier League.
7.- El tridente y Leo Messi suelen acaparar todos los focos, pero hoy el colectivo culé volvió a agigantarse en un escenario de tan alto nivel. 66 % de posesión, 89 % de acierto en los 723 pases totales, 15 disparos y una tranquilidad inaudita cuando los londinenses desplegaban sus cañones por el Emirates. Los de Luis Enrique sabían del desgaste físico y la bajada de ritmo que tendría el Arsenal, por lo que fueron alargando las posesiones pero, siempre que pudieron, atacaron el espacio en busca del gol. Mascherano y sus achiques, Rakitic y el movimiento sin balón, la pausa de Iniesta y Sergio Busquets. Pidió el cambio pero decidió esperar al descanso. Al final, jugó los 90 minutos y dio una nueva exhibición táctica y técnica, permitiendo la salida limpia de balón, dando continuidad a las jugadas e interpretando a la perfección cuándo presionar o mantener la posición para evitar las transiciones. En tierra de reyes y reinas, Busquets volvió a mostrar que en su posición nadie le quita la corona.
y 8.- Messi, como el Barcelona, tienen el mérito de convertir en norma lo inaudito y excepcional. En posicional o en transición, le da –y les da– igual. Saben esperar su momento, que suele coincidir con la interpretación del ’10’: cuando piensa es ahora, se acabó el partido. Dos goles y dominio del juego para encarrilar una nueva eliminatoria europea. Y presionando, pese al 0-2, en el minuto 90. El secreto, además de ser muy buenos, es que quieren seguir siéndolo.
* Ismael Ledesma.
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