"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
La lista de grandes porteros italianos es muy amplia desde los campeones del mundo en los años 30 Combi y Olivieri, pasando por Bacigalupo, Sentimenti y Sarti o más recientemente Zenga, Peruzzi y Buffon. Pero si hubo dos legendarios arqueros que coincidieron en el tiempo y tuvieron gran rivalidad en la selección, esos fueron Dino Zoff y Enrico Albertosi, que se llevaban dos años de diferencia. Nacido el 2 de noviembre de 1939 en Pontremoli (Italia), Albertosi fue un guardameta de enorme regularidad, agilidad, reflejos, colocación, valentía y muy acrobático en sus paradas.
De casta le viene al galgo es una frase que cumple a la perfección Albertosi. En los 40, su padre fue portero del equipo de su ciudad, el Pontremolese. Enrico entró a formar parte de la escuadra con 14 años y un año después se embarcó en la aventura de marcharse a La Spezia, donde jugó cuatro campañas y llegó a debutar en la primera plantilla ante el Novese en 1958.
En el club de la Liguria fue descubierto unos meses más tarde por varios ojeadores de la Fiorentina, que realizaron unos informes muy positivos sobre él. Antes de que finalizara el año firmó por el equipo viola y su estreno en la Serie A se produjo el 18 de enero de 1959 ante la Roma, que no le marcó ningún tanto. A la sombra del gran Sarti se mantuvo casi cinco cursos en los que fue habitual suplente y apenas disputó una treintena de encuentros. Varios de ellos tuvieron lugar en la campaña 1960-1961, en la que el entrenador, Hidegkuty, le dio la oportunidad de participar en la Coppa y en la Recopa que la Fiore terminó conquistando después de batir a Lazio y después al Rangers en la final.
El traspaso de Sarti al Inter en 1963 dio por fin la oportunidad a Albertosi de asentarse en la titularidad. A partir de entonces y hasta 1968 fue un fijo en el marco fiorentino en una etapa en la que el equipo logró otra Coppa de Italia al vencer al Catanzaro en el Olímpico y la legendaria Copa Mitropa tras doblegar al Jednota Trenčín en la final (ambos títulos en 1066). Por otra parte, fueron en los que tuvo como compañeros a Humberto Maschio, Kurt Hamrin, De Sisti o el capitán Robotti, pero en los que no consiguieron pasar del cuarto lugar en la Serie A.
En el verano de 1968, el Inter ofreció una cantidad sustanciosa por sus servicios, pero la Fiore, que ya había vendido a Sarti años antes, se negó en redondo y en su lugar le traspasó al Cagliari para disgusto de Albertosi. Sin embargo la tristeza desapareció pronto y con una actuación espectacular. Fue el guardameta menos goleado y ayudó a la entidad rossoblú a conseguir el primer Scudetto de su historia en el curso 1969-1970. Compartiendo vestuario con los internacionales italianos Riva, Cera, Domenghini, Gori y Niccolai, más el brasileño Nené, superaron en la tabla a Inter y Juve por cuatro y sietes puntos de diferencia respectivamente. Una temporada más tarde se estrenaron además en la Copa de Europa, en la que eliminaron al Saint-Étienne antes de caer frente al Atlético de Madrid en una apasionante eliminatoria.
Su periplo por el Cagliari continuó hasta el año 1974, pero sin poder repetir los éxitos del pasado. Con 35 años, en la parte final de su carrera, se marchó al Milán que por entonces dirigía Gustavo Giagnoni, en un trueque con William Vecchi. En el conjunto ‘rossonero’ se apoderó del puesto pese a la competencia de Pizzaball y Tancredi y se mantuvo indiscutible durante seis campañas consecutivas. Su primer título como milanista fue la Coppa del año 1977, que el equipo milanista ganó al imponerse a su eterno rival el Inter por 2-0. El segundo y más importante llegó dos cursos después, al cosechar el Milan su décimo trofeo de liga sumando tres puntos más que un sorprendente Perugia. El plantel de los Collovati, Bigon, Capello, Bet o un imberbe Baresi se presentó meses más tarde en una nueva edición de la Copa de Europa que acabó pronto y mal para ellos al perder en la primera eliminatoria frente al Oporto portugués.
Fue a finales de esa temporada, en marzo de 1980, cuando salió a la luz el escándalo de las apuestas ilegales en el que estaban implicados jugadores, entrenadores y directivos de equipos de Serie A y B. Tanto el Milán como Albertosi fueron castigados: el club fue descendido a la Serie B y el arquero recibió una inhabilitación por la que estaría dos años sin jugar. Parecía el fin de la carrera de Albertosi, que tenía 40 años, pero tras cumplirse el castigo decidió enfundarse los guantes de nuevo y enrolarse dos temporadas más en las filas del Elpidiense, que militaba en Serie C2. En 1984, con casi 45 años de edad, puso fin a su extensísima trayectoria deportiva.
Con la selección azzurra fue internacional en 34 ocasiones entre 1961 a 1974. Debutó en un amistoso jugado frente a Argentina en Florencia en el que los italianos vencieron con rotundidad por 4-1. Un año más tarde fue incluido por Paolo Mazza y Giovanni Ferrari en la lista para el Mundial de Chile junto a Lorenzo Buffon y Carlo Mattrel. No disputó ningún encuentro y alejado del césped vio cómo Italia caía en la primera fase tras empatar con Alemania Occidental, perder en la Batalla de Santiago frente a Chile y derrotar a los suizos en la última jornada.
Fue a partir de 1965, con Edmondo Fabbri en el cargo, cuando asaltó la titularidad en la meta italiana. Sus buenas actuaciones en varios amistosos ante Francia, Austria o Argentina le permitieron llegar al Mundial de Inglaterra como indiscutible por delante de Roberto Anzolin y Pierluigi Pizzaballa. Sin embargo, el plantel azzurro en el que se encontraban unos jóvenes Rivera, Mazzola, Bulgarelli, Facchetti o Rosato volvió a decepcionar con una horrible primera fase en la que solo sumaron una victoria contra Chile para posteriormente perder ante la URSS y caer con estrépito frente a Corea del Norte.
La gran competencia entre Zoff y Albertosi comenzó a finales de la década de los 60, cuando el arquero de Mariano de Friuli debutó en la selección de la mano de Ferruccio Valcareggi. En el primer gran torneo internacional en que coincidieron, la Eurocopa de 1968, la titularidad fue para Zoff en la fase final, pero eso cambió en favor de Albertosi en el Mundial de México en 1970, para finalmente volver al origen en el Mundial de Alemania 1974.
El por entonces arquero viola jugó cinco partidos del grupo de clasificación ante Rumanía, Suiza y Chipre y también en la ida de cuartos de final ante Bulgaria, donde una derrota en Sofía por 3-2 le costó la titularidad. A partir de entonces, Zoff le ganó la partida y desde el banquillo Albertosi vio cómo Italia conquistaba la Eurocopa de 1968 después de remontar a Bulgaria, imponerse a la Unión Soviética en semifinales y derrotar a Yugoslavia en la final tras un choque de desempate.
Las tornas giraron a favor de Albertosi justo antes del Mundial de México. En la clasificación solo disputó un partido frente a Gales, pero Valcareggi apostó por él para el torneo en suelo mexicano. El Mundial empezó con dudas para Italia, que fue mejorando con el paso de los partidos. En el grupo 2 pasó como líderes, pero sin florituras. Albertosi se mantuvo imbatido frente a Uruguay, Suecia e Israel, pero Italia solo ganó al equipo sueco por la mínima. En cuartos de final, el arquero del Cagliari encajó pronto su primer gol frente a los anfitriones, pero en una gran segunda parte, Italia remontó para hacerse con el triunfo por 4-1. En semifinales se vio las caras con Alemania Occidental en uno de los choques más célebres de la historia. Un tanto de Schnellinger con el tiempo cumplido forzó una prórroga legendaria. Gerd Müller superó en dos ocasiones a Albertosi, pero los goles de Burgnich, Riva y Rivera metieron a Italia en la final. Su adversario, el Brasil de Pelé, Tostao y Jairzinho, fue un escollo imposible de superar y en el Estadio Azteca de México DF sucumbieron por 4-1 en un día histórico para el balompié.
Tras el mundial, los italianos iniciaron el camino a la fase final de la Eurocopa de 1972 en un grupo donde estaban Austria, la República de Irlanda y Suecia. Albertosi y Zoff se turnaron en la portería con la intervención en tres partidos del primero y cuatro el segundo. Italia no conoció la victoria y comandó la tabla con 10 puntos, lo que le emparejó con Bélgica en cuartos. En esta eliminatoria la confianza de Valcareggi fue a parar a Albertosi, que jugó tanto en Milán como Bruselas. En la ida, un empate sin goles fue un pésimo resultado para Italia, como se demostró días después al caer en el Constant Vanden Stock por 2-1 y caer eliminada.
El guardameta de Pontremoli solo volvió a ser internacional en una ocasión más, en junio de 1972, en un duelo amistoso frente a Bulgaria en Sofía. Después acudió junto a otros veteranos al Mundial de Alemania de 1974 acompañando a Zoff y Castellini, pero no tuvo ninguna oportunidad en otra debacle de Italia, que no pasó de la primera fase.
En el año 2000 trabajó un tiempo como preparador de porteros del Margine Coperta y cuatro años después estuvo cerca de morir por una taquicardia ventricular que le mantuvo varios días ingresado en el hospital. El Cagliari le incluyó en su Salón de la Fama y los aficionados le eligieron en el mejor once de la historia del club junto a otras estrellas como Zola, Riva, Francescoli o Pierluigi Cera.
* Alberto Cosín.
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