Victoria 'de barro' en La Rosaleda

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Victoria ‘de barro’ en La Rosaleda

por ISMAEL LEDESMA el 24 enero, 2016 • 2:31

1.- Una derrota, un empate y una victoria, con solo un gol, a favor era el balance del Barcelona de Luis Enrique frente al Málaga de Javi Gracia, conjunto que siempre minimiza las oportunidades de los culés y les lleva a partidos donde no se sienten cómodos. Estos precedentes, nada casuales, hacían presagiar un partido de gran dureza, de los denominados de barro, donde los puntos son muy importantes pero el momento (carga de partidos, horario y rotaciones) dificultan la consecución de los mismos. Y si te enfrentas a un equipo de Javi Gracia, más aún

2.- Todo esto, pese a marcar en el primer minuto de juego, tras un pase en profundidad de Messi a Suárez y en el que el uruguayo exhibió frente a Angeleri una de sus mejores características: la protección del balón con el cuerpo. Munir remató a portería vacía –cuarto gol en los últimos tres partidos– y el escenario parecía ser ideal para los de Luis Enrique.

3.- Pero este Málaga está muy bien trabajado. Presión alta en 4-4-2 sin balón, aprovechándose de la novedosa defensa blaugrana –Aleix Vidal, Mascherano, Vermaelen y Adriano–, de la teórica comodidad con el marcador a favor y la poca tensión competitiva que exhibían los culés. Con la posesión del esférico, equipo muy móvil, constantes desmarques de ruptura y juego volcado hacia el lado de Vermaelen y Adriano, a los que Charles y Cop superaban una y otra vez. Pese a los intentos del Barcelona por pausar el partido, Messi, Iniesta y Turan no aparecían, y los que sí lo hacían eran Bravo y Vermaelen, cuyos primeros pases eran siempre imprecisos.

4.- Especialmente destacaba el caso del belga, cuyos fallos tuvo que corregir una y otra vez Mascherano, hasta que finalmente un mal despeje del argentino lo aprovechó el Málaga tras otra buena presión adelantada para empatar el encuentro por medio de Juanpi. Toda la movilidad que tenían los locales le faltaba al cuadro catalán, estéril con balón y dubitativo sin él, cuya primera parte recordó más al descontrol de la etapa Martino que al año 2015 con Luis Enrique. Lo negativo para el Málaga era irse al descanso solo con el empate. Había sido muy superior. El dos contra dos ante los centrales y la notable pareja formada por Camacho y Recio, que permitía jugar muy arriba al equipo, junto a la ambición –los jugadores se creían el plan de su técnico–, eran las claves.

5.- En la segunda parte, con Mathieu por el errático Vermaelen y con una intencionalidad y velocidad en la circulación de balón mucho mayor, los de Luis Enrique volvieron a adelantarse. Messi, al que su equipo no había podido encontrar, convirtió su primer balón peligroso en gol tras el buen centro de Adriano y el remate de volea. Buscando defender mejor con balón y protegerse con él, entró Rakitic por Munir y Arda Turan pasó al extremo izquierdo.

6.- Quizá por los sucesivos cambios (en el Málaga entró el joven talentoso Fornals y en el Barcelona, Sergi Roberto por Adriano, con molestias), los visitantes dejaron de estar cómodos. El Málaga recuperaba otra vez muy rápido y el juego estaba volcado hacia la meta de Bravo, pero en los últimos minutos Messi y Arda Turan consiguieron poner la pausa al encuentro que había faltado en prácticamente la totalidad de los anteriores ochenta.

7.- Honores al Málaga, que siempre compite contra el actual campeón de Europa y muestra que se le puede arañar puntos al Barcelona buscándole arriba. La primera parte de Charles y el partido de Camacho ejemplifican a la perfección el notable nivel del colectivo, que acusó en la segunda mitad el desgaste físico y psicológico que supone jugar contra el Barcelona de Messi.

y 8.- En los culés, victoria de barro. Les tocó ponerse el mono de trabajo, pero los tres puntos tienen mucha trascendencia por el contexto y porque, para ganar ligas, hay que vencer en partidos como el de hoy, donde no eres superior. En lo positivo, la mejora del equipo con Mathieu, el crecimiento de Aleix Vidal y el oportunismo de Messi –aunque no lo parezca, siempre está–.