Perarnau Magazine

Es lo que encontró en el Fan Club Bayern Bazis del pequeño pueblo bávaro de Vilsbiburg, durante la celebración anual que el Bayern realiza a finales de cada mes de noviembre, cuando todos los miembros del equipo visitan de manera individual alguno de los 4.600 Fan Clubs y festejan con sus miembros los éxitos o comparten las amarguras.

En esta ocasión, a Guardiola le correspondió una muy pequeña población, la reunión resultó agradable y divertida, pero por encima de todo destacó el interés de los aficionados por conocer detalles tácticos. Y esto es muy relevante porque coincide con otro fenómeno que estamos viviendo semanalmente: el número de personas que en sus blogs o cuentas de twitter están comprendiendo la complejidad del fútbol que propone Guardiola ha aumentado de forma considerable.

Vilsbiburg ha sido un buen ejemplo. Los aficionados querían conocer las razones por las que el entrenador alineó a Jérôme Boateng como centrocampista interior (Pep bromeó al respecto, pero ya es la segunda vez que, por necesidad, lo utiliza en esa posición), los diversos roles que protagonizó Javi Martínez y cómo el entrenador diseñó el ataque contra los cinco defensas del Hertha sin la presencia de sus mejores dribladores, Costa y Robben. Para Guardiola, lo ocurrido en la visita a este Fan Club resulta muy estimulante porque significa que la táctica y su complejidad han arraigado e interesan a muchos aficionados. Si Pep revisara un buen número de cuentas de twitter o leyera blogs de analistas tácticos especializados -cada vez de mayor calidad en Alemania- comprobaría que el fenómeno se está extendiendo de forma gradual.

Cuando el club anuncia la alineación del Bayern ya no ocurre como hace un año o dos, en que abundaba la incomprensión. Ahora, los planes de Pep no solo resultan interesantes, sino muy comprensibles. Una buena parte de estos seguidores entiende que el once titular no equivale a una distribución prefijada e inamovible sobre el césped; que esa distribución del principio será modificada tantas veces como haga falta hasta encontrar la solución al problema que plantea el rival; que la adaptación a las características de dicho rival habrá influido mucho en los hombres elegidos por Pep; que en el banquillo quizás están sentadas grandes estrellas por razones de economía de esfuerzo o simplemente tácticas, sin que eso signifique ningún castigo; y, finalmente, que el pensamiento convencional tan habitual en el fútbol no tiene lugar en los planes de Guardiola.

Hace un tiempo, todo lo anterior podía entenderse como una extravagancia; hoy, muchos aficionados ya lo interpretan en el sentido correcto: se trata de explotar al máximo una riqueza táctica muy poderosa. Hace pocos días, David Luiz lo relataba del siguiente modo: “Douglas Costa me ha explicado que él entiende ahora el fútbol y lo ve bajo un prisma completamente nuevo gracias a Pep”. No es una cuestión de gustos, ni siquiera de si un modo de jugar es más eficaz que otro, sino de intentar alcanzar el máximo potencial propio a base de explotar todas las capacidades internas que posee un equipo.

Lo que me parece más interesante es que la comprensión de esta realidad (la ruptura total con el pensamiento convencional) esté arraigando de manera poderosa entre los aficionados y los analistas no profesionales y, sin embargo, aún esté bastante lejos de ser asimilada en los medios de comunicación, donde en general -y salvando las excepciones- todavía se analizan las decisiones del entrenador bajo un prisma demasiado convencional. Todavía, aquello que se aparta de dichas convenciones parece estar bajo sospecha, tanto si nos referimos a jugar con un determinado número de defensas o delanteros, la distribución sobre el campo, los cambios y permutas, y sobre todo las razones por las que Guardiola ejecuta una serie de pautas de juego y modifica otras.

Quizás estoy equivocado, y de hecho preferiría estar equivocado, pero tengo la sensación de que por una vez el aficionado y el analista amateur están yendo más rápido en la comprensión y asimilación de las evoluciones tácticas del entrenador que los propios medios de comunicación. Vilsbiburg quizás solo haya sido una casualidad, fruto del interés especial de algunos aficionados locales, pero posiblemente también sea el símbolo de esta nueva realidad. En cualquier caso, para Guardiola fue una sorpresa formidable que le alegró el domingo. Poder conversar de movimientos tácticos con los aficionados de manera directa y razonar dichas acciones resultó una experiencia sorprendentemente grata para él.

* Publicado en Eurosport.es (30-noviembre-2015)

– Foto: Bild Zeitung