Cuatro kilómetros y 769 metros separan el Stade Jean Dauger (Bayona) del Parc des sports d’Aguilera (Biarritz). Esa mínima distancia ambienta una de las rivalidades más peculiares del rugby europeo.
Estábamos acostumbrados a verles enfrentarse en el Top 14 (máxima categoría del rugby profesional francés), pero el descenso de Biarritz Olympique Pays Basque en 2014 y del Aviron Bayonnais en 2015 nos trae el primer enfrentamiento en Pro D2.
La historia reciente del BO está repleta de éxitos deportivos: campeón de Francia en 2002, 2005 y 2006; finalista de la Heineken Cup (máxima competición europea de clubes) en 2006 y 2010; y campeón de la Amlin Cup (segunda competición europea de clubes) en 2012. Conviene recordar que Biarritz no alcanza los 27.000 habitantes.
Por el plantel biarrot han pasado jugadores del nivel de Serge Blanco, Patrice Lagisquet, Philippe Bernat-Salles, Olivier Roumat, Frano Botica, Serge Betsen, Thierry Dusautoir, Jerome Thion, Imanol Harinordoquy, Damien Traille, Dimitri Yachvili, Sylvain Marconnett, Iain Balshaw, Marcelo Bosch, Census Johnston…
Aviron Bayonnais ha estado, históricamente, a la sombra deportiva del BO. Su último título data de 1943 y su última participación en la final del campeonato de Francia fue en 1982. En los últimos años ha disfrutado del dinero procedente del mecenazgo de Alain Afflelou (accionista mayoritario del club hasta abril de 2015). Así llegaron jugadores del nivel de Joe Rokocoko, Neemia Tialata, Mike Phillips, Mark Chisholm, Santi Fernández, Opeti Fonua, Martín Bustos Moyano y Scott Spedding.
La situación deportiva de ambos clubes en este momento difiere radicalmente. Aviron Bayonnais es tercero en la clasificación del Pro D2 (puesto de lucha por el ascenso al Top 14) y Biarritz Olympique ocupa el último puesto de la clasificación –una victoria en siete partidos–, lo que implicaría el descenso a Federal 1.
En 1908 se enfrentaron por primera vez Biarritz Stade y Aviron Bayonnais. El primer partido con la denominación de Biarritz Olympique data de la temporada 1922-1923. Son 107 años de rivalidad y más de 100 enfrentamientos oficiales que se han visto amenazados durante los tres últimos años por los recurrentes rumores y negociaciones sobre una posible fusión de ambos clubes. El rechazo frontal de los aficionados de los dos equipos ha obligado a paralizar, hasta ahora, el proceso y ha supuesto la marcha de Serge Blanco y Alain Afflelou de la presidencia de sus respectivos clubes. La situación económica de ambos, especialmente del BO, permite intuir que las negociaciones se retomarán en un horizonte próximo.
A falta de saber lo que nos deparará el futuro, lo que sí sabemos con certeza es que las gradas del Jean Dauger estarán repletas. Se han puesto a la venta entradas para la pista de atletismo que rodea el terreno de juego. Habrá 17.000 espectadores en el estadio de una ciudad de 47.000 habitantes. La identificación de Bayonne con su equipo es total.
Las peculiaridades no terminan ahí: los vestuarios están fuera del estadio, los jugadores del equipo visitante se cambian en un espacio creado con dos módulos metálicos semejantes a contenedores de transporte marítimo; la sala de prensa es un recinto rectangular con dos puertas de entrada, una pared acristalada y en el que es obligatorio dejar salir antes de entrar porque el espacio es reducido.
Escuchar en directo la Peña Baiona justifica cualquier visita al Jean Dauger, y eso es solo el principio.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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