El sistema de playoffs de la MLS favorece sorpresas constantes. A su ya consabida paridad entre las distintas franquicias, el sistema de eliminación directa para acceder a las semifinales de conferencia supone toda una encerrona de la que han salido dos eliminados ilustres: LA Galaxy y New England Revolution, los dos finalistas de la MLS Cup 2014. Echando la vista un año más atrás se comprueba que los dos finalistas de 2013 –Sporting Kansas City y Real Salt Lake– también están ya de vacaciones anticipadas, con el agravante de que el equipo de Utah ni siquiera alcanzó uno de los seis mejores puestos de su conferencia. Para orgullo del comisionado Don Garber, la alternancia es un hecho tangible en el soccer.
Otro de los factores que está quedando de relieve es que la MLS es una liga lo suficientemente competitiva como para evitar que los equipos construidos a base de talonario tengan garantizado el éxito inmediato. Sin los dos faraónicos proyectos de expansión en la postemporada –Orlando City y New York City–, en el primer partido de los playoffs dijeron adiós LA Galaxy y Toronto. Giovani dos Santos, Steven Gerrard, Robbie Keane, Sebastian Giovinco o Jozy Altidore están ya de vacaciones, mientras otras franquicias demuestran que la austeridad en las nóminas no está directamente relacionada con la actitud sobre el césped.
Había dudas sobre la capacidad de DC United de sacar adelante esta eliminatoria ante el Revolution, y no por la calidad de finalista del equipo de Jay Heaps, sino por el duro mazazo moral que supuso perder ante Columbus Crew por 5-0 en el final de la temporada regular sin los mejores hombres del conjunto de Ohio presentes. Sufrió mucho DC, pero supo agarrarse a los chispazos de genialidad que ofrece Fabián Espíndola de forma discontinua para mantenerse con vida en la competición. Un partido de ida y vuelta constante quedó muy deslucido por la actuación del árbitro. Mark Geiger señaló un penalti inexistente a favor de DC United que Chris Rolfe perdonó enviándolo al palo mientras Jay Heaps se cubría el rostro, y cuando New England más apretaba en busca de un empate que forzara la prórroga, obvió unas manos en el área de Bill Hamid que enervaron a Jermaine Jones hasta el punto de ser expulsado por zarandear al colegiado. Los goles de Pontius y Rolfe y la solvencia entre palos de Hamid permitirán que las águilas negras disputen dos partidos más. En Boston la principal prioridad ahora es evitar una aparatosa sanción a Jones que lastre al equipo en el inicio de 2016.
Los de Bruce Arena estaban avisados tras ver la caída del Revolution unos minutos antes, pero el depósito de gasolina del equipo californiano llevaba varias semanas en la reserva y el motor dijo basta en el primer partido decisivo. Los Sounders, a pesar de las ausencias de Osvaldo Alonso y Marco Pappa se mostraron mucho más competitivos que los pentacampeones, sobrevivieron a una vibrante primera mitad en la que la gran rivalidad entre estos dos equipos ofreció un bello espectáculo con cuatro goles y remataron la faena en la segunda. Los errores de Donovan Ricketts personifican el fiasco final del Galaxy, aunque eso no debe opacar las dificultades que Bruce Arena ha tenido para dar sentido al juego de su equipo con la presencia de Gerrard. En Seattle, más allá del trío estelar formado por Dempsey, Martins y Haedo Valdez merece un reconocimiento especial Erik Friberg. El sueco ha sabido brillar en la última mitad del año sin reclamar mayor protagonismo que el que Sigi Schmid le da. Tras la fachada mediática del equipo del estado de Washington se esconden jugadores como Alonso, Friberg e Ivanschitz que garantizan experiencia y empaque, cualidades vitales que pueden llevar a Seattle a opositar al título.
El publicitado duelo entre Didier Drogba y Sebastian Giovinco no tuvo color. El costamarfileño está respaldado por un equipo en el que hay una idea clara de juego y un potente sentido de pertenencia articulado por el capitán Bernier que involucra a la afición. Giovinco, a pesar de haber hecho una temporada majestuosa batiendo el récord de goles y asistencias combinados en una temporada, tiene un erial a su alrededor. Jozy Altidore no ha justificado su condición de jugador franquicia y Michael Bradley no ha brillado a la altura de su potencial, unas veces por errores de pizarra de su entrenador, Greg Vanney; y otras por sus propios síntomas de estancamiento. Con estos ingredientes, los francófonos dejaron sentenciado el partido en 40 minutos, el tiempo que transcurrió entre el inicio del mismo y el 3-0 sellado por Drogba en una jugada que dejó en evidencia el entramado defensivo de Toronto, con siete jugadores cubriendo con la mirada a uno de los delanteros más letales del mundo. Piatti, ex de San Lorenzo, ha congeniado a la perfección con Drogba y eso se nota en la fluidez del ataque de Montreal, en el que el ex de San Lorenzo parte desde la banda izquierda. El Derby 401 dejó felices a los quebequeses y abren un profundo debate en Ontario, donde la franquicia ha estado muy por debajo de Giovinco en todos los sentidos.
Kansas City estuvo a punto de dar una de las sorpresas de la ronda de eliminación directa ante unos Timbers que venían enrachados. El Providence Park vivía una noche plácida en la que un solitario gol de Wallace parecía suficiente para sellar el pase, pero a falta de pocos minutos para el final Ellis se erigió nuevamente en héroe de su equipo -ya marcó en el partido que aseguró su presencia en playoffs con un tanto ante LA Galaxy- y llevó el partido a la prórroga. El húngaro Németh puso aún más contra las cuerdas a los leñadores de Oregón, pero la afición timber, una de las más entregadas y sabias de EE. UU., aumentó el grado de apoyo a sus jugadores. El empuje desde las gradas y la rectificación táctica del 4-3-3 inicial de Caleb Porter hacia un 4-2-3-1 llevaron a Maxi Urruti a anotar el gol cerca del 120. Por si el partido no supuso suficiente agonía, la tanda de penaltis. Dispararon los 22 jugadores sobre el césped, nueve de ellos erraron y la responsabilidad recayó en ambos porteros. Kwarasey anotó el suyo para Portland, pero Kempin, que había sustituido al titular Melia, vio cómo su rival ghanés le negaba un papel entre los héroes de la historia reciente de Kansas City. Portland pasó de ronda con altos niveles de estrés y el susto aún en el cuerpo, pero ha aprendido a no confiarse.
Dentro de las numerosas rivalidades que existen entre la MLS, bien por cercanía geográfica bien por antagonismo deportivo, las semifinales de conferencia dejan dos partidos destacados: la Copa del Atlántico que disputan DC United y New York Red Bulls, con claro favoritismo para los taurinos dada su condición de campeón del Supporters Shield; y la Copa Cascadia entre Vancouver y Portland, dos equipos que arrastran grandes masas de aficionados allá donde van.
DC United-New York Red Bulls (21:00 horas)
Portland Timbers-Vancouver Whitecaps (23:00 horas)
Montreal Impact-Columbus Crew (01:00 horas)
Seattle Sounders-FC Dallas (03:30 horas)
*Agustín Galán es periodista.
– Foto: Craig Mitchelldyer (Portland Timbers)
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