"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Firmas / Alemania / Martí Perarnau / Bayern Múnich
Han bastado dos buenos partidos con la selección alemana para que se haya extendido la teoría de que Mario Götze juega muy bien con la Mannschaft y muy mal con el Bayern. Pero esta teoría contiene una grave omisión: Joachim Löw tuvo que sentar en el banquillo a Götze durante el Mundial 2014 debido a su bajo rendimiento…
Posiblemente nos hayamos olvidado de esta circunstancia debido al gran gol que marcó en la final contra Argentina. Pero esta es la realidad: en el Mundial, Götze estuvo muchos más minutos en el banquillo (403) que jugando (287). Repasemos lo que sucedió:
Götze jugó 287 minutos del Mundial y permaneció 403 minutos en el banquillo. Fue titular en tres partidos (en el tercero enfadó tanto a Löw que fue cambiado al descanso) y fue suplente en cuatro. El resumen dice claramente que Mario Götze no estuvo entre los once jugadores titulares del seleccionador Löw durante el Mundial. Aunque, sin la menor duda, pasará a la historia por el magnífico gol de la victoria final.
Si comparamos esta realidad -y no la leyenda que se nos quiere explicar- con su recorrido en el Bayern comprobamos que Götze sí es uno de los once jugadores más utilizados por Pep Guardiola.
Temporada 2013-2014: 45 partidos. 9º jugador con más partidos
Temporada 2014-2015: 48 partidos. 4º jugador con más partidos
Hay que decir algo muy importante: Mario Götze es un profesional magnífico. Es el jugador que llega más temprano a entrenarse, se cuida de un modo extremo, realiza a diario una preparación física personalizada, su alimentación está medida al detalle y dedica muchas tardes en compañía de Guardiola a revisar vídeos propios o de otros jugadores a fin de perfeccionar movimientos. La relación con su entrenador es estrecha y cordial, pues ambos tienen el mismo objetivo: alcanzar las expectativas creadas alrededor de este futbolista.
Pero posiblemente en dichas expectativas residan gran parte de las dificultades que vive Götze. Ya en 2011, en una entrevista con la revista “11 Freunde” se podía leer: “La prensa te compara una y otra vez con Lionel Messi…”. ¡Ahí está el problema! Pretender que Götze sea como Messi es un objetivo vano e inútil. Götze es un magnífico futbolista con grandes cualidades: un gesto técnico excelente, soberbia visión de juego, correcto dribling y un remate bastante eficaz. Pero no es Messi.
En sus dos buenas temporadas con el primer equipo del Borussia Dortmund (2011-2012 y 2012-2013), Götze sumó 23 goles (7 y 16). En las dos temporadas con el Bayern -que, en teoría, han sido malas- ha sumado 30 (15 + 15). En dichas cuatro temporadas Messi ha obtenido 73, 60, 41 y 58 respectivamente. La diferencia es mayúscula.
El problema con Götze, en mi opinión, es pretender que tenga una dimensión diferente a la real. Pretender que sea como Messi o llamarle “Gotzinho” por su habilidad. Como he dicho, Götze es un profesional magnífico en todos los sentidos. Magnífico e impecable. Un verdadero ejemplo de lo que debe ser un futbolista dentro del vestuario. Trabajador, honesto, buen compañero, dedicado por completo a su profesión y muy interesado en mejorar y progresar. Mario revisa vídeos de grandes jugadores y comparte esos conocimientos con el preparador físico o con el entrenador. Busca mejorar siempre y si lo pensamos bien de hecho ha mejorado en muchos sentidos. Por ejemplo, su acierto en los pases ha crecido desde el 78 % y 83 % en el BVB hasta el 89 % y 86 % en el Bayern.
Naturalmente, le faltan detalles importantes por mejorar. Su capacidad de regate no es comparable a la de Robben o Costa. Su remate dentro del área a menudo se retrasa una décima de segundo, al contrario que sucede con Thomas Müller. Y cada vez que pierde un balón o se lo arrebatan acostumbraba a bajar los brazos en vez de luchar por recuperarlo, un defecto que esta temporada está corrigiendo de manera intensiva. Es cierto también que cuando llegaron los momentos culminantes de las dos últimas temporadas, Guardiola eligió a otros delanteros en lugar de hacerle jugar a él. Exactamente lo mismo que hizo Joachim Löw en la Copa del Mundo 2014.
Götze es un excelente futbolista que debe desarrollar su personalidad sobre el césped, ganándose el puesto a base de lucha y eficacia y no por ser quien es o haber costado mucho dinero. Ni es Messi ni lo será. Al mismo tiempo, más que el propio Götze debemos ser los demás quienes comprendamos esta realidad. Dejemos entre todos que Götze sea solo eso, Mario Götze, un buen futbolista.
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