Y siempre gana Farah

por DAVID FERNANDEZ el 22 agosto, 2015 • 17:00

Mundial de Atletismo Pekín 2015. Día 1

Mo Farah está afrontando su temporada con más dudas –dentro y fuera de la pista– desde que está en la superélite del fondo mundial, pero a la hora de la verdad, en el campeonato del mundo, ha demostrado la misma determinación que en los últimos mundiales, campeonatos de Europa y Juegos Olímpicos. El británico ha empezado la competición con una gran carrera de 10000 donde ha superado a todo el equipo keniano y ha solventado dos tropezones que han podido costarle la victoria. Es el noveno título consecutivo de Farah entre 5000 y 10000 en la gran competición internacional (dos oros olímpicos, cuatro mundiales y tres europeos), donde se mantiene invicto desde que el etíope Ibrahim Jeilan le superase en el 10000 del Mundial Daegu 2011.

10000 (masculino)

Oro: Farah (GBR); Plata: Kamworor (KEN); Bronce: Tanui (KEN)

Los kenianos llevaron todo el peso de la prueba, pero cuando en la última vuelta Mo Farah asumió la cabeza de carrera, ya no la volvió a soltar hasta la entrada en meta. Farah es el tercer hombre con dos o más títulos en 10000, tras los etíopes Gebrselassie y Bekele (cuatro seguidos para cada uno).

A este doblete en el 10000 hay que unir el que ya logró en 5000 al ser campeón en 2011 y 2013. Farah es la tercera persona capaz de ganar dos o más títulos mundiales seguidos en dos pruebas individuales diferentes, tras Carl Lewis (100 metros y longitud) y Tirunesh Dibaba (5000 y 10000).

Farah, a sus 32 años y 152 días, consiguió otro récord al convertirse en el medallista –y, por tanto, también en el campeón– más veterano en la historia de la prueba tras superar su propia marca, establecida en Moscú 2013.

Los kenianos acabaron segundo, tercero y cuarto (Muchiri). Es la segunda vez en la historia de la prueba que un país consigue plata, bronce y cuarto puesto y se queda sin el título, tras Etiopía en Edmonton 2001, cuando el keniano Kamathi superó a Mezegebu, Gebrselassie y Admassu.

Uno de los kenianos, Paul Tanui, repitió su bronce de hace dos años en Moscú. Solo otro atleta, Hansjörg Kunze, de la RDA, había sido tercero del 10000 en mundiales seguidos (1983 y 1987).

Último kilómetro de Farah: 2.28.7; últimos 400 metros: 53.8.

Maratón (masculina)

Oro: Ghebreslassie (ERI); Plata: Tsegay (ETI); Bronce: Mutai (UGA)

Desaparecido el equipo keniano –Mark Korir fue el único que terminó; su puesto, 22º, certificó la peor maratón mundialista de Kenia desde 1997, cuando ninguno de sus atletas pudo acabarla–, otros tres países africanos coparon el podio en una carrera animada por los italianos Pertile (4º) y Meucci (8º), que fueron los mejores europeos de la prueba, y por el lesotense Tsepo Ramonene, que en la última maratón olímpica también fue noticia por acabarla en 85º y último lugar, en casi 3 horas y a más de 10 minutos del anterior clasificado.

La victoria, con un ataque demoledor en los kilómetros finales, fue para el joven eritreo Ghirmay Ghebreslassie. Es el primer título de Eritrea en cualquier prueba del mundial de atletismo y la segunda medalla, tras el bronce de Zersenay Tadese en el 10000 de Berlín 2009. Aunque no es la primera vez que un eritreo se proclama campeón del mundo en una competición de atletismo porque el propio Tadese tiene cinco oros en el mundial de media maratón y otros dos de sus atletas han conseguido el título mundial en carreras de montaña.

La juventud del ganador también fue noticia porque, con 19 años y 281 días, Ghebreslassie es el medallista más joven en la historia de la maratón mundialista (masculina o femenina) y el séptimo hombre más joven en ganar el título mundial en cualquier prueba.

La plata de Yemane Tsegay mantiene a Etiopía en el podio de la prueba por cuarta edición consecutiva, algo que ningún otro país había conseguido antes.

Completó el podio el ugandés Munyo Mutai, por lo que las medallas se las repartieron tres países distintos –lo que no ocurría desde Osaka 2007–, pero tres países del mismo continente, África, lo nunca visto en la prueba. Javi Guerra (13º) ganó su plaza para los Juegos Olímpicos de Río.

Peso (femenino)

Oro: Schwanitz (ALE); Plata: Gong (CHN); Bronce: Carter (USA)

La ausencia de Valerie Adams –lesionada casi toda la temporada y de vuelta a un nivel tan bajo que acabó renunciando al campeonato antes de operarse la rodilla derecha– permitió a Christina Schwanitz, la indiscutible mejor lanzadora del año, ganar el título mundial. Es el primer oro en la prueba de Alemania desde Sevilla 1999 con Astrid Kumbernuss.

Subcampeona, rozando su marca personal (se quedó a solo cinco centímetros), fue Lijiao Gong, que ya se había subido al tercer escalón del podio en otros dos mundiales. Gong, que consiguió el mejor resultado de una china desde el subcampeonato de Zhihong Huang en Gotemburgo 1995, es la cuarta mujer con tres o más medallas en peso sin ningún oro (el récord es de la alemana Nadine Kleinert con cinco).

Un lanzamiento de 19,76m le valió a Michelle Carter para conseguir el bronce. Nadie se hacía con una medalla lanzando tan poco desde 2005, cuando las tres componentes del podio (Ryabinkina, Adams y Kleinert) ni siquiera llegaron al 19,65m. Este bronce también es la segunda medalla estadounidense en la prueba, tras el tercer puesto de Jillian Camarena en 2011. El padre de Michelle Carter, Michael, fue subcampeón olímpico de peso en Los Ángeles 1984 y tres veces ganador de la Super Bowl con los 49ers.

400 vallas (masculino). Series

Kenia fracasó en maratón, pero tuvo al mejor de las series del 400 vallas, Nicholas Bett, que paró el cronómetro en 48’’37 e igualó la segunda mejor marca en series en la historia de la prueba, solo por detrás del 48’’32 del estadounidense Danny Harris en Tokio 1991. Fue una ronda con un par de grandes sorpresas: las eliminaciones del líder mundial del año (Bershawn Batman Jackson) y del vigente campeón mundial (Jehue Gordon).

Pértiga (masculina). Clasificación

Se pedía 5,70 para entrar en la final y hasta 16 saltadores lo consiguieron. Será la tercera final mundial de pértiga con al menos 16 finalistas, tras Helsinki 1983 (27 finalistas porque no se pudo completar la clasificación por la lluvia) y Daegu 2011 (16 finalistas, pero sin que nadie alcanzara el 5,70 que también aseguraba el pase a la final).

Además será la tercera final de la historia de cualquier concurso con 16 o más participantes tras clasificarse todos ellos superando la marca mínima exigida en clasificación. En la longitud masculina de 1987, hasta 17 atletas superaron el 7,95 previsto. Y en la altura femenina de 2007 un total de 16 mujeres superaron el listón de 1,94. Quedó eliminado el griego Filippidis, con 5,91 de marca esta temporada.

* David Fernández es estadístico.

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– Foto: AFP