"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
España / Primera División / Fútbol
A las puertas del inicio de su tercera campaña completa al frente del Villarreal C. F. (tres años y medio, si se marca la fecha exacta de su llegada al club amarillo: enero de 2013), Marcelino García Toral afronta un reto apasionante: igualar e intentar mejorar los resultados obtenidos en el anterior ejercicio (sexto en la liga, semifinalista en la Copa del Rey superado por el futuro ganador, el F. C. Barcelona, y eliminado en octavos de final de Europa League ante el Sevilla, también campeón) partiendo casi de cero. A expensas de movimientos del mercado, en la actual pretemporada 2015 se han producido numerosos movimientos, tal vez más de los que el aficionado y el propio preparador asturiano esperaban una vez concluida la liga. Así, de tener que realizar simples retoques se ha pasado a configurar un nuevo bloque donde parte de lo que era la columna vertebral del equipo amarillo dejará paso a nuevos pasillos de seguridad.
Si cuando regresó a Primera el Villarreal se sustentaba en el eje Asenjo-Musacchio-Bruno-Cani-Gio, el técnico solo contará con uno de ellos en el inicio de la temporada: Bruno. Por unas causas u otras, el resto no estará disponible: en el caso del portero y el central, pues están en el tramo de recuperación de sendas graves lesiones; si hablamos del fino centrocampista aragonés y el delantero mexicano, porque ambos han abandonado o lo harán en próximas fechas la entidad presidida por Fernando Roig.
Por esa razón el reto que se vislumbra en el horizonte es tan apasionante como incierto. ¿Cuál será el comportamiento del Villarreal en la nueva campaña? Dos aspectos resultan evidentes: la competitividad y el esfuerzo son innegociables, y a partir de ellos el equipo tendrá que crecer y jugar hasta llegar adonde el balón disponga. De su solidez defensiva y su eficacia goleadora, con un bloque en el apartado ofensivo prácticamente nuevo, dependerá en gran medida el objetivo al que apuntar.
Para suplir la ausencia de Asenjo, operado por tercera vez de una rotura de ligamentos cruzados en su rodilla derecha, se ha confiado en el joven guardameta francés Areola, internacional en categorías inferiores. El club amarillo ha apostado por el francés con la esperanza de que la baja del palentino no se note en exceso. De todos modos, para salvaguardar la juventud de Areola también se ha incorporado el argentino Marino Barbosa, quien regresa ocho años después al club que le dio la oportunidad de darse a conocer en Europa: aportará la veteranía necesaria en un bloque bastante joven y en un puesto tan delicado como es la portería.
La defensa apenas ha sufrido variaciones, eso sí, como en el caso de Asenjo, uno de los pilares de esta parcela del equipo, el argentino Mateo Musacchio, permanecerá de baja varios meses. Pese a ello, el resto de futbolistas que concluyó el pasado ejercicio repite, y con la grata noticia de contar en propiedad con Víctor Ruiz, tras su notable campaña como por el Valencia. El club sigue buscando un zaguero que supla esta baja en el tramo inicial de temporada. Se trata de encontrar un futbolista que complemente al resto de centrales y que permita que la zaga se comporte de manera solvente, como así ha sido, desde que Marcelino tomó los mandos del equipo.
En el mediocampo y el ataque es donde más cambios se vislumbran, pues todo apunta a que, finalmente, esta temporada se podrá ver a un equipo en la fase ofensiva muy al gusto del asturiano: transiciones rápidas, verticalidad, vértigo y menos pausa. El pulmón se mantiene intacto con Bruno, Trigueros, Pina y Jonathan dos Santos, aunque el mexicano puede alternar como el año anterior con la plaza de interior derecho. Por estas razones, no hay que extrañarse de los descartes y las más que posibles marchas de jugadores como Moi Gómez, Cani o Espinosa. En el caso del aragonés se une su relación tirante con Marcelino. Pese a que se apurará hasta el cierre del mercado para esperar a una posible nueva cesión de Cheryshev desde el Real Madrid, un sueño que apunta a casi utopía, las llegadas de los Samus desde el Málaga explican bien a las claras como se moverá el Submarino Amarillo de tres cuartos de campo hacia adelante.
Por si fuera poco, toda la pólvora del pasado ejercicio ha pasado a mejor vida, con la incógnita de sí Gerard Moreno seguirá y concluirá su contrato en 2016, lo amplia o sale traspasado, una circunstancia clave para configurar la vanguardia amarilla. Tras muchas temporadas, la totalidad de atacantes con los que contará el entrenador amarillo pueden ser nuevos, un hecho insólito y que supone un gran interrogante, pues ya se sabe que el gol es el factor diferencial que da puntos y, como consecuencia, sitúa a cada equipo en su lugar de la clasificación.
Con la llegada de Leo Baptistao desde el Atlético de Madrid, un jugador por el que Marcelino ya se interesó el verano pasado, se cuenta con dinamismo, juventud, movilidad y pegada, siempre que las lesiones le respeten. Tal vez con el asturiano explote todas esas cualidades que posee, pero que no ha acabado de mostrar al gran público ni en su paso por el Betis ni tras su regreso a Vallecas en 2014. El resto es una incógnita a día de hoy. De quiénes suplan a Luciano Vietto y unos decepcionantes Giovani dos Santos y Uche, traspasados a Los Ángeles Galaxy y Tigres de Monterrey, dependerá en gran medida lo que se pueda esperar de un Submarino Amarillo que, como en la película de José Luis Garci, tendrá que volver a empezar si quiere opositar a ocupar la parte noble de la clasificación.
* Pablo Beltran es periodista.
– Foto: Villarreal CF
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal