Fallos en el atletismo contempóraneo

por OSCAR FERNANDEZ VILLAR el 27 junio, 2015 • 10:23

El atletismo es un deporte que está regulado para que haya el menor número de incidentes que perturben el desarrollo de una competición. Pero la organización de las pruebas está en manos de humanos, que pueden cometer errores en cualquier momento. Los fallos han existido y existirán siempre, pero lo sorprendente de la situación actual es que en menos de un mes se han producido dos que son muy relevantes.

Recientemente se ha hecho pública la decisión de anular las marcas de las dos carreras de 1500 que se disputaron en el mítin de Marsella (Francia) debido a que los atletas salieron de la línea de salida del 1500 obstáculos en lugar de la del 1500 lisos. Siete fueron los metros que recortaron, lo que puede suponer cerca de un segundo menos en el tiempo final. La escena de la salida en ambas carreras no dejó de ser curiosa, ya que los atletas estaban colocados detrás de la verdadera línea de salida y cuando el juez dio la orden de a sus puestos se colocaron en la línea equivocada.

La falta de diligencia de los jueces ha llevado a que Iguider, el líder mundial de 1500, pierda su puesto de privilegio, ya que su marca de 3.32.88 ha quedado anulada. También perdieron sus marcas del año Adel Mechaal (3:36.66) e Isabel Macías (4:11.58). La marca de Mechaal estaba muy cerca de la mínima para el mundial Pekín. Posiblemente con esa marca se pueda acceder al mundia, ya que con el nuevo sistema de clasificación irán los que tengan la mínima más un número de atletas sin mínima, pero que por ránking completen un listado de 45 atletas con un máximo de tres por país (excepto Kenia, que puede llevar a cuatro al tener una wild card adicional: Asbel Kiprop fue el campeón del mundo en Moscú y Silas Kiplagat es el vencedor de la Diamond League del año pasado).

El fallo de Marsella se une al de la Diamond League de Birmingham (Reino Unido) que tenía colocados mal los sectores del lanzamiento de jabalina. Julius Yego lanzó, inicialmente, fuera del sector un lanzamiento por encima de los 91 metros.

El concurso acabó con victoria de Vesely, pero el lanzador keniano, a instancias de su entrenador (Petteri Piironen), pidió que se volviera a medir el ángulo del sector de la jabalina y ese nuevo cálculo dio como resultado que el lanzamiento se convirtiera en válido. La medición arrojó que la jabalina había alcanzado los 91.39. Este registro tiene un extraordinario valor ya que es nuevo récord de África y además colocó al lanzador nandi como líder mundial en una especialidad tradicionalmente dominada por Europa.

En el Campeonato de Europa de Zúrich (Suiza), varias marcas de longitud estaban mal medidas y gracias a la denuncia de Andreas Moller, entrenador y novio de la saltadora sueca Erica Jarder, se midió otra vez un salto de la alemana Bauschke y le anularon su marca inical (6.79), que se quedó en 6.55. También hubo problemas de medición con Kazmirek en decatlón y Heidler en lanzamiento de martillo. Dan Pfaff, uno de los más afamados entrenadores de atletismo del mundo, me comentó personalmente que las mediciones de los saltos tuvieron muchísimas deficiencias y buena parte de ellas estaban mal hechas. No deja de ser curioso ver un campeonato de Europa disputándose en un país puntero en tecnología, pero incapaz de medir correctamente unos saltos.

Jessica Ennis-Hill también sufrió en carne propia los fallos de los jueces en una prueba. Fue en el trascurso de los Manchester City Games, un mítin que se disputa en las calles de esta ciudad británica. Se trató de una prueba de 100 m. v. que acabó con un tiempo de 12.75 de la campeona olímpica en heptatlón. Sin embargo, la marca se tuvo que anular ya que Ennis-Hill y sus compañeras solo saltaron 9 vallas, en lugar de las 10 pertinentes.

Estos hechos son recientes, pero en el pasado se han producido otros fallos de organización-jueces que llevaron a más de una anulación de marcas y resultados.

En la historia reciente se han producido varios fallos destacados en campeonatos del mundo. Solo en Roma 1987 se produjeron dos de enorme calado. Uno fue la anulación de la marca que inicialmente se le concedió a Giovanni Evangelisti en salto de longitud. Escuchar el nombre de Giovanni Evangelisti invoca obligatoriamente la final de longitud del Estadio Olímpico. En un principio, el saltador italiano ganó una medalla de bronce, pero con posterioridad se descubrió que la medición de los jueces había sido errónea, ya que se equivocaron en el posicionamiento del prisma óptico. El salto de 8.38 había sido 7.85. Esta nueva medición modificó el podio, ya que Larry Myriks, que saltó 8.33, pasó a ser tercero. La prueba fue vencida por Carl Lewis (8.67) y Robert Emmiyan (8.53) fue segundo.

En ese mismo campeonato del mundo se pudo presenciar cómo los jueces se equivocaban al contar las vueltas en la prueba de 10.000, lo que llevó a confusión a los atletas. En cabeza iba destacado Paul Kipkoech, a unos metros estaba el italiano Francesco Panetta. Un tercer grupo que estaba intentando dar alcance al italiano fue confundido por los jueces, lo que llevó a un completo caos a este grupo perseguidor. La falta de pericia de los jueces llevó a levantar suspicacias, ya que el beneficiado fue nuevamente un atleta local.

Una situación similar también tuvo lugar en el pasado Campeonato de España Promesa durante en el trascurso de una de las semifinales del 1500.

En la maratón femenina del Campeonato del Mundo de Gotemburgo 1995 se corrieron 400 metros menos de lo establecido en el reglamento (42.195). El motivo fue que los jueces mandaron a los atletas fuera del estadio después de correr tres vueltas, cuando lo establecido eran cuatro. La vencedora, Manuela Machado (2:25:39), pasó a la posteridad por ser la única atleta en el mundo campeona del mundo de maratón que no necesitó correr 42,195 km. La marca de la atleta de Viana do Castelo (Portugal) no tuvo validez y se quedó sin un registro que era marca personal. Machado se percató del error y cuando llegó al estadio preguntó a los auxiliares si tenía que dar una vuelta más.

El último incidente en un campeonato del mundo se produjo en Moscú 2013, cuando David Störl, gracias a la cámara de un fotógrafo, pudo demostrar que un lanzamiento, que finalmente le dio la victoria, no era nulo.

Los JJ. OO. tampoco son ajenos a los fallos. Erki Nool ganó el oro en Sídney después de una enorme polémica, ya que en disco tuvo tres lanzamientos nulos, pero finalmente se aceptó un recurso y se le dio por válido el último lanzamiento. Las imágenes de la televisión checa demostraban que era nulo y consecuentemente debió tener cero puntos en disco. En Londres fue Heidler la que tuvo la suerte de cara, ya que inicialmente midieron mal un lanzamiento. Le dieron 72.34 ante el asombro de todo el mundo, que vio cómo la bola del martillo impactaba por encima de los 75 metros. La comprobación posterior, cuando había transcurrido más de media hora desde el final del concurso, demostró que el lanzamiento era de 77.13 . La ceremonia de entrega de medallas se tuvo que retrasar a causa del incidente.

A nivel de marcas destaca el 8.96 de Iván Pedroso en Sestriere (Italia) que no llegó a ser ratificado como récord del mundo.

El viento después de la medición incial era de +1.2, registro dentro de la legalidad, pero se aseguró por parte de la federación italiana que una persona estaba delante del anemómetro, lo que llevó a invalidar la marca.

España siempre ha sido un modelo a la hora de organizar grandes campeonatos atléticos. Aquí se han celebrado campeonatos del mundo, campeonatos de Europa, campeonatos del mundo en pista cubierta, campeonatos del mundo de cross, etc. Todos ellos han acabado siendo un éxito a nivel organizativo, pero hay un fallo de medición que pasará a la historia. Tuvo lugar en el Campeonato de Europa de Madrid 2005. Bianca Kappler fue medida en 6.96, lo que aseguraba la medalla de oro en longitud pero la saltadora alemana le dijo a los jueces que eso no podía ser posible ya que eran 30 cm más que su marca personal. El vídeo demostró que la medición se había hecho de manera incorrecta. Kappler se quedó sin el oro, pero fue premiada con una medalla de bronce por su fair play.

Los récords nacionales tampoco están exentos de polémica. En la actualidad el récord gallego de jabalina es mejor que el récord de España. Algo sorprendente, pero real. Gustavo Dacal lanzó 78,88 en 2003, pero la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) no aprobó el récord al cuestionar la homologación de la jabalina y porque Dacal no llevaba la indumentaria de su club, incumpliendo la normativa vigente. La Federación Gallega de Atletismo considera legal el lanzamiento y, por lo tanto, el récord gallego lo tiene Gustavo Dacal con 78.88, mientras que el récord de España es de Julián Sotelo con 78.78. Dacal llevó su caso hasta los tribunales ordinarios y el Tribunal Supremo le dio la razón. La RFEA tuvo que indemnizarlo, pero el máximo órgano del atletismo nacional no reconoce la marca porque considera que los tribunales ordinarios no son los que dictaminan los récords de España.

* Óscar Fernández Villar.

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