Selecciones / Fútbol / Crónicas 2014-2015
1.- Uruguay se niega a perder. Fue abatida en Santiago por el anfitrión de esta Copa América, pero la sensación de derrota es parcial. Los charrúas nunca hincan la rodilla porque está en su ser. Y frente a una selección chilena que ha maravillado a propios y extraños durante varios años no se dio la excepción. La celeste compitió contra el tremendo huracán rojo.
2.- Jorge Sampaoli encargó la tarea de pasar a semifinales a Bravo bajo palos; Isla, Medel, Jara y Mena en la zaga; Marcelo Díaz, Arturo Vidal y Charles Aránguiz en el centro del campo; Valdivia en la mediapunta y Alexis Sánchez junto a Eduardo Vargas en la delantera. Óscar Washington Tabárez envió al césped a Muslera en portería; Maxi Pereira y Fucile como laterales; Godín y Giménez como centrales; Arévalo-Ríos y Álvaro González en el doble pivote; Carlos Sánchez y el Cebolla Rodríguez por los costados; y Cavani junto a Rolán arriba. 4-3-1-2 para Chile y 4-4-2 para Uruguay.
3.- El choque de estilos de ambos seleccionados motivaba al espectador neutral a no perderse este partido, y el desarrollo demostró exactamente por qué. Uruguay empezó presionando arriba la salida de balón chilena; obtuvo réditos los primeros diez minutos, mientras la Roja buscaba la respuesta a la iniciativa charrúa.
4.- En ese tramo, Medel, Jara y Díaz, ubicados en la base de la jugada, sufrieron para dar pases claros, sobre todo porque Cavani y Rolán trabajaban sobre el mediocentro local. Luego, Sampaoli ordenó a los interiores abrirse hacia los costados más de lo normal para que encontrarlos fuera más sencillo. Los delanteros celestes dudaron a quién marcar y Medel y Jara condujeron la pelota hasta donde fue necesario para sacar a su equipo.
5.- Una vez derrocada la primera línea de Uruguay, aparecía la magia. Esta se encontraba entre líneas, en los pies de Alexis Sánchez y Jorge Valdivia. El de Tocopilla, abierto a la izquierda, dibujaba una línea de pase segura para los lanzadores, y gracias a eso Chile se ubicaba en campo uruguayo. Una vez ahí, Valdivia se encargaba de la distribución del cuero, facilitada por la despampanante dinámica del circuito ofensivo local. Chile hace muy ancho el campo con sus laterales y por dentro, Aránguiz, Vidal, Alexis, Vargas y el mismo Valdivia no paran de moverse. Ante esto, los de Tabárez replegaron en su propio terreno.
6.- A Uruguay le costaba seguir la secuencia, como a cualquiera. La superioridad de Chile era evidente en todas las líneas de juego, excepto en el área, donde casi nadie puede imponerse a Godín y Giménez. El peligro nunca se acercó al punto penalti, y eso a la celeste, a medida que pasaban los minutos, le convenía cada vez más.
7.- En el segundo período, Chile intentó atacar más por los costados y menos por el centro, lo cual resultó en alivio para los uruguayos, ya que Godín y Giménez vieron simplificado su trabajo. Los minutos corrían mientras Chile gastaba aliento y Cavani transmitía más peligro. El desenlace, cerca del 60’, pintaba para cualquiera de los dos, hasta que Cavani se fue expulsado dos minutos después. Esto dificultó el encuentro para ambas escuadras. Los de Sampaoli deberían enfrentar ahora sí a un muro determinado solo a defenderse con un ímpetu singular, y Uruguay vería truncada sus opciones de salir al contragolpe, aunque aún guardaba la esperanza de un córner a favor o de los penaltis.
8.- Abel Hernández, que había entrado por Diego Rolán a los 57 minutos, desde su solitaria posición de delantero, tuvo que ver cómo se defendía todo su bloque y luego esperar pelotas llovidas y muy complicadas de ganar contra la defensa chilena. Él mismo presenció a lo lejos el gol de Isla cuando faltaban diez minutos para que se cumplieran los 90 reglamentarios.
y 9.- La historia pereció cuando se formó una tangana en el 88’. En ese momento los ánimos estaban demasiado calientes para continuar y los uruguayos, obstinados por su rechazo a la derrota, firmaron el final del envite. Avanza Chile a semifinales impulsado por su gente y por un buen juego, y espera al vencedor de la llave entre Perú y Bolivia. La celeste se va a casa, no podrá seguir defendiendo el título que ostenta y, por primera vez desde 1997, se queda fuera de los cuatro primeros puestos del torneo, lo cual demuestra que no es para nada fácil tumbar su resistencia.
* Sebastián Duque es periodista.
– Foto: EFE
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