Femenino / Mundial Futfem Canadá 2015 / Fútbol / Crónicas 2014-2015
Jenni Hermoso es una de las pilares en las transiciones del juego español y, de repente, contra Brasil no jugó. Sonia, lo mismo juega de titular que sale a diez minutos del final por las rampas de Virginia. Pierdes 1-0, quitas a la referencia arriba (Natalia Pablos) y metes a Meseguer, una mediocentro. El equipo no está fresco físicamente, pero el primer cambio es quitar a la jugadora que mejor se comporta en ese aspecto: Marta Corredera. ¡Cuántas preguntas indirectas, sin respuesta ninguna, que se van al limbo! Mientras, la realidad habla de que España cuenta con una magnífica selección, aunque muy confusa e inestable a la hora de afrontar grandes partidos porque las jugadoras se han cansado tanto de reclamar muchas cosas y de que la respuesta siempre sea la misma: desconcierto tras desconcierto.
Vero Boquete habló en el diario El País: “Necesitamos como mínimo un medio defensivo, usar las bandas y tener un punto de referencia”. Y la palabra de Vero Boquete se cumplió: jugó la mediocentro, Virginia; hubo extremo, Marta Corredera; y arriba España tuvo una delantero centro, Natalia Pablos. El resultado fue una coherencia táctica que contrastaba con la enorme oscuridad que se vio ante Costa Rica el pasado martes. España no solo se juntaba bien, sino que tenía sentido del juego en todas sus acciones. Se solidarizaron en defensa como nunca y encontraron en ataque buenas conexiones con una majestuosa Virginia Torrecilla en el mediocentro y una brillante Vicky en la dirección del juego.
El balón lo tenía España, pero la intención era totalmente distinta que en el partido costarricense. Las jugadoras españolas sabían lo que hacían en cada pase. Marta Corredera abría el juego, primero por la izquierda, después por la derecha; Alexia partía desde banda e iba hacia dentro para buscar la superioridad; Natalia, con sus desmarques, amargaba la noche a las centrales brasileñas, Mónica y Rafaelle; mientras que Vero Boquete era la única que desafinaba porque estaba alejada del área y cuando recibía tenía aún muchos metros por recorrer. Brasil sufrió mucho durante 44 minutos fantásticos de la selección, que estaba dominando a unas brasileñas que se mantenían porque amenazaba en jugadas a balón parado y principalmente porque España no encontraba la senda del gol.
Además, el buen balance ofensivo español hizo que el equipo estuviera muy organizado tras las pérdidas. Y todo ello era gracias a una soberbia Virginia Torrecilla. La mallorquina se ha coronado y ha hablado tras no jugar el primer partido. Con 20 años, lo ha barrido todo y ha demostrado una personalidad y un carácter de una jugadora superlativa. Sin complejos, batallando en el centro del campo y haciendo jugar a la selección con el balón. Ha estado perfecta, como Celia y Leire, que están haciendo un mundial excelente. Las dos laterales han secado a Marta, la gran estrella brasileña, que ha ido de banda a banda y en ningún momento ha podido con ellas. El partido de España en defensa estaba siendo tan bueno que no se notaba la ausencia de Ruth, que en este mundial vive en el ostracismo. Torrejón e Irene Paredes han estado a un gran nivel, como Tirapu en portería. Solo ha habido un error en este primer tiempo, pero ha sido el clave, el que ha decidido el partido. 44 minutos fantásticos y uno muy malo: el último. Celia se quedó en el eje central, España no cerró bien el pase vertical y Andressa Alves aprovechó una mala salida para, tras el despeje in extremis de Celia, anotar el 1-0.
El gol fue un serio varapalo a las jugadoras españolas. Se quedaron sin luz, todo se apagó y se volvió oscuro, confuso, sin ideas y con numerosas preguntas a las que no encontraron respuesta. Las brasileñas estaban físicamente mucho más enteras y jugaban mucho mejor con la enorme distancia entre líneas de las españolas. A Virginia Torrecilla la gasolina comenzaba agotarse, Vero Boquete seguía sin aparecer y Vicky Losada dejó de tener soluciones por dentro. España lo pasaba mal, no le duraba nada el balón, no viajaban juntas y solo Marta Corredera buscaba ese aliento físico que tiene sin parar en una jugadora incansable como ella.
Pero el primer cambio fue ella precisamente. Priscila entró por Corredera. El cambio que más ha transmitido a España. Ha sido pieza por pieza y ha mantenido la coherencia y profundidad que el equipo necesitaba para atacar los espacios de un Brasil que ganaba, pero no convencía. Tras este cambio, el resto fue una esquizofrenia sin ningún tipo de explicación. Jenni Hermoso es una jugadora sobresaliente en las transiciones. Domina muy bien la lectura de los espacios y conduce de forma fantástica el juego en el intercambio de ida y vuelta. Pero de repente, Jenni Hermoso pasó de ser titular y pieza clave a no jugar hoy ni un minuto en un partido que requería de sus servicios. El cambio fue quitar a Natalia y meter a Meseguer. España perdía la referencia arriba, los desmarques continuos, para fortalecer la parte central del centro del campo y dejar sola arriba a una Vero Boquete que no estuvo inspirada ni en el mano a mano que nunca falla.
Virginia se fundió y Sonia, otra olvidada de un día para otro, la sustituyó. Quedaban diez minutos donde la selección sacó lo único que le quedaba: orgullo. Se lo dejó todo, tuvo un tiro al palo de Irene Paredes en el descuento, metió a Brasil atrás, que resopló de alivio con el pitido final, y acabó con una dinámica de juego muy positiva, pero que fue de nuevo a rachas, sin continuidad entre el primer y el segundo tiempo. España volvió a tener nula eficacia goleadora. Solo un gol tras varias ocasiones muy claras en 180 minutos, lo que está castigando a un equipo que sigue con su inmensa niebla en la coherencia del juego. Las jugadoras hoy le han dado sentido al partido durante una primera parte muy buena, pero se han venido abajo cuando necesitaban unas respuestas que desde fuera han propuesto la misma solución que en las últimas tres décadas: ninguna. El miércoles, ante Corea, las futbolistas jugarán otra final. Solo ellas son capaces de que el sueño del mundial sobreviva una semana más.
La mayor sorpresa del mundial. Colombia, en un partido majestuoso, ganó a una Francia que acabó el partido desquiciada y con una ansiedad preocupante. Es un equipo que rebosa talento, pero tiene una gestión mental muy deficiente de las situaciones del partido cuando se ponen cuesta arriba. A Taborda le salió el partido soñado. Su repliegue bajo fue excelso, Sepúlveda estuvo soberbia en la portería y tuvo a un dúo en ataque como Rincón y Andrade majestuoso que han derrotado a una Francia que perdió los papeles tras el 1-0, precedido por una tontería de Necib en un saque de banda. A raíz del gol colombiano, Francia entró en la depresión que le persigue en los torneos grandes, cuando el marcador se voltea en contra. Pierde lo mejor que tiene: la paciencia en el ataque posicional, para entrar en una fase de guerra por cuenta propia. Le Sommer ha tenido una actuación horrible; Necib y sus elegantes detalles técnicos se han esfumado con una desesperación mental que la ha sacado del partido; Dali en ningún momento ha aportado la velocidad y profundidad que atesora; y solo Thiney y Henry han sabido encontrar la tranquilidad que Francia necesitaba, pero que ha sido insuficiente. Colombia dio la campanada, colocándose líder.
Ha sido la exhibición de la temporada. Caroline Seger se zampó a Carly Lloyd y a las trece estadounidenses que jugaron el partido contra Suecia. Fue la estilete de un equipo que arrolló en el planteamiento táctico a un impotente EE. UU. durante todo el encuentro. Seger hizo el partido del año: cerró todos los pasillos en el medio del campo, robó todos los balones que se propuso, borró del campo a Lloyd y además hizo jugar a su equipo como le dio la gana. Avasalló a todo el centro del campo estadounidense, lo machacó con un juego imperial y se coronó en un partido que pudo ser perfecto si marca el gol que Klingenberg salvó bajo palos en un despeje con la cabeza que valió un punto.
El otro gran partido de la jornada fue el empate entre Alemania y Noruega. Las alemanas hicieron una fantástica primera parte, pero no cerraron el marcador y vieron cómo le empataban en un golazo fabuloso de Mjelde, que ejecutó un libre directo con una belleza técnica que limpió la escuadra de la portería de Angerer. En el resto de la jornada destaca la enorme goleada de Suiza ante una desahuciada Ecuador por 10-1; la victoria de Japón, ya clasificada, por 2-1 a Camerún; la victoria de Australia por 2-0 ante Nigeria, a la que ponen contra las cuerdas si quieren seguir vivas; el empate de Canadá ante una Nueva Zelanda que no encuentra su juego; y la derrota de los Países Bajos contra China, lo que le complica mucho el futuro a las europeas en el mundial.
* Fran Moreno es periodista.
– Fotos: FIFA
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