Se va Xavi. Se va mucho más que un jugador, se va una leyenda en activo. Los finales de etapa siempre tienden a idealizar las personas, pero en este caso toda idealización se queda corta.
Tengo la inmensa suerte de conocer bien a Xavi. Mi primer recuerdo fue en la etapa de cadete. Él en la posición de ‘4’ puro de la escuela Barça y yo en la posición de mediapunta. Parecía un jugador normal, muy técnico, pero sin físico, así que pensé en presionarle cada vez que recibía para robar y salir en superioridad. Lo intenté una y otra vez sin éxito. Me sorteaba solo con el control o con la posición del cuerpo. “¿Llevas una cámara instalada en la espalda o qué?”, le dije. Sonrió sin más. Al final del partido fue él quien se dirigió a mi y me dijo: “Un placer. Somos similares jugando. Se nota que te gusta el fútbol”.
Hace pocos días coincidí con él. Se levantó de la silla dónde estaba sentado y se dirigió hacia mí para saludarme. No tuve tiempo ni de activar mi lado prudente para este tipo de ocasiones.
Son dos pequeñas situaciones, quizá dos simplezas, pero significantes escenarios que lo describen dentro y fuera del campo.
Cuando hablamos de Xavi hablamos del tipo de centrocampista por excelencia del fútbol. En mi opinión, el mejor centrocampista del mundo. Estamos ante una leyenda que se hará aún mayor con el paso de los años.
Pero centrémonos en su análisis futbolístico y su aportación al juego del F. C. Barcelona. Lo he estructurado con un breve repaso a su trayectoria, a sus datos más reveladores y un análisis táctico profundo diseccionado en seis puntos básicos:
Él siempre ha hablado maravillas de Luis Aragonés, y por ese motivo la gente cree que fue él quien adelantó su posición. Pero fue Rijkaard al final de su primera temporada como entrenador el que lo hizo. Y sus registros goleadores lo empiezan a notar (la tabla muestra datos muy reveladores). Sobre todo a partir de la temporada 2006/07, ya que en la 2005/2006 sufrió una grave lesión de rodilla.
Pero lo que realmente le dio Luis Aragonés fue confianza, galones y sobre todo liderazgo. A partir de ahí empezó un nuevo Xavi que ganó la Euro 2008 y apareció año tras año entre los cinco mejores jugadores.
Xavi sencillamente nos ha demostrado a todos que en el fútbol no todo es físico. Que primero es el fútbol y, después, el físico. Ha sido la bandera de una idea vigorosamente convencida que el talento es más fuerte que la defensa. Y lo mejor de todo es que nos ha demostrado que construir, aunque mucho más difícil, es más reconfortante que destruir. La definición perfecta para Xavi es muy fácil. Simplemente fútbol.
Sin él, nada habría sido lo mismo. Siempre he pensado que si el escudo del Barça fuera una persona, esa sería Xavi Hernández. Con él se va un poco de todos los que amamos este maravilloso deporte.
* Álex Delmàs es exfutbolista y analista.
– Foto: Reuters
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