"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Fútbol / Crónicas 2014-2015 / Inglaterra
1.- Los jugadores del Chelsea ya miran el calendario buscando la fecha en la que se certifique de forma matemática su conquista de la Premier League 2014/15. Dentro de las pocas posibilidades de torpedear el título londinense, el Manchester United aparecía en el horizonte como una de las escasas complicaciones que le quedaban por delante a los de José Mourinho. Con una suficiencia casi burocrática, los de Louis van Gaal volvieron de golpe a la realidad después de una semana de parabienes tras golear al Manchester City en el derbi.
2.- El United compitió a la perfección (y doblegó) a un Manchester City caracterizado por una defensa endeble en esta recta final del campeonato. Esta circunstancia no es aplicable al Chelsea, cuya perpetua línea de cuatro –Ivanovic, Cahill, Terry y Azpilicueta acaparan en exclusiva los minutos– se ha revelado como la más solvente de todo el país. Louis van Gaal mantuvo su filosofía y reclamó la posesión del balón desde el principio, pero esta vez el muro defensivo de Mourinho no mostró grieta alguna.
3.- Aunque sobre el papel la idea del United era la misma que hace siete días, en la práctica había variaciones relevantes, como la entrada de McNair y Shaw en defensa, la presencia de Rooney junto a Herrera en el centro del campo encargándose de la creación y la oportunidad que se le dio a Falcao para reivindicarse sobre el verde. El Chelsea, por su parte, opuso al creativo centro del campo visitante un granítico doble pivote conformado por Zouma y Matic. La posesión no entraba en sus planes, y se adoptó una postura reactiva, según la cual los jugadores responderían en función del peligro que supusiera el United.
4.- Pasó así media hora de dominio completo del Manchester United, en la que se vieron algunos intentos lejanos por parte de los hombres de segunda línea que no llegaron a inquietar a Courtois. En ataque, la imagen de Falcao era sintomática del momento que atraviesa el colombiano. De su imponente presencia ante cualquier tipo de defensa en temporadas anteriores se ha pasado a un errático delantero, fácilmente desquiciable por sus rivales. La barba y la coleta que luce actualmente parecen la representación de una fotocopia de inferior calidad al original que maravilló en Oporto y Atlético y al que la afición colombiana espera recuperar en la próxima Copa América. Del Chelsea seguía sin haber noticias, la contemplación de la impotencia red devil parecía suficiente para sus jugadores.
5.- Con un cariz tan defensivo, los jugadores creativos blues quedaban relegados a un segundo plano, pero en cuanto se encontraron apareció la razón por la que el Chelsea mantiene una ventaja tan holgada al frente de la clasificación. Una pérdida de Falcao en una disputa con Terry llegó a los pies de Fàbregas. De las botas del internacional español a las de Eden Hazard el balón llegó en apenas unos segundos, previo taconazo intermedio de Oscar, que no había mostrado señales de vida hasta el momento. Hazard no perdonó y en la primera ocasión ya lucía el 1-0 en el marcador favorable al Chelsea. Las cámaras se centraban en Falcao y su pérdida de balón, pero la mala cobertura de De Gea en su palo derecho, por el que entró el balón, también fue decisiva.
6.- Si el Chelsea mostraba comodidad dejando toda la responsabilidad creativa al United con 0-0, con la ventaja lograda por Hazard la opción táctica elegida por Mourinho quedaba aún más justificada. A Van Gaal no le quedaba más que confiar en que Herrera, Rooney o Mata consiguieran encontrar una vía por la que llegar a Courtois, pero Stamford Bridge vio cómo el juego se hacía cada vez más espeso. Fellaini y Young, destacados en el derbi, volvieron a una versión más plana de sí mismos, hasta el punto de que el protagonismo en sus parcelas lo asumían alegremente McNair (central) y Shaw desde el lateral izquierdo. La inspiración había dejado de lado por completo a los red devils.
7.- Desde el gol hasta el pitido final transcurrió casi una hora de partido, una hora de gestión profesionalizada del resultado por parte local y una hora de bloqueo mental para los visitantes. Eden Hazard pudo haber hecho aún más grande la brecha en el marcador con un disparo al larguero y otro que terminó deteniendo De Gea, evidenciando que las pérdidas de balón iban a ser castigadas de forma instantánea. Zouma y Matic tenían como principal premisa enviar el balón al frente de ataque inmediatamente tras el robo, y la sola presencia de Oscar, Hazard y Fàbregas en la línea de tres cuartos disuadía a los defensas de permitirse más atrevimientos.
8.- Quiso dar un nuevo aire Louis van Gaal a su equipo con la entrada de Ángel Di María y Adnan Januzaj a falta de veinte minutos para el final, pero los dos recambios demostraron estar en el mismo momento anímico que Falcao. Cualquier comparación de estos tres jugadores con sus versiones de la temporada pasada resultan alarmantes, e inaceptables para un equipo aspirante a la Premier League. La labor para los defensas del Chelsea siguió siendo cómoda a pesar de estos movimientos, mientras la tarde iba pasando y comenzaba a aparecer en el horizonte la siguiente jornada.
y 9.- Un disparo al poste de Falcao y los cambios de José Mourinho para matar todo ritmo en el tiempo añadido fueron el punto final de un partido que para el Chelsea fue un día más en la oficina y para el Manchester United la constatación de que el primer paso –situarse entre los grandes– está dado, pero queda mucho trabajo por hacer para volver a considerarse una potencia de la elite inglesa. Faltan ocho puntos para que el Chelsea le arrebate la corona al Manchester City de forma oficial, y solo falta fijar el día del calendario en el que la gente salga a festejar el título en el oeste de Londres.
* Agustín Galán es periodista.
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