"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
En las últimas décadas hemos visto cómo los conceptos de fútbol y entrenamiento han ido evolucionando sin cesar. El juego y su conocimiento han cobrado una gran importancia que tiempo atrás no tenían. Seguimos teniendo enfrente un deporte donde el objetivo sigue siendo meter un esférico en un rectángulo erguido en el fondo rival, defendido por once jugadores. La evolución nos ha llevado a interesarnos por el juego, a preguntarnos cuál es la mejor forma de poder hacer daño al equipo contrario teniendo una serie de elementos, distintos entre ellos y a los que tienen el resto de equipos. ¿Cómo podemos defendernos eficazmente con los jugadores que tenemos? Estas preguntas nos llevaron a idear un plan de actuación para nuestro equipo, un modelo de juego.
El modelo de juego lo podemos entender como el modo de actuación de un equipo en los cuatro momentos o fases del juego:
No existen dos jugadores iguales. Cada uno tiene una serie de características técnicas, tácticas, físicas y psicológicas. Ningún jugador es igual a otro ni toma las mismas decisiones. A través del trabajo del modelo de juego en los entrenamientos se consigue que todos los jugadores se acerquen en sus pensamientos a un objetivo común.
Dependiendo de las características de los jugadores se desarrollará un modelo de juego que logre potenciar aquello que esos jugadores pueden llevar a cabo a un nivel alto en las cuatro fases del juego. Cómo van a defender organizadamente, qué uso darán a la posesión del balón, cómo actuarán ante una pérdida o recuperación de balón.
Hasta aquí está claro, pero no podemos olvidar que enfrente siempre nos vamos a encontrar a un oponente que va a proponernos una serie de comportamientos colectivos de los que tenemos que defendernos y conseguir superar para poder atacar. Muchas veces estos comportamientos serán opuestos, muchas otras similares a nuestro modelo de juego. Lo que sí está claro es que reducir la incertidumbre (de lo que nos vamos a encontrar) nos llevará a estar mejor preparados para afrontar el encuentro. Cuantos más detalles conozcamos del modelo de juego rival, más preparados estaremos para solucionar las situaciones que se nos planteen. Es cuando entra en juego la estrategia operativa.
La estrategia operativa es el planteamiento que usa un equipo para contrarrestar y neutralizar al rival. Son aquellos comportamientos no habituales de nuestro modelo de juego que se implantan en un partido concreto para conseguir reducir al oponente. Por poner un ejemplo. Nos enfrentamos a un equipo con un modelo de juego basado en un juego asociativo que da un gran peso en el juego a su ataque organizado, similar al nuestro. Una de las soluciones que podríamos establecer para contrarrestar su juego podría ser realizar transiciones ofensivas rápidas para finalizar lo antes posible. Es algo que dista de nuestro hipotético modelo de juego, implantado en un momento preciso para hacer daño al rival.
Pero el trabajo exclusivo del modelo de juego y la estrategia operativa tienen una serie de limitaciones. El fútbol está lleno de incertidumbres: podemos preparar a conciencia un partido contra un rival, pero no podemos obviar que el rival también lo hará con nosotros. Podemos intuir que el oponente se comportará de una u otra manera en una situación concreta, como ha hecho hasta ahora, pero estamos hablando de intuición: no sabemos a ciencia cierta cómo va a actuar el rival. Por lo que si nos limitamos a trabajar nuestro modelo de juego y la estrategia operativa que creemos oportuna, estaremos limitando el juego de nuestro equipo.
En un partido de fútbol nos encontramos con muchos factores que condicionan el juego. Factores que harán que el contexto cambie continuamente, y debemos estar preparados para solucionar todos los contextos posibles. Podemos no dar con la clave en la estrategia operativa y haber estado equivocados, necesitaremos adaptarnos. Podemos quedarnos en inferioridad numérica tras una decisión arbitral, necesitaremos adaptarnos. No sabemos cómo va a actuar el rival con resultado a favor o resultado en contra; necesitaremos una adaptación al contexto. Por lo que creemos que para lograr ser un equipo competitivo necesitamos un equipo que sepa interpretar y solucionar cada contexto al que se enfrente. No un equipo limitado por un modelo de juego y una estrategia operativa que no sabemos si será correcta y eficaz.
El equipo competente es aquel que es capaz de realizar un comportamiento de forma excelente y muchos otros de manera suficiente. En el segundo año del Cholo Simeone a cargo del Atlético de Madrid pudimos disfrutar de un equipo que realizaba un juego directo de manera notable, pero que también era capaz de realizar buenos contragolpes y hacer daño con un ataque organizado. Dependiendo del rival y el contexto al que se enfrentaba tenía una solución.
En el partido de ida de la Europa League en la eliminatoria entre el Villarreal y el Sevilla, Vitolo marcó a los pocos segundos de empezar el encuentro. Ese gol echó por tierra toda la estrategia operativa y todo el trabajo semanal del equipo de Marcelino García Toral. El equipo debió actuar de distinta forma con 0-1 que con 0-0. Contexto distinto al que posiblemente esperaba el técnico. Eso requería una adaptación.
En conclusión, en los entrenamientos daremos prioridad a nuestro modelo de juego, aquello que somos capaces de realizar a un nivel alto. Pero también trabajaremos el resto de comportamientos que podemos realizar en un partido, tanto ofensivos como defensivos, para adaptarnos a las circunstancias del juego que se puedan presentar.
No limitemos el juego, no limitemos a los jugadores.
* Ignacio Dorado es entrenador.
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal