El Campeonato de Europa de Atletismo en Pista Cubierta de Praga bajó el telón con la vuelta del dominio de Rusia en Europa después del bajón de Zúrich 2014. El equipo ruso consiguió 6 oros que lo auparon al primer puesto del medallero. Su fuerte siguen siendo los concursos, sobre todo en los saltos verticales: ganó tres de los cuatro oros en juego. Por número de medallas, el mejor equipo fue el de Gran Bretaña. Por finalistas también venció Rusia, pero muy igualado con Alemania, Gran Bretaña y Polonia. En esa clasificación, España fue séptima.
Ucrania consiguió dos metales (oro en 400 femenino y bronce en 800 femenino) y ambos fueron conseguidos por atletas que han dado positivo en el pasado.
Schippers fue la estrella de la última jornada consiguiendo igualar la mejor marca mundial del año en los 60 con un tiempo de 7.05. El único récord de Europa absoluto de los campeonatos fue para el relevo de Bélgica, que no estaba clasificado (tenían derecho a asistir los seis primeros del ránking de 2014), pero la renuncia de Alemania hace 15 días le abrió las puertas de este Campeonato de Europa. El héroe local fue Holusa, que dio la sorpresa en el 1500.
Schippers ha vuelto a ser la reina de la velocidad en Europa. Es su tercer oro europeo en medio año: ya ganó el 100 y el 200 en Zúrich 2014. La marca fue excepcional (7.05) para una atleta que sigue declárándose heptatleta. Será interesante ver en qué disciplina decide competir en verano. Ella se sigue considerando una atleta de combinadas y en mayo competirá en Gotzis, la catedral de las pruebas combinadas. Schippers pasó el invierno entrenando en Sudáfrica y Tenerife, lo que le permitió entrenar en las mejores condiciones posibles. Segunda en meta fue el joven talento británico Asher-Smith, actual campeona del mundo júnior y además una extraordinaria estudiante. Su tiempo (7.08) es récord nacional. Tercera fue Sailer, que paró el cronómetro en 7.09. La final tuvo mucho nivel, hasta el punto de que Okparaebo se quedó sin medalla con 7.10 (récord nacional). Con esa marca se venció en Gotemburgo 2013. Kambumdji también realizo récord nacional (7.11). Y la polaca Swoboda volvió a batir el récord de Europa júnior con 7.20.
La final tuvo un golpe de efecto inicial por una salida nula de Ujah. El gran beneficiado de su descalificación fue Kilty, que no tuvo rivales. El campeón mundial logró de esta manera el doblete. Su tiempo final fue de 6.51. La plata y el bronce se van a Alemania (Blum y Reus). Los tiempos de los otros medallistas no fueron excepcionales (6.58 y 6.60, respectivamente). Los alemanes están tradicionalmente un paso por detrás de las figuras francesas y británicas, pero cuando fallan estos tienen muchas posibilidades de brillar. El caso de Reus tiene doble mérito porque viene de una lesión.
Ángel David Rodríguez se lesionó en las semifinales y llegó andando. Una lástima, ya que en el momento de romperse estaba luchando por una plaza de finalista.
Shkurenyov ganó con 6353 puntos. Brilló en todas las pruebas, pero especialmente en pértiga, donde saltó 5.30. Abele, segundo con 6279 puntos, sobresalió sobre todo en vallas, donde corrió en 7.67, la segunda mejor marca de un heptatlón en la historia, solo superado por Eaton. Tercero fue Sintnicolaas (6181), que perdió el título de campeón de Europa, pero se llevó un bronce. Ureña completó un extraordinario concurso, pero perdió, como comentamos en la crónica de ayer, muchos puntos en la longitud (170). En segunda jornada supo sobreponerse y firmó dos marcas personales: 7.81 en vallas y 4.80 en pértiga. Cerró su actuación con un séptimo puesto, su segunda marca de siempre (5941) y la sensación de que ya está incrustado entre la élite de esta disciplina. Las expectativas depositadas en Ureña son muy altas, ya que su potencial en pértiga es grande y su margen de mejora en los lanzamientos es aún grande.
Holusa hizo saltar la banca consiguiendo un triunfo tan inesperado como espectacular. Ozbilen, como de costumbre, atacó desde el inicio. La prueba se rompió y parecía que iba a ser el cómodo vencedor, pero en la última vuelta apareció la figura de Holusa, que remontó y logró sobrepasarlo en el último metro. El tiempo de Holusa (3:37.68) es además récord nacional. Ozbilen llegó pegado a sus talones (3:37.74). En el grupo perseguidor iba el resto de favoritos. O’Hare logró mantener la posición y se hizo con un nuevo metal que suma al que consiguió en Zúrich. El escocés es un hombre que hay que seguir porque está creciendo como atleta y es un gran competidor. Tesfaye, el gran favorito, volvió a fallar en un campeonato importante. Grice fue quinto y Ingebrigtsen, sexto. El noruego batió el récord nacional con 3:39.70, pero le pesó el cansancio de la competición (era su cuarta carrera en tres días).
La prueba fue un monólogo de Hassan, que se marchó desde el primer metro. Fue un déjà vu de lo que aconteció en Gotemburgo 2013. En aquella ocasión fue Aregawi la que se marchó y en esta ocasión fue la neerlandesa Hassan. Su tiempo final, 4:09.04, es peor que el de Aregawi en la ciudad sueca. La lucha de la carrera se centró en la segunda plaza, que fue finalmente para Cichoka (4:10.53). Es una atleta que procede del 800 y que hizo valer su final para lograr ese metal. Tercera quedó Del Buono, pero muy alejada de las anteriores. Su tiempo fue de 4:11.61. La transalpina es hija de dos grandísimos atletas (Giani Del Buono y Rosella Gramona). Del Buono llegó muy tocada a este campeonato; no fue ni campeona de Italia este año. Durante dos semanas no pudo entrenar por un dolor en el pie y solo estos dos últimos días se vio en condiciones de participar. La prueba estuvo a punto de tener un accidente en la última vuelta cuando Mastoras, saltador de altura, estaba justo en el borde de la pista y casi choca con las atletas del grupo perseguidor de Hassan.
La final se presumía abierta porque había muchos atletas een torno de los 2.30 en el ránking europeo. Protsenko, que saltó 2.40 el pasado verano, no estaba en su mejor condición: se clasificó en el último momento y en la final tampoco lo hizo como se esperaba. Se quedó en 2.28. Antes se pudo ver una imagen poco habitual: Ioannou se lesionó en la carrera de aproximación y fue retirado por las asistencias. La final no tuvo gran nivel, pero sí mucha igualdad. Tres hombres superaron los 2.31 (Tsyplakov, Mastoras y Chesani). El ruso se hizo con el oro al hacerlo a la primera. Mastoras y Chesani se repartieron la plata. Lo curioso es que Tsyplakov estuvo a punto de no acudir al campeonato. Ukhov, la gran figura de la altura rusa, quedó cuarto en el campeonatos ruso y los técnicos decidieron que el puesto vacante, el tercero, se lo jugara con Tsyplakov en Malmö (Suecia) la semana pasada. Finalmente Tsyplakov se ganó el puesto, pero no sin complicaciones.
En el computo global, la pértiga en ambos sexos fue de las mejores pruebas del campeonato. En Gotemburgo 2013 se ganó el oro con 4.63, una marca que no hubiera valido para ganar una medalla en Praga. El oro fue para la rusa Sidorova, con 4.80 (marca personal). Sus actuaciones en grandes campeonatos demuestran que es una espléndida competidora. Fue tercera en Gotemburgo 2013 y el año pasado consiguió dos metales: la plata en Sopot y el oro en Zúrich. Stefanidi fue segunda con 4.75. La griega también fue medallista en Zúrich y se le pudo ver siendo aconsejada por su entrenador, Nick Hysong (campeón olímpico en Sídney 2000). Bengtsson se hizo con el bronce gracias a un salto de 4.70, récord nacional. La sueca, al igual que Stefanidi, entrena fuera de su país. En concreto, entrena en Francia a las órdenes de S. Homo.
Koneva cumplió los pronósticos y se hizo con la victoria. Su mejor registro fue de 14.69 (en ese intento consiguió la perfección en el talonamiento). En los últimas competiciones no se ha bajado del podio: fue campeona en Sopot y segunda en Moscú y Zúrich. Segunda fue Petrova con 14.52. Esta es la primera medalla de la búlgara en un gran campeonato. Tercera fue la israelí Knyazyeva, que saltó 14.49. En este caso es la primera medalla de esta saltadora defendiendo los colores del estado israelí. Antes competía con Ucrania, país con el que ya fue cuarta en los JJ. OO. de Londres.
Los hermanos Borlée llevaron a Bélgica a su primera medalla en el 4×400. Hasta el último relevista no se decidió todo, pero Kevin logró superar al polaco Krzewina y alzarse con la victoria con un tiempo de 3.02.87, nuevo récord de Europa. Además de los Borlée, Bélgica contó contaron con Watrin, que fue el primer relevista. Polonia se quedó a una décima de los belgas. Ellos también batieron el anterior récord de Europa. Omelko, uno de sus relevistas, llegó algo tocado por problemas en la espalda. El bronce lo ganó el equipo local, que contaba entre sus filas con Maslak. El registro de los checos fue de 3:04.09.
Francia logró una segunda victoria consecutiva en un relevo de un campeonato de Europa. Venció en Zúrich gracias, en parte, a la última posta de Guei. En esta ocasión fue Gayot la que hizo esa última posta, que resultó ser definitiva. El tiempo de las francesas fue de 3:31.61. Las británicas se hicieron con la plata con un tiempo de 3:31.79. El bronce fue para las polacas, con 3:31.90. La final fue muy igualada, hasta el punto que las últimas (Rusia) realizaron 3:32:53. Hejonova compitió por la República Checa, que se quedó sin medallas al entrar cuartas.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Getty Images
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