Ser justos en la victoria y en la derrota

por DANIEL JUAN SANCHEZ el 12 diciembre, 2014 • 16:04

No resulta sencillo realizar un análisis puramente futbolístico de tu equipo desvinculándote de la derrota y rodeado del fervor del público local. El Real Valladolid, contra Las Palmas, realizó un partido serio, en la línea a la que nos tiene acostumbrados en Zorrilla, pero esta vez el resultado fue negativo, produciéndose la primera derrota en casa de la temporada. Trato de meterme en la cabeza de Rubi, el entrenador. Veo que los mecanismos básicos e innegociables del equipo en el 1-4-2-3-1, junto al comportamiento de los futbolistas en la estrategia, están adquiridos y se desarrollan, o al menos tratan de desarrollarse. Tácticamente cumplen. No veo al equipo cansado ni falto de preparación física. La condición técnica de nuestros futbolistas no tiene nada que envidiar a la de otros equipos de la categoría y los jugadores compiten centrados en la tarea y con actitud. Entonces, si todo va razonablemente bien, ¿por qué se percibe claramente que algo pasa? Precisamente, en la división del análisis realizado, desde mi punto de vista, se puede encontrar una de las posibles causas. El fútbol es más que la suma de sus partes, es un todo indivisible. Al Real Valladolid, pienso, lo que le pasa ahora es que no le fluye el fútbol y es en ese ámbito tan complicado donde hay que buscar soluciones. No es la ausencia de calidad técnica la que hace que el Pucela no vea portería, o la falta de entrenamiento en las capacidades físicas condicionales, o la falta de competitividad o la inexistencia de un modelo táctico de juego. La solución a esta escasez hay que atacarla desde el todo, desde el fútbol.

Pongo un ejemplo. Vaya por delante que las comparaciones son odiosas. En el partido de Copa del Rey contra el Elche, Álvaro Rubio fue de la partida después de muchos partidos en casa. Timor, Leao y Sastre, su competencia en el mediocentro, son unos magníficos futbolistas: trabajadores, concentrados en el juego, aseados técnicamente hablando y comprometidos. Estas mismas cualidades se le pueden atribuir a Álvaro Rubio. No obstante, no sé cómo ni por qué, el fútbol del equipo fluye más y mejor estando él en el campo, y cuando digo fútbol no solo me refiero a la fase ofensiva. En definitiva, Álvaro Rubio tiene fútbol.

Roger (delantero centro) y Jesús Rueda (central) llevan un tiempo lesionados y creo que cualquier analista también diría de ellos que tienen fútbol.

Probablemente Rubi pueda encontrarse también en esta encrucijada en la que los intangibles que los individuos aportan al colectivo adquieren tanta importancia en las decisiones. Los resultados que se están dando son muy cortos y las diferencias mínimas, con lo que los detalles ganan peso. Parece claro que toca buscar soluciones en ataque. Reflexiono de nuevo para tratar de ir más allá y concluyo: no son necesarias soluciones de ataque, son necesarias soluciones de fútbol. Siendo justos, eran también necesarias cuando el equipo iba líder.

Los momentos del fútbol cayeron del lado de Las Palmas, con dos zarpazos en forma de goles cuando mejor estaba el Real Valladolid, y quien más, quien menos pensaba que el equipo de Pucela iba a cerrar el partido. En lugar de eso sucedió lo contrario: el rival remontó, aunque es cierto que a partir de ahí el juego blanquivioleta se bloqueó.

Curiosidades del fútbol, contra el Recreativo de Huelva otra vez el marcador se volvió a poner a favor del Pucela. 1-0 en el descanso y primeros minutos de la segunda parte tratando de sentenciar el partido. Esta vez el rival no tuvo opciones y la victoria se quedó en casa.

Varias tendencias parecen claras tras los últimos partidos. Además, son interesantesm ya que se producen en la peor racha de la temporada, que a veces es el mejor momento para analizarlas:

El sistema de juego utilizado y que parece intocable es el 1-4-2-3-1.
Rubi prefiere la contundencia y presencia física en sus mediocentros, aunque tengan menos talento en ataque y menos fútbol. Timor y Leao no suelen arriesgar en el pase como lo hace Rubio, provocan menos desequilibrio ofensivo, pero imponen más.
Tras la lesión de Roger, el Real Valladolid no cuenta con delantero centro ni soluciones alternativas. Ni Óscar Díaz, ni Jeffren ni el canterano Guille Andrés ofrecen garantías. El mercado de invierno posiblemente arregle este asunto.
El equipo rinde más con los jugadores rápidos por las bandas: Mójica por la izquierda y Bergdich por la derecha. Además este último tira continuamente desmarques que ayudan al equipo. Es caótico y en ocasiones comete muchos errores no forzados, pero es incansable en su trabajo. Ambos aportan a su vez solidez y no es raro observar en la fase defensiva un claro 1-4-4-1-1.
Óscar González, en la mediapunta, no es el jugador que solía ser y tiene muchas dificultades para aparecer cuando los partidos están igualados. Sin la aparición del talento cuesta desequilibrar más a los rivales.
Javi Varas es un referente desde atrás, no solo con las manos, sino con los pies.
Al entrenador le gusta contar con toda la plantilla y los pone, lo que demuestra que realmente confía en todos.
El equipo es competitivo, se agarra a los partidos y le cuesta imponerse. Se sitúa claramente en la frontera entre ganar y perder partido tras partido.

Termino como empezaba: no es sencillo ser justo en la victoria ni en la derrota, más cuando siempre se está en el filo. Seguramente la clave está en lo que nos dijo Kipling: “Si tropiezas al triunfo, si llega tu derrota y a los dos impostores les tratas de igual forma”. Imagino que Rubi, como buen entrenador, intentará tratar de igual forma a ambos impostores. Espero que lo consiga.

1.- El Real Valladolid posicional (septiembre 2014)

2.- Los detalles de Zorrilla (octubre 2014)

3.- Que la inspiración te encuentre trabajando (noviembre 2014)

* Daniel Juan Sánchez es entrenador.

– Foto: EFE