El genio lleva tres semanas dentro de la lámpara. Desconozco las causas, pero Messi ha construido tantos espectáculos maradonianos que si se ha tomado un respiro, bienvenido sea. Nada que reprocharle a un gigante del fútbol por más que parezca una sombra de sí mismo.
Probablemente, el propio Messi es consciente de su juego con sordina, pues ya ocurrió en los partidos anteriores, fuese contra Espanyol, frente a Osasuna en Pamplona o ante el Betis. De ahí que haya centrado radicalmente su posición, ya en el vértice bajo, casi como sosias de Xavi. El Barça necesitaba otro Messi, el más burbujeante y mágico, pero su baja forma le llevó a ubicaciones menos influyentes. Demostración de conocimiento de las propias fuerzas.
Esa posición centrada y baja atrae mucha energía del contrario, lo que dificulta aun más el devenir del argentino. A cambio, libera compañeros, que se mueven con mayor libertad. La peor noticia para el Madrid ha sido esta: al Barça no le hizo falta Messi para someter al Bernabéu. «Casi sin Messi«, ha escrito @rbesac
En cuanto vuelva a sentirse bien, regresará a sus vuelos celestiales. A ser Maradona cada cinco minutos.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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