"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
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Antes que nada hay que dejar claro que un esquema de por sí no es ni malo ni bueno, sino que depende de cómo se ejecute, de qué jugadores se disponga para ello y de lo que se pretenda conseguir. El caso es que varios de los problemas del juego del Real Madrid son consecuencia del esquema utilizado o podrían subsanarse, en parte, cambiándolo por otro que se adecúe mejor:
1.- Como cualquier novedad que se introduce en un equipo de fútbol, es necesario trabajar para alcanzar el nivel máximo y el trabajo requiere tiempo. Si los cambios son importantes, el esfuerzo tendrá que ser mayor y más largo el tiempo empleado. Por eso, el nuevo proyecto de Ancelotti merece paciencia, como en su día la mereció Mourinho. Lo que preocupa en cierta manera es que no se aprecia evolución, que los errores se repiten y que se intuye que se va a insistir en ciertas ideas que no funcionan.
2.- En pretemporada, periodo indicado para experimentos y primeros pasos de un proyecto, vimos esquemas variados y papeles distintos de algunos jugadores, pero el centro del campo con tres hombres era fijo. Luego podía haber un mediapunta (4-3-1-2), dos (4-3-2-1) o ninguno (4-3-3). Modric e Isco parecían cómodos como mediocentro e interior, respectivamente, síntoma que invitaba al optimismo. Ancelotti encontró motivos para cambiar aunque, visto el resultado, cuesta imaginar cuáles fueron.
3.- Que la estrella del equipo esté a su máximo nivel debería ser una obligación. Cristiano alcanzó sus mejores momentos con Mourinho en el banquillo y partiendo desde la banda, llegando con frecuencia a zona de remate y participando en el juego. Quizá siga marcando muchos goles, tantos como siempre, pero la mejor versión de Cristiano Ronaldo está ligada a su condición de extremo. Partir desde la punta de ataque y sin un ’10’ centrado que le dé balones hace que nos perdamos al mejor Cristiano.
4.- Gustó como interior, encantó como mediapunta y apenas se le ve si juega pegado a la banda. Isco podía ser la solución para la salida limpia de balón, el ataque estático, la elaboración de las jugadas y el gol desde la segunda línea. Para que lo consiga, cuanto más cerca esté de la zona del diez, mejor. En la banda y sin nadie en tres cuartos que busque asociarse, también nos perdemos al mejor Isco.
5.- Sacarla jugada es la mejor manera de ser constante en el juego, de no rifar el balón, de llegar muchas veces arriba para que tus delanteros, muy bien dotados técnicamente, tengan contextos favorables y puedan resolver. El Real Madrid cuenta con tres posibles mediocentros puros: Xabi, Modric e Illarramendi. El primero está lesionado, por lo que restan dos opciones. Luka ha destacado y el joven vasco cuajó un buen partido ante el Copenhague. Se hace extrañísimo ver a Khedira en ese rol. Ni es bueno para él, ni para el equipo, ni nada obliga al entrenador a colocarle ahí. Hay quienes culpan a Khedira de no saber distribuir el juego, pero es quien lo pone a desempeñar esa tarea el que debe plantearse cambiar.
6.- Un entrenador que sabe bastante de esto dijo una vez que en el fútbol moderno son vitales el momento de pérdida, el de recuperación y las transiciones. Durante sus tres años en el Bernabéu, hizo fuerte al equipo en este aspecto. Unos meses después, el Madrid sufre. Tras la pérdida, el equipo se parte y la inseguridad defensiva que generan estas pérdidas afecta también al ataque. Como Ancelotti es consciente de que sufre en ese aspecto, busca minimizar el daño jugando en largo o por las bandas. Previenes el peligro, pero generas mucho menos. Organizar al equipo en ataque para defender mejor debería ser una prioridad. Una vez más, un centro del campo más poblado podría ser el primer paso.
7.- El Atlético de Madrid ganó prácticamente todas (y fueron muchas) las jugadas a balón parado. El trabajo del rival y los errores individuales influyen, pero cuando casi todos los jugadores son superados y se repite una y otra vez, el problema probablemente sea colectivo. Un área más en la que tendrá que emplearse a fondo el entrenador blanco, y más en contextos en los que los rivales, normalmente inferiores técnicamente, se aferran al balón parado como principal opción para hacer daño.
8.- Detalles. Mientras el Atlético u otros equipos bien trabajados juegan de memoria, en el Madrid hay dudas. Que Cristiano no sepa si tiene que quedarse a defender un córner o no, que tras una pérdida unos presionen y otros reculen, o que unos pretendan tocar y otros jugar directo, son detalles. Sumándolos todos nos queda un equipo débil, inconexo, dubitativo. Competir contra él es mucho más fácil así.
9.- Es el principal señalado por la afición, aunque los problemas de juego del equipo no tienen tanto que ver con la apatía de Benzema como con todo lo ya mencionado. No es el delantero resolutivo que algunos pretenden, pero Ancelotti tiene cosas más importantes de las que preocuparse para que su equipo sea más constante, fiable y competitivo. El francés puede mejorar y quizá Morata merezca ser titular en algunos partidos, pero ni Benzema es tan malo ni debería centrarse el debate en él.
y 10.- Por último, aunque no tenga que ver con el esquema de juego, Ancelotti tiene que saber gestionar la presión y ansiedad de sus jugadores. La enormidad que están llevando a cabo Atlético y Barça hace que perder puntos sea mucho más grave. El miedo a fallar no puede superar a las ganas de triunfar. En ese sentido, el aire tranquilo, pero contundente, del italiano puede ayudar a crear ese ambiente favorable. Remontar el 2-1 en Valencia después de un flojísimo partido es una buena señal.
Un 4-4-2 bien trabajado y entendido por los jugadores podría funcionar, pero vista la escasa evolución del juego con este esquema, que en pretemporada otras fórmulas invitaban al optimismo y que parece que varios jugadores podrían mejorar su rendimiento en un 4-3-3, quizá el camino más corto hacia la mejoría sea cambiar. Será decisión de Carlo.
* Juan Zubiría. Sitio web: desdelazonamixta.wordpress.com.
– Fotos: Reuters
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