"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
Dos partidos consecutivos brillantes. De titular ante el Athletic, de refresco contra el Barça. Cuando aparece Granero sobre el Camp Nou (y lo abandona Lass), el Madrid se hace con el balón y con el mando que no podía ejercer un Xabi Alonso que está atravesando enero como un triste viajante de traje gris. Al margen de su carácter, Granero da sentido al juego blanco y sustituye a su desaparecido almirante de las zonas medias. Lo destaco porque es un jugador que hasta Navidad solo había disputado 12 minutos de Liga, lo que es garantía de poco ritmo competitivo.
Si fue sorprendente su decisión de quedarse en el club pese a este paupérrimo balance, quizás encontraremos una respuesta en estos dos recientes partidos. Pero no desvelan el enigma: ¿Qué hacía Granero en la grada hasta ahora? Acepto de antemano la crítica de que quizás exagero con el rendimiento del centrocampista madrileño, posiblemente más brillante a causa de la opaca prestación de Alonso, aunque deberá reconocerse que mejoró en mucho a Lass, jugador de una sola dirección y cuyas espaldas son un regalo para el rival. Granero fue el hombre clave para que el suministro de balones a Özil, Cristiano y Benzema no se viera interrumpido en el tramo final, visto el bajón de Xabi. El capataz de la logística del cuero.
– Foto: Helios de la Rubia (Real Madrid)
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