Cesc en la base, reaprendiendo el Idioma Barça, tarea que le está costando más de lo que presumíamos. Fàbregas ha regresado muy británico. Con grandes virtudes Premier: una llegada exuberante; un remate de cabeza inaudito; y una energía galopante. Le ha aportado piernas, potencia, rapidez y verticalidad al equipo, características que Guardiola necesitaba para seguir con los updates.
A cambio, se ha mostrado obtuso en el reaprendizaje de los fundamentos del juego de posición. Lo dijo el entrenador el primer día y lo reconoció de inmediato el jugador. Mucha efervescencia y movilidad, una agitación permanente, corriendo por todas partes, pero dificultades para defender en el modo adecuado y espesor en la construcción cuando debe partir desde la base.
Como falso 9 (doble falso 9 junto a Messi) ha sido iconoclasta y rupturista. Tanto que en los dos últimos encuentros (Espanyol y Betis) recriminamos ese vértigo excesivo que Cesc imprimía al equipo y del que se contagiaban Messi y Alexis, aplastando la pausa de Xavi. En el Bernabéu, el entrenador le ubicó de interior, en zona intermedia, pero ahí su llegada fue menor y la aportación constructiva, reducida. Tocó y controló correctamente el balón, pero no corrió (en el sentido táctico del término). Su actual mejor virtud, la aparición silenciosa, no se produjo. El proceso de reaprendizaje continúa.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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