“Mi objetivo es unir, no dividir. Nosotros no entramos en debates sobre quién es mejor, quién está mejor, quién es titular… Somos un equipo y jugamos como equipo, ganamos y perdemos como equipo”.
Estas palabras fueron pronunciadas por el actual técnico del Real Madrid, José Mourinho, en octubre de 2011. Los últimos meses se ha caracterizado por señalar a aquellos jugadores que no han estado a la altura o han mostrado un rendimiento más pobre con respecto a la temporada pasada.
El pasado miércoles, tras la disputa del partido de ida de los octavos de final de la Champions League ante el Manchester United, volvió a responsabilizar a uno de sus jugadores de haber fallado en el tanto con el que el equipo británico consiguió adelantarse en el marcador. El futbolista señalado fue Sergio Ramos, aunque en esta ocasión no sé yo si fue el único culpable y creo que el míster lo sabe.
El gol del United llega a la salida de un córner, siendo estos una auténtica pesadilla para el Madrid en lo que llevamos de temporada. Dentro del área de meta encontramos hasta cinco jugadores del Real Madrid por tan solo dos futbolistas del equipo inglés, siendo Ramos el responsable de la marca de Welbeck autor del gol.
Rooney es el encargado de sacar el córner al corazón del área pequeña, a la zona en la que se encuentran Welbeck y Ramos. El sevillano reacciona tarde dándole una ligera ventaja al delantero británico que le permitirá rematar sin oposición al fondo de la meta defendida por Diego López. Es evidente que el capitán blanco no está bien en la acción. ¿Pero fue solo un error de Ramos?
Analicemos a otros jugadores que quizás pudieron hacer algo más para evitar el tanto. En primer lugar me fijaré en el guardameta blanco, ya que en el momento del golpeo de Rooney el cancerbero abandona su posición debajo de los palos e incluso empuja levemente a Ramos con su mano, para acto seguido generarle ciertas dudas el balón quedándose a media salida, facilitando que el 0-1 subiera al marcador.
En mi opinión, su carrera inicial y el empujón al capitán blanco dan a entender que tenía decidido ir a por el esférico, pero en el último momento se arrepiente de ello generando una confusión que acaba con el tanto inglés.
Desde otro punto de vista podemos ver cómo Di María estaba situado al segundo palo pero ante la salida del guardameta decide abandonar su puesto para cubrir el centro de la portería, dejando libre de esa forma el espacio por el que acabaría entrando el esférico. En este caso se trata de una acto instintivo el que realiza Di María ante el que no se le puede acusar de nada.
Podemos ver que es una acción en la que diversos jugadores tienen responsabilidad directa sobre el tanto, pero ¿por qué toda la responsabilidad recae en el central madridista?
Por todos es conocido el afán de Mourinho por proteger al equipo de posibles comentarios negativos e intentar mantenerlos al margen de situaciones que puedan desestabilizar al grupo. Esta temporada ha alternado críticas y elogios a los miembros de su plantilla buscando una reacción por parte de esta. Aunque esta vez, el hecho de poner el dedo sobre Ramos puede haber sido una estrategia del técnico buscando lo mejor para el grupo, desviando la atención hacia el internacional español y p
rotegiendo de esa manera a Diego López de las posibles críticas que hubieran podido caer sobre él.
Mourinho sabe que en el momento de la temporada en el que se encuentra no puede permitirse que un jugador recién llegado al equipo, al que sus compañeros necesitan para conseguir los objetivos planteados al inicio de la campaña, le surjan dudas y pueda pesarle la responsabilidad de defender la portería de un club tan exigente como el Real Madrid. Por esa razón responsabiliza a un jugador acostumbrado a convivir con ello y con el carácter suficiente para afrontarlo, lo que puede haber ayudado a que el guardameta no se viera sometido a una presión mediática para la que quizás no estaba preparado.
Esta temporada la portería del Real Madrid se ha convertido en un dolor de cabeza para cuerpo técnico y afición. Todo comenzó con la baja forma de Casillas, según su técnico, que acabó sentándole en el banquillo para otorgarle la titularidad a Adán, aunque su inseguridad y mala suerte acabó colocando a Iker de nuevo bajo palos, mostrando su mejor nivel de la temporada, hasta que una acción desafortunada le provocó una fractura en su mano izquierda que le tendrá apartado de los terrenos de juego entre dos y tres meses.
Ante esta mala noticia se decidió reforzar dicha posición, aprovechando que el mercado invernal continuaba abierto, con la llegada de un canterano que abandonó el club en 2007 y no había conseguido hacerse con la titularidad en el Sevilla. El cuerpo técnico alimentó el debate entre Adán y Diego López los dos primeros partidos aunque ante el primer encuentro importante se decidieron por la experiencia del recién llegado.
Los problemas en el juego aéreo en el Real Madrid son conocidos por todos los rivales a los que se enfrentan esta temporada, y el técnico blanco siempre ha mostrado su desconfianza en Casillas ante estas situaciones. Con la lesión de Iker, el portugués pudo hacerse con un guardameta de mayor envergadura y con más seguridad en los balones por alto, más cercano al perfil que siempre buscó para defender la portería del conjunto blanco.
El físico de Diego López, casi dos metros de altura, hacía pensar que encajar goles en saques de esquina o faltas laterales iba a ser mucho más complicado para los rivales, aunque la sangría continúa, como sucedio en Granada y ante el United.
Es una opinión personal, pero estoy convencido de que si Casillas hubiera estado bajo palos, en la rueda de prensa posterior al partido de Champions el central blanco no hubiera sido el único responsable del gol.
Mourinho está ante su año más complicado y los próximos resultados serán claves para que la plantilla consiga hacerse con un trofeo. Su relación con algunos jugadores no parece ser buena y él es consciente de que tiene que conseguir mantener al equipo unido, aunque sea contra él, para continuar con opciones de hacerse con un título.
“Yo no quiero relaciones especiales con ninguno de los jugadores. Odio hablar de individuos. Los jugadores no ganan trofeos. Los equipos ganan trofeos, las escuadras ganan trofeos”. (Mourinho, junio 2004, tras su llegada al Chelsea).
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB Escola.
– Fotos: Paul Hanna (Reuters) – EFE
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