El juego del Real Madrid me ha maravillado durante unos meses. Una envidiable intensidad defensiva, de sacrificio al replegarse, de desmarques de ruptura, de derrochar talento en cada toque, asistencia y disparo. Marcar un gol de contraataque, en apenas cinco toques y en menos de diez segundos, es un juego bello y efectivo. También he visto al Madrid jugar al primer toque en el área rival para acabar mandando el balón a la red. Éste Real Madrid del que os hablo no es el de los últimos partidos, donde ha perdido posesión, velocidad y efectividad. ¿La razón? Seguramente no haya una sola explicación, pero sí varias causas para comprender porqué el Real Madrid no supo crear un gran juego ofensivo en el partido frente al Villarreal.
Como premisa previa hay que mencionar algo tan necesario para entender el juego como es el estado de los jugadores. El Real Madrid no está ahora mismo en un estado físico óptimo y, lo que es mucho más importante, su estado mental tampoco lo es. Parece faltar velocidad en la lucha y entrega por los balones divididos: esa decisión que se tomaba en menos de un segundo, ahora ya se toma en un segundo y permite a la defensa llegar, o al atacante rematar. Mentalmente, algo falla y repercute directamente en su juego.
Mourinho salió disponiendo juntos a Xabi, Khedira y Lass. Una decisión posiblemente no acertada, a mi forma de ver. Si buscas velocidad probalemente interesa más colocar a Higuaín en punta que a Benzema; y si buscas posesión tienes otras opciones antes que Lass y Khedira. De todas maneras, lo que más factura le pasó al propio Real Madrid de éste y los últimos encuentros, es situar a Özil en banda. Un jugador intermitente, que no se desgasta defensivamente ni tiene demasiado carácter, pero que posee la mejor y mayor calidad y visión de juego de la plantilla. Özil debe estar donde el balón: con él, crea peligro y da goles. En la banda, se limita mucho su participación en el juego y el Real Madrid lo nota. En otros partidos este hecho quedó compensado porque quien jugaba por el centro era Kaká, pero en Villarreal Mourinho quitó un mediapunta para poner un mediocentro más.
Pero quizás el aspecto que más limitó la organización del juego del Real Madrid fue la instrucción de Lotina a Cani. La consigna debió ser algo así como: “Que el de Tolosa no pueda pensar con el balón en los pies”. Dicho y hecho. Si podéis revisarde nuevo el partido os daréis cuenta de que Xabi Alonso no recibe sin que Cani este encima suyo, así que: ¿Quién le da pausa al juego? Khedira y Lass no están capacitados para organizar una transición de balón con pausa y se precipitan. Özil, escorado en banda, perdía durante largos periodos de tiempo el contacto con el balón. Benzema, situado de referencia, no consiguió ayudar en la creación y Cristiano Ronaldo se desesperaba. El juego ofensivo del Real Madrid no funcionó porque bastó con tapar a Xabi Alonso.
* Guillermo Sanz. En Twitter: @FutbolTactic
– Foto: Antonio Villalba (Real Madrid) // Gráfico: FútbolTáctic
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