1.- El Barça de hoy no es el Barça imperial de diciembre. En el Camp Nou ha jugado, posiblemente, su partido mas oscuro de la temporada. El resultado es positivo y gratificante, pero no debería enmascarar la realidad de una actuación contradictoria y antinatural. El Pep Team ha dejado la pausa en el vestuario y se ha encomendado al vértigo. Error.
2.- Frente al Espanyol elogiamos los movimientos tácticos de Pochettino y creímos que la precipitación blaugrana procedía del mérito espanyolista. Pero ante el Betis se han repetido los errores, como si algo hubiese cambiado en el cerebro de las élites del equipo, como si hubiese un premio al final del vértigo.
3.- El gran Barça se construyó en la pausa, en el respeto prusiano al juego de posición: generar superioridades tras cada línea, buscar a los lejanos, combinar con el hombre libre, etc… Pausa, dominio del balón, control del tiempo. Estilo, estilo, estilo. Un modelo armónico, definido a alturas diversas, construido para desordenar al contrario: balón, espacio, tiempo y engaño, los cuatro apóstoles del barcelonismo.
4.- De este modo ha ganado el Barça una montaña de títulos y un prestigio indestructible. Probablemente, lo ocurrido ante Espanyol y Betis apenas sean dos episodios transitorios que desaparecerán del horizonte en cuanto Guardiola siente a sus jugadores frente a un compactado de vídeos. Pero los dos episodios han existido.
5.- Barça en pentágono irregular, un formato diamante con Busquets en la base, Xavi e Iniesta abiertos y Cesc y Messi flotando. Pero sin dominio de balón. Corriendo arriba y abajo. Al principio, hacia atrás en un par de contraataques béticos. A continuación, hacia delante para marcar dos goles. Y a partir de ahí, de nuevo hacia atrás, la especialidad más odiada en Can Barça.
6.- El control ha llegado con el empate y parte del mérito ha sido bético, que ha permitido que Xavi recuperase balón y pausa. Xavi ha sido el damnificado en estos dos últimos encuentros ligueros porque la precipitación colectiva le pasó por encima, arrollándole. En cuanto el balón regresó a los pies de Xavi, el fútbol volvió al Barça, cada cual se colocó en su sitio y el río reemprendió la marcha.
7.- La búsqueda de causas ante ambos episodios (el frustrado de Cornellà y el corregido del Camp Nou) será universal en las próximas horas. Las causas favoritas serán la condición física y el número de defensas: descarten ambas. Ni una ni otra.
8.- La condición física está impecable. Ni se han aplicado microciclos específicos ni hay picos de forma. Los jugadores están pletóricos sin distinción.
9.- El número de defensas no tiene nada que ver con el vértigo. Con 3 atrás, este equipo ha dominado y sometido a grandes rivales y les ha llevado contra las cuerdas sin recibir ni un susto de princesa. Ha llegado a plantar dos defensas en el círculo central como primera línea y Valdés ha pasado tardes jugando al solitario virtual. No, la causa tampoco está en el número de defensas.
10.- En mi opinión, que puede ser totalmente errónea, por supuesto, la causa reside en el incumplimiento de las bases del modelo de juego. Las he explicado en el punto 3. Si el equipo las cumple, aplasta al contrario. Si las incumple, le da alas. El balón y la pausa son los aliados del Barça. Las prisas, la carrera, la precipitación y el vértigo son sus enemigos, por más que entusiasmen a las gradas.
y 11.- El Barça no está mal. Al contrario. Está muy bien. Está tan bien en tantas facetas que se ha desnaturalizado en dos noches concretas. Simplemente, debe volver a sus esencias. A Xavi. Al balón, el espacio, el tiempo, el engaño…
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