Es evidente que, por razones futbolísticas, dicha cuestión ni tan siquiera ha lugar. No obstante, se trata del caso respecto al que más dudas existen por otros factores. Lamentablemente, a la mayor parte de ellos no se ha aludido, pues las toneladas de tinta que se han vertido respecto al tema tienen un color determinado, lo que ha llevado a no tener en cuenta algunos factores de especial trascendencia. Pues bien, a grandres rasgos son estos los datos que cabe tener en cuenta a la hora de valorar tal decisión:
1.- Jordi Alba no ocupa ninguna de las tres plazas reservadas a jugadores nacidos antes de 1989, por lo que su convocatoria no está caracterizada por una apuesta especial como la que se hace por Javi Martínez, Mata y Adrián. Asimismo, los clubes no se encuentran obligados a ceder jugadores al equipo olímpico.
2.- No es un caso comparable con los de Javi Martínez y Mata. Ninguno de estos dos jugadores llegó a jugar cuarenta y cinco minutos durante la Eurocopa, mientras que el nuevo jugador del Barça disputó 570, sin contar minutos añadidos.
3.- Este hecho, junto a la cantidad de participaciones con el Valencia en una temporada en la que alcanzó las semifinales de la Copa del Rey y la Europa League, hacen que su caso sí sea comparable al de Sergio Busquets, de quien Luis Milla dijo que «era lógico que descansara». Por tanto, la incongruencia argumental del seleccionador olímpico se debe a otras razones, a saber: Busquets nació en 1988, por lo que sí ocuparía una de esas tres plazas que es lógico que ocupen los tres jugadores que sí formaban parte de este equipo la pasada temporada. Así pues, éste es el verdadero motivo de la no convocatoria de Sergio. Como esta circunstancia no se da en Jordi, el seleccionador olvida los citados argumentos a pesar de que le serían perfectamente extrapolables.
4.- Alba no formaba parte de este equipo. En la que, en mi opinión, ha sido la decisión más decepcionante de Milla desde que accedió a su actual cargo, excluyó al entonces jugador del Valencia de la lista que a la postre llevaría a la consecución del Europeo Sub-21. Previamente a ello, tampoco había formado parte con asiduidad de dicho grupo. Y todo ello a pesar de lo siguiente:
5.- Carece de sentido cualquier comparación con Thiago, como tristemente se hace desde algunos sectores. Al margen de que el hispano-brasileño fuera una de las estrellas de este grupo (en contraste, totalmente gracias al seleccionador olímpico), al Barcelona le habría beneficiado que, de estar en buenas condiciones físicas, Alcántara hubiera participado, por muchas razones: asunción de una responsabilidad que en el club no le corresponde, adquisición de experiencia a primer nivel, disfrute de minutos para crecer de los que no es seguro que disponga en el Barça…
6.- Más allá de las distintas posturas que pudieran haber tenido Valencia y Barcelona (o de un poco probable cambio de opinión de Jordi), no reviste la menor trascendencia el traspaso a efectos de la convocatoria.
7.- Que Alba esté en buenas condiciones físicas y se consolide en la élite es tan importante o más para la Selección absoluta como para el FC Barcelona. Al margen de que uno pueda fichar y el otro no, no hay ningún jugador español en la actualidad capaz de plantear una competencia del nivel de la de Adriano.
En cualquier caso, será la voluntad del jugador el elemento decisivo. A pesar de todo lo dicho, la experiencia histórica muestra que la decisión que suele resultar más beneficiosa para un club es conceder permiso al futbolista para hacer realidad su voluntad. Y, mientras no se produzca una lesión cuyo riesgo en este caso es superior al deseable por la saturación de minutos, lo será seguramente también con el que aspira a convertirse en el mejor lateral izquierdo del mundo.
* Rafael León Alemany. En Twitter, @_rafaleon_
– Foto: EFE – F. C. Barcelona
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