Tras 118 días de espera, la mejor liga de Europa, la Frauen-Bundesliga alemana, vuelve con más fuerza que nunca y nos augura una temporada sensacional con equipos plagados de estrellas nacionales e internacionales, con jóvenes talentos que vienen pegando fuerte y con el habitual carácter competitivo de los equipos alemanes que a bien seguro permitirá que haya una lucha épica hasta el último minuto de la última jornada.
Nada más y nada menos que cuatro campeones de Europa (Frankfurt, Turbine Potsdam, Duisburg y Wolfsburg), que suman siete títulos continentales de los doce disputados, formarán parte de la competición. Además, 88 jugadoras internacionales absolutas por su país, de las cuales 26 son campeonas de Europa y 12 son campeonas del mundo, darán lo mejor de sí mismas para llevar a su club a lo más alto. Jugadoras de 6 continentes, 27 países diferentes, desde Bosnia-Herzegovina a Nueva Zelanda, pasando por Macedonia y Nigeria, darán pluralidad a la liga.
Pero por encima de todo, la mejor noticia y el dato más destacado de todos en esta nueva temporada es que por primera vez en la historia la Frauen-Bundesliga será retransmitida por la televisión. Eurosport ha adquirido los derechos televisivos a nivel nacional e internacional de la liga en un contrato que se prolongará hasta la temporada 2015/2016. Con cerca de 55 millones de espectadores durante la pasada Eurocopa que se disputó en Suecia, el gigante televisivo francés ha decidido apostar, como siempre hace, por el fútbol femenino. De momento la liga tan sólo se podrá ver en Eurosport Deutschland y también en Eurosport Norge a partir de la tercer jornada, cuando los aficionados noruegos podrán ver a sus compatriotas Ada Stolsmo Hegerberg y Maren Mjelde con el Turbine, pero las imágenes podrán ser vistas y distribuidas en los 54 mercados europeos y los 17 de la zona de Asia y el Pacífico que controla Eurosport.
Y todo esto no sería posible sin el trabajo y la vehemencia de la Deutscher Fußball-Bund (DFB), que vuelve a demostrar por qué la salud del fútbol masculino y femenino del país centroeuropeo es tan buena. Conscientes del desarrollo y la expectación que genera el fútbol femenino en el país después de cada torneo internacional que juega la Frauen-Nationalmannschaft, más aún cuando este año se consiguió revalidar el título europeo ante más de 9,4 millones de espectadores y un 48,4 % de share, la DFB ve en la retransmisión televisiva del fútbol femenino la mejor manera de consolidar los éxitos y el desarrollo y que no sea algo efímero. Por eso tendremos desde esta temporada y hasta el año 2016 un partido cada jornada en directo por la televisión. Recordemos que en marzo de este año Eurosport retransmitió un Bayern-Turbine, que a pesar de que coincidió a la misma hora que un partido del equipo de Jupp Heynckes congregó a 220.000 espectadores delante de las pantallas.
Este incremento de la visibilidad del fútbol femenino obliga a ser positivos en lo que a espectadores en los campos se refiere. El año pasado, 117.930 personas vieron la competición en directo, 30.078 menos que el año anterior. Los motivos están claros: la no participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la cantidad enorme de partidos que se disputaron en invierno o entre semana por culpa de los aplazamientos por el Mundial sub-20 de Japón y la obligación de adelantar el final de la liga un mes por la Eurocopa. Pero nuevas estrellas han surgido tras esta Eurocopa y jugadoras como Lena Lotzen, Lena Goessling, Isabelle Bella Linden o Melanie Leupolz han aparecido en la televisión y están empezando a ser demandadas para protagonizar anuncios o aparecer en los medios de comunicación (Lena Goessling fue la encargada de sortear la primera ronda de la DFB-Pokal masculina).
El contexto que está generando la DFB es el idóneo para que ese boom que esperaban que se produjera en el 2011 se consiga dos años después, y han apostado por lo importante, los clubes, el día a día, lo que da de comer a las jugadoras. Tenemos que ser prudentes pero la situación que se vive en Alemania es inigualable. Como decía hace unos días la genial, y medalla Fritz-Walter de oro en el 2006, Anna Blässe: «Amigos, fans, familia… esto es una locura. Cuando yo empecé esto era inconcebible».
Pero volvamos a lo que es la competición en sí, que no es poco. Intentaré resumir lo que podemos esperar de cada equipo este año e intentar darle un sentido a este genial mundo que es el fútbol femenino alemán. Así que si gustáis, os invito a compartir esta fantástica competición conmigo.
Vuelven las ligas de cuatro. Ahora que el histórico Duisburg no puede aguantar el nivel deportivo y económico de los tres grandes, un viejo aspirante al título, el Bayern, ha alcanzado el nivel de inversión y futbolístico de los tres grandes. Tendremos una lucha a cuatro bandas por ganar la liga y por la segunda posición que da acceso a la Champions League. Curiosidades del destino, el calendario ha querido que en la última jornada los cuatro equipos se enfrenten entre sí. Final apasionante y de transistores.
Si el año pasado hubieran preguntado a Ralf Kellermann o a cualquier otro entrenador de la liga si el Wolfsburg se llevaría el triplete, habrían dicho que no de forma rotunda. Ni siquiera era el máximo favorito para la mayoría de entrenadores al título de liga, y el propio Kellermann dijo que la temporada pasada era de aprendizaje y asentamiento en la élite, que con competir bien en liga y llegar a cuartos de final de la Champions League ya estaba contento. Pues el equipo de la Baja Sajonia superó todas las expectativas y ganó todos los títulos importantes (la DFB-Hallenpokal la perdió en la final ante el Turbine). Entonces, ¿qué podemos esperar de este equipo esta temporada?
Exigirle otro triplete sería una estupidez. Ahora es el rival a batir por todos los clubes de Europa y de Alemania, pero ganar los tres títulos depende de muchos factores que uno no puede controlar: las lesiones, los sorteos, el estado anímico, etc. El equipo verdiblanco se ha marcado el mismo objetivo que el año pasado: competir y llegar lo más lejos posible. Y, probablemente, compitiendo es el mejor equipo del continente. Mucha gente no distingue entre competir y ganar. Competir es luchar contra otros para conseguir un mismo fin, en este caso ganar títulos y partidos. Mientras que muchos equipos ganan por aplastamiento y no compiten en todo el año, el Wolfsburg sí lo hace. Cada jornada compite contra equipos difíciles de batir y ese bagaje o experiencia fue el que le hizo ganar el triplete y es el rasgo más característico del equipo.
Desde mi humilde punto de vista, otra de las grandes claves del equipo de la Volkswagen es la defensa, probablemente la mejor de Europa. Defensa sólida que comente pocos errores, imparable por alto, unida, con capacidad de sacrificio y salida de balón. Además, el doble pivote ayuda mucho, da equilibrio y es clave en el buen funcionamiento defensivo. A diferencia de la mayoría de clubes que construyen de arriba hacia abajo, Kellermann construyó desde los pilares al tejado. Si a esto le unes un equipo que ataca por las bandas de forma espectacular, que tiene delanteras que con muy poco te hacen gol y además son inagotables en la presión a la defensa rival, eso convierte al equipo en una auténtica máquina de competir.
En cuanto a los refuerzos, poco había que tocar en el equipo ya que ninguna jugadora importante, salvo Alisa Vetterlein, se ha marchado. Eso sí, Kellermann anunció fichajes para que la plantilla fuera más amplia y para dar nuevos estímulos competitivos, algo que cumplió. La temporada pasada, por culpa de las lesiones, el equipo se quedó en cuadro en los momentos clave de la temporada y era obvio que debían acudir al mercado. Siguiendo la política de fichar jóvenes talentos sin nombre antes que estrellas, el Wolfsburg ha conseguido completar la plantilla de la mejor forma posible. La internacional suiza Noelle Maritz llega para cubrir la baja de Verena Faisst mientras la lateral zurda está fuera de los terrenos de juego. La también joven internacional serbia Jovana Damnjanovic llegó para tener otra opción más en un ataque ya muy veterano, y otra internacional joven, en este caso por Nigeria, Desire Oparanozie, llegó para suplir a Conny Pohlers a largo plazo.
Sólo dos fichajes de relumbrón. El primero de todos fue el de Almuth Schult, la futura guardameta titular de Alemania. Era muy tentador ficharla, ya que salía gratis; es joven y tiene lo que a Kellermann tanto le gusta: centímetros. Su fichaje fue polémico porque significó la salida de la idolatrada por la afición y antes mencionada Alisa Vetterlein, pero ya ha demostrado en la pretemporada que, al menos bajo los palos, no se le discutirá. La lesión de la internacional alemana Viola Odebrecht obligó al club a moverse para encontrar a una jugadora que estuviera a la altura. Por este motivo llegó la internacional sueca y bota de plata de la pasada Eurocopa Nilla Fischer. Su llegada mejora aún más al equipo en el aspecto defensivo y permite liberar a Lena Goessling al centro del campo.
Al Wolfsburg le espera una temporada con muchos partidos y cuatro competiciones por delante, además de la DFB-Hallenpokal. La mayoría de jugadoras acudirán con sus respectivas selecciones a los partidos de clasificación para el mundial. Si el equipo de la Baja Sajonia consigue mantener ese carácter y compromiso de la temporada pasada y si las rotaciones no afectan al rendimiento, volverá a estar en lo más alto del fútbol femenino alemán y europeo.
Qué poco se ha hablado este verano del equipo de Potsdam. Sólo aquel asunto turbio con la noruega Andrine Stolsmo Hegerberg y su fichaje por el Göteborg llamó la atención de la prensa. Quizás esa falta de atención en el gigante del este de Alemania haya sido beneficioso. Otra temporada más sin fichajes estrellas, hay un rumor de que en los próximos días presentarán a una jugadora de la NWSL americana, Ingrid Wells, pero aun así, ha sufrido tres salidas preocupantes: Yuki Ogimi, Alyssa Naeher y Patricia Hanebeck. Y otra vez ha apostado por jóvenes jugadoras. Pero al menos yo, creo que vuelven a ser aspirantes a todo.
Mientras todo el mundo estaba pendiente de los fichajes estrella de un club u otro, y mientras los focos del mundo del fútbol femenino estaban puestos en la Eurocopa de Suecia, el Turbine empezó una auténtica salvajada de pretemporada con más de 100 sesiones de entrenamiento programadas para antes del inicio de la liga. Bernd Schröder tiene claro cuál es el objetivo: preparar a esta plantilla para el asalto a la Champions League en la edición del 2015, cuando la final se disputará en Berlín, ciudad a poco más de 30 kilómetros de Potsdam; un sueño para la afición y para el club. Esta temporada el objetivo es meterse en la Champions League, ya sea quedando entre los dos primeros de Alemania o ganando la edición de este año, cuya final se disputará en Lisboa.
Y plantilla tiene para hacerlo. Siempre he creído que el trabajo duro, el esfuerzo, la ilusión y sobre todo la convicción en un sueño pueden romper cualquier barrera y derrotar a cualquier rival por muy bueno que sea. Lo bueno de las predicciones es ver cómo se rompen y cómo muy poca gente apuesta por ellas. Estaría encantado de que hicieran rectificar a los escépticos.
Parten con ventaja respecto a muchos equipos, ya que tienen un sistema consolidado y que Schröder ha llevado a la excelencia: el 3-4-3. Hemos comprobado durante los últimos años que da igual el nombre de la jugadora, lo que funciona en el Turbine es ese engranaje que creó Schröder. Fútbol sencillo, físico, directo y vertical; sin aditivos. La preparación física del Turbine hace que el equipo empiece la temporada como una auténtica apisonadora. Siempre que el equipo esté bien físicamente, es un auténtico rodillo capaz de aplastar a cualquier rival que se ponga por delante.
Los problemas de lesiones que les impidieron competir con el Arsenal en la pasada Champions League y que les mermó durante la pasada campaña parecen haberse solucionado. Johanna Elsing, Jennifer Zietz e Inka Wesely vuelven a estar disponibles. Antonia Göransson, Jennifer Cramer, Ada Stolsmo Hegerberg y Maren Mjelde brillaron en la Eurocopa; y jugadoras como Lisa Evans, Pauline Bremer, Natasa Andonova y Tabea Kemme han madurado lo suficiente como para dar un salto cualitativo y rendir mucho más de lo que lo hicieron con anterioridad. Los fichajes del club hasta ahora, Lia Wälti y Julia Simic, han sido acertados. Wälti, la mejor jugadora joven de Suiza, ha llegado para darle más calidad al equipo en el centro del campo o en las bandas. Y el fichaje de Simic, si consigue volver al nivel que tenía en el 2011, será un éxito. La ex del Bayern ha estado lesionada los dos últimos años, pero el nivel demostrado antes de la lesión hacía pensar que podría ser una de las mejores jugadoras de Alemania. Tales fueron sus actuaciones, que entró en la preselección para el mundial del 2011 pero una lesión de rodilla la dejó en el dique seco. Si vuelve a ese nivel y juega como mediapunta, las delanteras del Turbine se pueden frotar las manos y nosotros nos divertiremos.
Este Turbine Potsdam puede ser un equipo con menos nombre y menos poderío que en los últimos años, pero en la temporada pasada ya se vendía su piel y terminó segundo siendo el único rival que tuvo el Wolfsburg en toda la temporada y siendo subcampeón de la DFB-Pokal. Si el equipo está unido y funciona como su entrenador quiere, luchará por los tres títulos. Nunca des por muerto al equipo de Bernd Schröder
Se acabó el verano y por primera vez en mucho tiempo se ha hablado poco de los fichajes que ha realizado el equipo del Meno. Poca inversión, tan sólo la justa y necesaria, cambios interesantes a todos los niveles y ninguna declaración arrogante antes de comenzar la temporada. Parece que las cosas cambian en la capital financiera de Alemania, pero veremos si es sólo fachada o una realidad.
Su temporada pasada, siempre teniendo en cuentas las expectativas que tenían, fue lamentable. No jugaron a nada, ninguno de los fichajes estrella rindió como se esperaba, muchas lesiones, detalles feos con algunas jugadoras que se retiraban, una sensación de inestabilidad deportiva desoladora y, sobre todo, sin resultados deportivos acordes con el potencial de la plantilla. No es que no ganaran títulos, es que realmente ni estuvieron cerca. Perdieron en la segunda ronda de la DFB-Pokal, nunca fueron un verdadero rival por el título y no disputaron la Champions League, algo que este año tampoco harán. Tres entrenadores se hicieron cargo del equipo durante la temporada. pero no cambiaron nada. Ante semejantes despropósitos, se hacía evidente y necesario un cambio.
A pesar de que no era la primera opción, el ex entrenador del Bad Neuenahr, Colin Bell, fue nombrado entrenador del club más laureado de toda Europa. Bell llega para darle un cambio de aires al primer equipo. Lo más preocupante de este equipo en los últimos años era que no tenía estilo de juego, simplemente esperaba que su superioridad física y técnica se impusiera al rival. Con el tiempo veremos si consigue darle un estilo al equipo y si cambia al 4-4-2 por el típico 4-2-3-1 que viene utilizando el Frankfurt durante estos años. Lo que está claro es que el equipo tendrá carácter.
Han fichado muy bien, y teniendo en cuenta las necesidades del equipo sin malgastar o despilfarrar como en veranos anteriores. Sin lugar a dudas, un fichaje destaca por encima del resto: el de Célia Sasic, antes apellidada Okoyino da Mbabi. Llevaban varios años detrás de ella y, por fin, tras varias negativas y después de que el Bad Neuenahr quebrara, han conseguido hacerse con su fichaje. Se espera de ella que sea esa típica delantera que tenía el club antes que destrozaba las porterías rivales y conseguía números desorbitados. Tendrá mucha presión encima, no sólo por las expectativas sino también porque ha heredado el ‘9’ de Birgit Prinz, un dorsal que el club pretendió retirar.
La marcha de Nadine Angerer le dará la titularidad a Desirée Schumann y el rol de segunda portera lo ejercerá la recién fichada Anke Preuss. Para reforzar la defensa, que el año pasado sufrió de lo lindo, han llegado la internacional mexicana Alina Garciamendez, la internacional japonesa Asuna Tanaka y Peggy Kuznik, que a pesar de fichar por el Wolfsburg en este mismo verano pidió al tricampeón que la dejara salir por motivos personales.
Hace poco leía una entrevista en la que Colin Bell aseguraba no tener ninguna presión. Yo no opino igual. Creo que el Frankfurt tiene más presión que nunca. Lleva cinco temporadas seguidas sin conseguir el título liguero y desde el 2011 no consigue un título. Otra temporada más en blanco y puede que los patrocinadores y, sobre todo, los aficionados no aguanten más y pidan dimisiones en la cúpula del club.
Si el Frankfurt es capaz de dejar atrás todos esos problemas tanto dentro como fuera del campo, y si a Bell le dejan trabajar tranquilo y consigue que el equipo tenga un estilo y que la plantilla comprenda que es necesario sufrir y trabajar en conjunto por el bien mutuo, será claro favorito a los dos títulos que disputa, porque para qué nos vamos a engañar: tiene la mejor plantilla en cuanto a calidad individual se refiere.
Si antes de que se acabara la temporada pasada ya tenía claro que el Bayern estaría entre los cuatro primeros en la 2013-2014, los fichajes realizados me han dado la razón e incluso lo considero un candidato al título.
Con un estilo muy definido, rocoso, serio, físico y con mucha pegada arriba, este Bayern lleva dándonos pistas de su verdadero nivel en los últimos años. Recordemos que en la temporada 2011/2012 se llevó la DFB-Pokal y la temporada pasada, sin hacer mucho ruido, acabó a seis puntos de clasificarse para la Champions League y a diez del título. También llegó a las semifinales del DFB-Pokal, donde forzó la prórroga ante el Turbine. Demostró poder competir de igual a igual en sus enfrentamientos ligueros contra los tres grandes, ganándole los dos partidos al Frankfurt y uno al Turbine y otro al Wolfsburg. Como local ganó nueve de sus once partidos.
Los siete fichajes que ha realizado son muy ilusionantes, aunque seis de ellos son para reforzar el aspecto defensivo, algo que ya controlaba pero que Thomas Wörle ha creído necesario reforzar. El Bayern consiguió hacerse con los servicios de la jugadora revelación la pasada campaña en Alemania y campeona de Europa en este verano con la Nationalelf: Leonie Maier. Con su llegada, el equipo de Baviera goza de una banda derecha de lujo con ella y la internacional austriaca Laura Feiersinger. También han llegado para dar más profundidad al banquillo las centrales Valeria Kleiner (medalla Fritz-Walter de bronce en el 2008) y Franziska Jase (medalla Fritz-Walter de bronce este mismo año). También ha llegado la internacional italiana Raffaella Manieri. Se buscó una portera que le hiciera competencia a Kathrin Längert y, de esta forma, se fichó a la internacional italiana Katja Schroffenegger, pero lamentablemente se lesionó en pretemporada de la rodilla y han fichado hasta final de año a la estadounidense Bianca Henninger.
Pero, sin lugar a dudas, era imprescindible fichar a una centrocampista de calidad para que el equipo dejara de ser tan cuadriculado. Tras la negativa de la noruega Caroline Graham Hansen, el Stern des Südens ha encontrado una solución temporal, ya que ha firmado hasta final de año a la rookie del año en la NWSL: Erika Tymrak.
Está claro que el Bayern está apostando por su sección femenina. La multinacional Allianz ha decido patrocinarlas y han cambiado de estadio, para la alegría de la afición, abandonando Aschheim por un campo mucho más céntrico como es el Grünwalder Stadion. Si este equipo sigue con el nivel defensivo del año pasado, el excelente estado en el que acabaron Lena Lotzen y Sarah Hagen continúa, mejoran fuera de casa y consiguen alargar el contrato de Erika Tymrak o fichar otra mediapunta, será un serio candidato al título.
Hay tres equipos que parecen estar en tierra de nadie. Por unos motivos u otros, no están capacitados para ser candidatos al título y tienen suficiente calidad y poderío como para no preocuparse por la permanencia.
El equipo revelación de la temporada pasada llega con más ilusión que nunca y habiendo conseguido que sus estrellas se queden en el club de la Selva Negra. Como siempre, tirando de jugadoras jóvenes y de su productiva cantera, intentarán lo más complicado: confirmarse y afianzarse como uno de los gallitos de la liga.
Ya sin Milorad Pilipovic como entrenador y con un viejo conocido como es Dietmar Sehrig en su puesto, deben demostrarnos que no fueron cosa de un día. El centro del campo vuelve a ser la clave y el gran atractivo de este equipo. Con las jóvenes campeonas de Europa Melanie Leupolz y Sara Däbritz en el eje (han vuelto a llevarse la medalla Fritz-Walter en sus correspondientes categorías) más la experiencia y la verticalidad de la capitana Juliane Maier, el buen hacer de Anja Maike Hegenauer y lo que puedan aportar las otras jóvenes jugadoras del centro del campo, son un verdadero peligro para el rival. La portería vuelve a estar asegurada con Laura Benkarth y la defensa ha sido reforzada con el fichaje de Laura Störzel. Uno de los problemas que tuvieron la temporada pasada fue la falta de gol de las delanteras. Fiona O’Sullivan se lesionó al principio de la temporada y desde entonces fueron rascando como pudieron. Pero la irlandesa ha vuelto y además ha llegado la alemana nacida en Namibia Sandra Starke.
Hace poco decía Sehring que el objetivo era acabar entre los cuatro primeros. Yo creo que no, desde mi punto de vista están un paso por detrás del Bayern. Si el equipo no nota la ausencia del artífice de este proyecto, Pilipovic; vuelve el gol, la defensa está al nivel de la temporada pasada y no se desinflan, deberían refrendar su quinta posición de la campaña anterior, lo que para mí y para ellas debería ser un éxito.
De nuevo la misma historia de siempre con el equipo de Renania del Norte. Los dirigentes son conscientes de que no pueden competir con los equipos que tienen una sección masculina de máximo nivel ni con los dos equipos históricos. Huyen de los gastos innecesarios y de los endeudamientos que, por ejemplo, tuvieron sus vecinos de Duisburgo. Pero es un equipo que trabaja muy bien la cantera y tiene buen ojo a la hora de fichar jugadoras semidesconocidas.
Vuelven a no tener jugadoras estrella, pero el nivel medio de la plantilla es altísimo. La mayoría son o jugadoras de segunda fila, pero conocidas en el mundo del fútbol femenino alemán, o jóvenes talentos que pulen y a los cuales se les da la oportunidad de brillar. Markus Högner vuelve a tener en su poder una muy buena plantilla. En los últimos años hemos visto un Essen que a su cargo, ofensivamente hablando, jugaba bien al fútbol, era muy peligroso en la transición, tenía delanteras con mucho gol y filtraba muchos balones por dentro. Defensivamente destacaban por el poderío físico, el despliegue físico de sus laterales y por tener un perro de presa en el centro del campo.
Este será el primer año sin Melanie Hoffmann, porque recordemos que la genial mediapunta se retiró, un poco forzada, la verdad. Su importancia en el juego y ese rol de mediapunta con visión de juego y capacidad para desbordar lo desarrollará la joven y pequeñita Linda Dallmann, jugadora que viene pegando fuerte en el último año. Lisa Weiss volverá a poner el cerrojo en su portería mientras que entre las recién llegadas Christin Janitzki y Dominique Janssen y Sabrina Dörpinghaus, Ina Mester y Sarah Freutel intentarán mantener el nivel defensivo. Como perro de presa podremos ver a Sara Doorsoun-Khajeh, jugadora que vuelve a la NRW tras su efímero paso por el Turbine, y Vanessa Martini. El gol lo pondrán Charline Hartmann y su acompañante, que no está muy claro quién será. Mucho ojo y toda la atención puesta en dos de sus jóvenes talentos de cantera: Lena Ostermeier y Madeline Gier.
Como equipo inteligente que son, vuelven a no ponerse ninguna meta inalcanzable. Ya demostró que en el Stadion Essen es capaz de todo. Ahora sólo falta que también rinda fuera de casa y que dé mucha guerra por toda Alemania.
Dos años después vuelvo a tener la misma opinión sobre este equipo. El talento y el potencial no lo es todo, hay factores o aspectos que sólo se consiguen con la experiencia y los años competiendo al máximo nivel. Desde mi punto de vista a este equipo le faltan dos cosas, además de una delantera con gol: experiencia y carácter. Lo sigo encontrando demasiado verde para ser un futuro candidato al título, que es su objetivo a largo plazo. Eso sí, han mejorado bastante respecto al año pasado y, obviamente, son un año más experimentadas.
Uno mira la plantilla que tiene disponible Thomas Obliers y parece una selección de Alemania en categorías inferiores. Talento, descaro y juventud por todos los lados. Los nombres de las jugadoras más destacadas nos suenan y, en su momento, muchos creímos que algunas de las jugadoras que están ahora mismo en esta plantilla prometían muchísimo y llegarían muy lejos. Ahí puede que esté la clave. Siempre hablando con la máxima prudencia y respeto, puede que estas jugadoras estén en el Leverkusen por eso mismo, porque se quedaron en jugadoras prometedoras sea por la circunstancia que sea. Me encantaría estar equivocado y que me mandaran corregir este texto, pero ahora mismo esa es mi opinión.
Thomas Obliers puede estar muy orgulloso de la plantilla que tiene. Fútbol ofensivo, por bandas, muy peligroso en transición y con espacios, además de tener jugadoras con suficiente calidad como para ser un equipo de toque. Con esta política de fichar y producir jóvenes talentos han podido conformar una plantilla muy competitiva. Como llevamos reiterando, mucho talento en jugadoras como Merle Barth, Lisa Schmitz, Theresa Panfil, Venus El-Kassem, Rebecca Knaak, etc. Pero la clave está en que las jugadoras clave tomen las riendas del equipo. Isabel Kerschowski es la capitana, la jugadora más experimentada y llegó para liderar al equipo, para darle carácter competitivo y para que fuera por así decirlo, el espejo en el que fijarse. Pero ella sola no puede. Isabelle Bella Linden, ahora que ha debutado con la Nationalelf y ha ganado la Eurocopa, debe de tomar más responsabilidades de cara al gol, al igual que Ramona Petzelberger y Francesca Weber en la creación y Carolin Simon y Marith Priessen en la defensa.
La sección femenina de la gran empresa farmacéutica alemana, la Bayer, tiene una pinta extraordinaria de cara al futuro, pero de momento está lejos de los grandes. Si el equipo funciona bien y no se bloquea como lo suele hacer en varios tramos de los partidos, las jugadoras más experimentadas toman el mando y dan un paso al frente y si por fin, dejan de ser eternas promesas como jugadoras para convertirse en realidades, este equipo debería estar luchando por la quinta plaza. Un dato interesante es que es el único equipo 100 % alemán tras la marcha de la turca Feride Bakir.
Cuatro equipos lucharán por evitar el descenso, ya que el Sindelfingen parece un caso perdido. Lo bonito es que no está claro cuál podría acompañar al equipo de Nikolaus Koutrobis en las dos plazas de descenso. Además, la diferencia entre estos cuatro equipos y los tres del grupo anterior no es tan lejana.
La temporada pasada del Duisburg fue cuando menos movidita. Los problemas económicos y la deuda obligó al equipo a declararse insolvente. Muchas jugadoras abandonaron el barco en mitad de la temporada, pero otras decidieron ser fieles y permanecer allí por muy mal que las cosas fueran. Lograron salvar la temporada en el aspecto deportivo consiguiendo la permanencia y se ganaron la simpatía de muchos aficionados con sus propuestas para intentar paliar la situación.
Pero la deuda seguía ahí y todo hacía prever que seguirían los pasos del Bad Neuenhar y descenderían. Pero cuando la situación era más complicada, ya que la fecha límite que había puesto la DFB para que solucionaran sus cuentas estaba a la vuelta de la esquina, el director deportivo Hanss-Dieter Webe recibió la llamada que tanto esperaba, confirmando que la deuda y la financiación podría ser solucionada. Se arregló el problema, la DFB les dio la licencia y se han mantenido en Primera División. Y no sólo eso: la situación del club llegó a oídos de los dirigentes del VfB Hömberg, que recientemente, por un 90 % de los votos, han visto con buenos ojos la propuesta de fusionarse con el FCR 2001 Duisburg y tener así una sección femenina. Según pasen los meses, veremos cómo evoluciona este asunto.
En cuanto el tema puramente deportivo, las cosas les han ido bien. Sven Kahlert renovó como entrenador y sólo una de sus piezas clave, Mandy Islacker, abandonó el club. Han conseguido mantener los pilares de la plantilla, como son Lieke Martens, Marina Himmighofen, Barbara Müller y Jennifer Oster, más las demás internacionales y jóvenes canteranas. La estabilidad económica les ha permitido fichar lo que necesitaban. Kahlert quería una portera de primer nivel para que fuera el modelo a seguir de Meike Kämper, y por eso llegó la célebre internacional danesa Stina-Lykke Petersen, que hizo una gran Eurocopa de Suecia. Obviamente necesitaban a una jugadora que sustituyera los goles que garantizaba Islacker por temporada y la directiva confió en la checa Lucie Vonková, que destacó en un torneo invernal en Jöllenbeck, donde fue la máxima goleadora. También necesitaban varias jugadoras para aumentar el nivel general de la plantilla y apostaron por las internacionales portuguesas Laura Luis y Carole da Silva, además de la alemana de origen griego Sofia Nati.
Está claro que no veremos al Duisburg de antaño y que lo principal ahora es que consigan una estabilidad definitiva, ya sea fusionándose con el Hömberg o encontrando nuevos patrocinadores. Pero hay algo que también es evidente: el equipo es lo suficientemente bueno como para no sufrir, y con ciertos retoques podría luchar por la quinta plaza.
Otra temporada más en la élite y otra temporada más luchando hasta el final por no descender. Su temporada pasada fue excelente a pesar de lesión de Julia Arnold y la marcha de Kathleen Radtke. Consiguieron batir el récord de puntos del club en Primera y lo más importante es que se salvaron jugando bien al fútbol y dando sustos a los equipos que se confiaban ante ellas.
A pesar de que no han tenido ninguna baja seria, salvo la de Schroffenegger, que se ha marchado al Bayern, el club ha visto necesaria una inversión considerable para sus posibilidades, ya que Duisburg, Cloppenburg y Hoffenheim así lo han hecho. Su primera intención era la de fichar a una portera. Intentaron convencer a Nadine Angerer, lo consiguieron, pero no encontraron la financiación para hacerse cargo de su tan elevada ficha. Así que buscaron y encontraron a la suiza Stenia Michel, portera con experiencia en la Champions League con el Zürich suizo. Por fin consiguieron encontrar a la compañera perfecta para una Carolin Schiewe que se veía un poco desbordada tras la salida de Kathleen Radtke al Malmö. Por eso ha llegado la internacional y capitana de Nueva Zelanda Abby Erceg. La internacional suiza Lara Keller y Vanessa Müller darán más opciones a Daniel Kraus en ataque. Además, jóvenes de la cantera han subido al primer equipo.
Kraus debe conseguir que este equipo rinda como mínimo igual que la temporada pasada para que tengan opciones de conseguir la permanencia. La defensa comandada por Carolin Schiewe y flanqueada por la inamovible lateral derecha Laura Brosius y Abby Erceg debe estar al cien por cien durante toda la campaña. Julia Arnold tiene que dar equilibrio al equipo; Susanne Utes y Ria Percival serán importantes en la creación; y arriba, Iva Landeka y Sabrina Schmutzler deben ser las jugadoras desequilibrantes y asistir a Amber Hearn, que será la mujer gol del equipo.
Temporada muy difícil para el equipo de Turingia, que sigue sobreviviendo gracias a los patrocinadores locales y a la Universidad de Jena. Si el equipo mantiene tanto el nivel defensivo como el ofensivo de la temporada pasada, la permanencia será una realidad y con ello lograría una séptima temporada consecutiva en la máxima competición nacional. Todo un logro para un club tan modesto.
La pequeña población de Cloppenburg, ciudad ubicada en la Baja Sajonia con menos de 35.000 habitantes y muy poca tradición deportiva, tendrá un equipo de fútbol femenino en la máxima categoría nacional gracias a un final de temporada pasada extraordinario. Las pupilas de Tanja Schulte, única entrenadora en la liga, consiguieron acabar la temporada con una racha de seis victorias consecutivas, remontando así la diferencia de puntos que tenían con el Meppen. El ascenso llegó y desde el primer minuto del mercado han preparado a conciencia su integración en la Frauen-Bundesliga.
Mantienen el mismo bloque que las hizo campeonas de la 2.Frauen-Bundesliga Nord el año pasado, habiendo perdido sólo a Nele Schomaker, Julia Prosch y Mareike Kösjan, jugadoras con un papel poco relevante en el equipo. Consiguieron retener a las internacionales que tenían en la plantilla, además de jugadoras clave como Aferdita Kameraj, Marie-Louise Bagehorn o Daniela Löwenberg entre otras. Pero para luchar por la permanencia es necesario hacer una inversión importante.
Y el club respondió a esa necesidad gracias a su buena salud económica. Nada más acabar la temporada pasada, recuerdo una entrevista en la que le preguntaban a Schulte sobre posibles fichajes, a lo que ella contestó que tenían dinero de sobra para reforzarse mucho y bien. Han incorporado jugadoras para todas las líneas. Para la portería llegó la internacional suiza Jennifer Oehrli, que se lesionó en pretemporada y obligó al fichaje de la estadounidense Elisabeth Stout. Para la defensa han llegado la ex del Wolfsburg Eve Chandrartne, la ex del Werder Bremen Kea Eckermann y regresó a Alemania Nina Brüggeman. Dieron un salto de calidad importante con sus tres fichajes para el centro del campo: la internacional suiza, y ex de Levante, Vanessa Bernauer, la capitana de Alemania en la Sub-19 este año y campeona del triplete con el Wolfsburg Annabel Jäger y, por último, la célebre y televisiva internacional turca Aylin Yaren. Pero si hubo un fichaje que realmente destacó y sorprendió a propios y extraños fue el de Mandy Islacker. Su fichaje es acertadísimo. Para un equipo recién ascendido, lo mejor es tener un número de jugadoras importante con experiencia en el máximo nivel, y la delantera nacida en Essen la tiene. También es importante tener una delantera goleadora e Islacker lo es. De hecho, fue la máxima goleadora alemana la pasada campaña. Apostar a Mandy Islacker es apostar a caballo ganador.
Pero a última hora nos han sorprendido con dos fichajes estelares aún más impactantes para la liga. Las internacionales por Suecia y Brasil Sofia Jakobsson y Ester, ambas jugadoras del Chelsea Ladies, acordaron su fichaje a última hora del lunes pasado con el club blanquinegro. Fichajes estelares de último momento que pueden cambiar el rumbo de este club a objetivos más altos que la salvación. Aunque lo primero es lo primero.
Tanja Schulte ha puesto las cartas encima de la mesa y dejado claro el mensaje de que su equipo no llega sólo para luchar por la permanencia: llega para quedarse, asentarse y, poco a poco, convertirse en un equipo con objetivos altos y serios.
Tras una temporada muy dura y larga, sólo un punto de diferencia separó al Hoffenheim del Köln, otorgándole al equipo de Jürgen Ehrmann el tan ansiado ascenso a la máxima competición nacional, mientras que el Köln se tuvo que conformar con ver cómo se les escapaba el tren de primera otra vez. Pero ahora que ha ascendido, el club debe ponerse nuevas metas y, de momento, a pesar de que son un club con un potencial económico enorme, su objetivo es simple: la permanencia.
Para ello han conseguido mantener el bloque que las llevó al ascenso el año pasado: con la internacional suiza Martina Moser mandando en el centro del campo y con una delantera formada por la campeona del mundo, Mana Iwabuchi, y Susanne Hartel, prometedora en su momento. Pero también han sabido invertir en jóvenes talentos. Al club han llegado cuatro jugadoras que hemos visto evolucionar en las categorías inferiores de Alemania en los últimos años. Para aumentar el nivel defensivo, la poderosa y altísima Tamar Dongus (cedida por Turbine Potsdam) y la excepcional Kristin Demann, que si no fuera por las lesiones, a saber dónde estaría ahora. Para reforzar el ataque llegaron la hermana gemela de Tamar, Fabienne Dongus, delantera que hemos visto en la última edición de la Eurocopa Sub-19, y aquella joven y prometedora jugadora del Frankfurt que se destapó hace dos años contra el Malmö en la Champions League: Silvana Chojnowski. Pero, sin lugar a dudas, el fichaje estrella ha sido la llegada de Alisa Vetterlein. Una de las artífices del triplete del Wolfsburg, un pilar de aquel equipo que Kellermann llevó a lo más alto y, sobre todo, una de las jugadoras más queridas del equipo de la Volkswagen. Decidió pedir su salida cuando se enteró del fichaje de Almuth Schult. El Wolfsburg la liberó y a pesar de que ha confirmado que tuvo ofertas muy suculentas de varios clubes importantes de Europa, la pequeña Vetterlein decidió fichar por el equipo pueblerino por razones deportivas, además de que Sinsheim está cerca del hogar familiar.
Veremos de qué es capaz este equipo. Si al bloque que las llevó al ascenso no le entra el vértigo, estas jóvenes que han llegado toman la responsabilidad a pesar de su poca experiencia en primera y si Vetterlein pone el cerrojo y Hartel ve portería con facilidad, deberían salvarse. Por cierto, en esta temporada ya no estará la mejor jugadora de la historia de Alemania en la plantilla, Birgit Prinz, que por fin se retira a pesar de las peticiones del club para que alargara su carrera.
Hace unos meses, cuando se consumó el descenso del equipo, Nikolaus Koutroubis fue preguntado por cómo plantearían su regreso a Segunda División, a lo que él contestó de forma sincera diciendo que empezarían una reconstrucción, que juntar tanto nivel como el que habían juntado les costaría al menos cinco años y que sería la oportunidad idónea para que las jóvenes de la cantera se fogueasen.
Pero algo cambió: el descenso por deudas del SC 07 Bad Neuenahr les dio una segunda oportunidad. La DFB les preguntó si querían volver a la máxima competición, ya que habían sido los penúltimos la pasada campaña y como tal la plaza era suya, y aceptaron, a pesar de que económicamente son el equipo más débil de la competición. Muchos no entendimos muy bien el motivo por el que aceptaban la oferta. La plantilla estaba bajo mínimos y jugar en la Frauen-Bundesliga conlleva unos gastos en traslados que para un equipo que ya se da por vencido antes de que haya comenzado la competición son casi inasumibles. Pero cada uno es libre de escoger y ellos decidieron que esta era una oportunidad única. Koutroubis sabe lo que quiere: «Vemos esta situación inesperada como una oportunidad. Queremos aprovecharla para darle a nuestras jugadoras la oportunidad de adquirir experiencia en la Bundesliga. Esto no tiene precio».
De las jugadoras importantes del año pasado sólo se han quedado Simone Holder, portera que a mí no me convence, Bianca Blöchl, Nicole Loipersberger y la indispensable Anna-Lena Vollmer. Pero se han marchado once jugadoras clave que han sido sustituidas por once de la cantera. Estas jugadoras acabaron terceras en la B-Juniorinnen-Bundesliga Süd, competición Sub-17, tan sólo por detrás del Bayern y el Frankfurt, que después llegaron a las semifinales del torneo final nacional. Materia prima hay, pero el salto entre el equipo Sub-17 y la máxima competición es brutal. Pero también han conseguido hacer un fichaje estrella: la pequeña y talentosa mediocentro Anja Selensky, que decidió unirse al equipo cercano a la ciudad de Stuttgart.
Difícil poder pensar que un equipo que es consciente y no esconde que va a descender se pueda salvar, sobre todo viendo la inexperiencia y edad media de la plantilla, que es de 18 años. Pero ellos quieren desarrollar a sus talentos y es totalmente lícito que compitan en la máxima competición. Al fin y al cabo son el club que vio desarrollarse a Kim Kulig y Leonie Maier, entre otras grandes jugadoras. Si consiguen salvarse, estaríamos ante la mayor hazaña deportiva de la temporada futbolística.
Pero no todo es la máxima competición. También será interesante la lucha por ascender en los dos grupos de Segunda División en los que se divide la competición en Alemania.
Un equipo parece estar ligeramente por encima del resto, el Meppen, pero el Herforder no está tan lejos de su nivel. Como otra alternativa estará un Bremen cuyo rendimiento ha sorprendido en esta pretemporada. También será interesante ver la lucha entre los filiales del Wolfsburg, Turbine y Jena, sobre todo después de que el Wolfsburg haya firmado a los dos grandes talentos del norte de Alemania: la capitana de la selección Sub-16 alemana, Jasmin Sehan, y la tremenda defensora Michaela Brandeburg.
Tommy Stroot tiene ante él una plantilla amplísima con muchos recursos. Son las claras favoritas para ascender, como ya lo fueran la temporada pasada ¿Por qué no ascendieron si tenían tanta superioridad? Porque el club no quiso o porque el club no pudo, diferentes versiones, todas válidas. Cuando iban destacadísimas en la liga con una diferencia de puntos que parecía insalvable para sus rivales, el club anunció que a pesar de que quedarían primeras, cosa que al final no hicieron, no subirían porque no creían estar suficientemente preparadas para competir tanto deportiva como económicamente con los equipos de la máxima categoría. Desde ese momento, el equipo bajó los brazos y quizás ese fue el motivo por el cual no rindieron igual y perdieron la primera plaza en los últimos meses. No han perdido a casi ninguna jugadora y han conseguido retener a la ex del Hamburger SV Heike Freese y a la internacional neerlandesa Nangila van Eyck. Lo dicho: si juegan como el año pasado y el club quiere ascender, tienen todas las papeletas para que el año que viene las veamos en primera.
Un pasito por detrás del Meppen está el equipo de Friedenstal. Ya llevan dos temporadas fallidas en su intento por regresar a Primera, y la diferencia entre ellas y el equipo que finalmente ascendió fue ligera pero evidente. Para intentar recortar distancias, Jürgen Prüfer ha fichado a una jugadora de la competencia, a la alemana de ascendencia rumana Romina Burgheim. También ha destacado mucho el fichaje de la italiana Laura Giuliani para reforzar la portería. Pero la clave está en que no han tenido bajas serias y, sobre todo, en que la incansable y experimentada Anna Laue ha decidido quedarse en el equipo rojillo.
Siempre por detrás de los favoritos, ya sea por falta de experiencia o por falta de pegada, pero no sé el motivo por el que creo que esta temporada van a estar más cerca que nunca del ascenso. Salvo la marcha de Kea Eckermann, las jugadoras clave siguen en el equipo, y con un año más de experiencia. Destacan la vuelta de Hanna de Haan y el fichaje de Maren Wallenhorst. Si la nueva entrenadora, Chadia Freyhat, otra mujer entrenadora, consigue hacer funcionar ese trío en ataque que forman la fortísima Stephanie Goddard, Maren Wallenhorst y Cindy König, y Manjou Wilde termina de explotar como interior derecha, ya que en la Eurocopa Sub-19 la vimos de lateral izquierda sólo por la lesión de Wibke Meister, el equipo debería subir como la espuma. A todo esto, uno se pregunta dónde podría estar este equipo que tan buena pinta tiene si el Werder Bremen apostara un poquito más por ellas. Pero tampoco está el horno para bollos en el primer equipo masculino, así que ya sabemos quién podría pagar los platos rotos.
En el sur de Alemania tendremos una lucha de dos, entre un clásico del fútbol alemán de toda la vida, el Köln, y un equipo que ha pasado de jugar en la Regionalliga Süd hace dos años a ser ahora uno de los máximos candidatos al ascenso a Primera, el Sand. En cuanto a los filiales, si el Bayern y el Frankfurt consideran necesario que las jugadoras que el año pasado brillaron en las B-Juniorinnen tienen el nivel suficiente para estar en sus correspondientes filiales, nos divertiremos, ya que habrá una lucha interesantísima por ver quién es el mejor filial del sur de Alemania.
¿Qué pasa en Baden-Württemberg que todo el mundo quiere tener un equipo en la Frauen-Bundesliga? Pues la verdad es que no lo sé, pero parece que ya no les vale con formar jugadoras y ser la cantera de Alemania, ahora quieren dominar. Recordemos que hace unos años el Freiburg ascendió y ahora mismo lo acompañan en la liga el Hoffenheim y el Sindelfingen, pero es que el Sand se quiere unir a la fiesta.
El equipo de la pequeña población de Willstätt, está apostando muy fuerte por el fútbol femenino y a base de fichajes estrella está intentando conseguir el ascenso a la máxima categoría del fútbol femenino alemán. Si el año pasado ficharon a catorce jugadoras sin que les temblara el pulso, entre ellas la internacional por Nueva Zelanda Betsy Hassett, que ya no está en el equipo, este año han seguido la misma política. Ya sea por el dinero o por su poder de atracción, jugadoras que tienen nivel suficiente para estar en Primera han decido recalar en el equipo de Dieter Wendling. Anne van Bon, Juliane Fuchs, Ilaria Mauro y Maria Korenciová han recalado en el equipo. Pero, sin duda, el fichaje estrella ha sido el de Patricia Hanebeck. La genial centrocampista, otrora pieza clave del Turbine Potsdam, ha decido jugar en Segunda División. Decisión curiosa, sobre todo cuando el equipo de sus amores, el Köln, es el máximo rival para conseguir el ascenso. Menuda pareja pueden formar ella y la telentosa internacional suiza Isabelle Meyer. El espectáculo está asegurado.
Sea como fuere, el Sand es uno de los máximos favoritos al ascenso y si lo consigue podemos estar seguros de que volverá a invertir fuerte en su plantilla para consolidarse.
Desde que el Köln tiene sección femenina, año 2009, cuando el FFC Brauweiler Pulheim decidió convertirse en el 1.FC Köln, el club ha tenido una obsesión: ver al equipo en la Frauen-Bundesliga. Pero esa obsesión todavía no se ha cumplido. Una frustración y desolación enorme sintieron el año pasado, cuando en la última jornada el Hoffenheim se hizo con la plaza de ascenso en un duelo entre ambos clubes que reunió a más de 3.000 personas en el estadio y que acabó con un empate a tres y con un Köln a un punto del objetivo.
Pero la obsesión y el sueño continúan. La plantilla es una mezcla de jóvenes talentos de la zona y veteranas con experiencia al más alto nivel. Han conseguido retener a Nicole Bender, Bilgin Defterli y Bianca Rech. De nuevo han sabido reforzarse bien con jugadoras con experiencia en la Frauen-Bundesliga como Nina Windmüller y Carolin Dej. Pero si un fichaje destaca por encima de los demás, ese es el de la leyenda del fútbol femenino mundial Inka Grings. La futbolista del año en Alemania en 1999, 2009 y 2010 ha decido cumplir un sueño que tenía de niña: jugar en el club de sus amores y en la ciudad que la vio nacer. Quizás se le pasó el arroz, pero ella es exactamente lo que necesitaba el equipo: una delantera referencia, con gol (es la máxima goleadora histórica de la Frauen-Bundesliga con 353 goles), un buque insignia y el modelo en el que todas las jugadoras deben fijarse.
La cuarta ciudad más grande de Alemania merece un equipo en la máxima categoría. El ascenso es el objetivo, tienen la plantilla idónea para conseguirla y si finalmente ascienden, estaremos orgullosos y con ganas de cantar ese Viva Colonia tan típico del carnaval de la ciudad.
Me ha costado encontrar un tercero en discordia porque creo que la lucha por el ascenso en el sur es cosa de dos. Pero el Crailsheim, otro equipo del estado de Baden-Württemberg, es un clásico, y al menos se merece una mención. La plantilla está compensada, con mucha jugadora joven y alguna veterana como Claudia Nusselt y Carolin Hörber en los últimos coletazos de su carrera deportiva. Me sorprendería mucho que lucharan con los otros dos por el ascenso, pero en el fútbol, como en la vida, ya se sabe que todo puede ocurrir.
Nos espera un viaje apasionante que empezará el sábado 7 de septiembre de este año en el VfL-Stadion am Elsterweg de Wolfsburg y que acabará el 8 de junio del año que viene con el campeón levantando un título que sabrá a gloria. Antes tendremos la DFB-Hallenpokal en Magdeburgo, la Champions League y la final de la DFB-Pokal en Colonia. Amigos, Die Frauen-Bundesliga ist zurück!
* Borja Rodríguez.
– Fotos: VfL Wolfsburg – Framba-Fotos – P. Seeger (SC Freiburg) – Volker Nagraszus – Doris Leißing (Osnabrücker Zeitung) – SC Sand
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